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La subcontrata de Coca-Cola en El Salvador recula: no ampliará su planta “si prueban la amenaza al acuífero”

La embotelladora de Coca Cola está dispuesta a renunciar a su proyecto de ampliación si se demuestra que pone en peligro el acuífero de Nejapa / © Pedro Armestre

Maribel Hernández

Han tenido que pasar tres años para que el gigante mire a la cara y responda al pequeño. En la historia del acuífero de Nejapa, 'el pequeño' son las 30.000 personas que viven en esta población salvadoreña, testigos de que cada vez llega menos agua a sus hogares y de que ríos y manantiales bajan más secos y contaminados. Un informe, del que se hizo eco eldiario.es, denunció que la sobreexplotación del acuífero, sobre todo ante los planes de ampliación de la actividad de una embotelladora subcontratada de Coca-Cola, puede dejar sin agua a la población. Ahora, la empresa afirma que está dispuesta a anular el proyecto si se demuestran estos efectos. 

Los lugareños de Nejapa observan a diario cómo salen de sus carreteras camiones cargados con decenas de miles de botellas del popular líquido negro. Aquí, 'el gigante' es la embotelladora de Coca-Cola en El Salvador: Industrias La Constancia/Sab Miller, una empresa que lleva dos décadas instalada en la zona, desde donde fabrica las bebidas de la gran multinacional de refrescos para toda Centroamérica y que pretende ampliar sus instalaciones y perforar más pozos para producir agua embotellada en la planta de Coca-Cola.

Hace unas semanas eldiario.es informaba sobre la problemática situación de este acuífero. Veinte días después del inicio de la campaña TieRRRa de Alianza por la Solidaridad, en colaboración con el Foro del Agua de El Salvador, la embotelladora de Coca-Cola se pronunció públicamente a través de un comunicado. En él, de forma escueta, admiten su disposición a dar marcha atrás al proyecto de ampliación si éste puede poner en peligro el acuífero, como muestra el informe del Foro del Agua elaborado por el hidrólogo Julio Quiñonez, sobre el que se sustenta la campaña de la ONG.

Este estudio concluye que el acuífero ya está siendo sobreexplotado y que el consumo de agua por parte de la empresa de seguir adelante su proyecto acabaría con el agua disponible en unos 30 años.

“Industrias La Constancia no va a ampliar la planta si se demuestra científicamente que ese proyecto amenaza la sostenibilidad del acuífero. No es nuestro interés avanzar en un proyecto como este si en 30 años no va a haber agua en el lugar”, manifiestan, asumiendo aunque sin citarlos los datos que manejan las organizaciones sociales, con quienes se muestran abiertos a reunirse. “Entendemos que hay organizaciones que tienen una opinión distinta. Esta preocupación es legítima y la respetamos. Estamos abiertos a reunirnos con estas organizaciones para entender mejor su punto de vista”, conceden.

“Hemos logrado lo que hace tres años parecía imposible, es un primer paso”, reconoce Almudena Moreno, responsable del Programa de Desarrollo Local Sostenible de Alianza por la Solidaridad y de la campaña TieRRRa. “No hay que olvidar que llevamos tres años apoyando esta causa y no ha sido hasta ahora, cuando ha habido repercusión en medios de comunicación, sobre todo aquí en España y gracias a la presión de la sociedad civil, cuando han empezado a tenernos en cuenta. Lo vemos como un buen inicio”, señala.

“Para nosotros eso no es suficiente, no es solo renunciar a una ampliación, además de ese compromiso debe haber una gestión eficiente del acuífero en la que se priorice el agua para el consumo humano frente al uso industrial. Queremos que no se quede solo en un comunicado”, añade.

Tras la publicación del comunicado, eldiario.es se ha puesto en contacto con Coca-Cola, que suscribe las palabras de La Constancia sin más que añadir. En el texto, la empresa se exime de cualquier tipo de responsabilidad en lo que se refiere a la falta de acceso de agua por parte de la población: “La existencia de la planta en Nejapa, operada en su integridad por Industrias La Constancia, embotelladora de Coca-Cola en El Salvador, no es la causante de la falta de agua para la gente”. La empresa atribuye el problema a la falta de infraestructuras básicas y alcantarillado e insiste en que “diversos análisis [sin especificar cuáles] demuestran que la oferta de agua subterránea y de superficie que existe en Nejapa es lo suficientemente rica para cubrir las necesidades de la gente”.

Desde el Foro del Agua, que agrupa a 150 organizaciones del país, no acaban de compartir el argumento. En conversación telefónica desde El Salvador, Karen Ramírez, gerente del programa de Agua y Saneamiento de Provida, acepta la existencia de un problema de infraestructuras y, en este sentido, culpa al Estado como responsable de dicha carencia. “Pero también tenemos un problema de inequidad. Las empresas gozan de un mejor acceso y logran explotar el acuífero para obtener su materia prima mientras que la gente no consigue tener agua potable en su domicilio”. 

Esta situación la describía para eldiario.es el líder comunitario nejapense Ines Flores hace unas semanas: “Tenemos agua cada dos o tres días mientras que las multinacionales extraen una cantidad enorme por segundo”.

A favor de una Ley de Aguas en El Salvador

Uno de los problemas de fondo del caso Nejapa es la falta de un ordenamiento jurídico que regule el acceso y la explotación de los recursos hídricos del país, tras treinta años de intentos sigue sin aprobarse una Ley de Aguas y sin reconocerse el derecho humano al agua en la Constitución, como exigen las organizaciones sociales.

Ahora, llama la atención que la embotelladora de Coca-Cola se posicione “a favor de que el país cuente con una Ley General de Aguas” y se muestren dispuestos a apoyar la búsqueda del consenso “para aprobar esta ley lo más pronto posible”. Según Karen Ramírez, son palabras significativas: “Estamos hablando de una empresa privada cuyos intereses son representados por los partidos de la derecha y ha sido la derecha quien históricamente ha bloqueado el proyecto de una Ley General de Aguas”.

El tema, por tanto, está sobre la mesa del Ministerio de Medio Ambiente. “El comunicado de La Constancia nos llena de satisfacción porque no desmiente nada de lo que hemos dicho. Ahora le toca a la institucionalidad pública emitir esos datos y determinar qué es lo que hay que hacer”, sugiere Ramírez y adelanta que este proceso podría demorarse alrededor de un año. Mientras, esperan que se produzca una moratoria de todos los permisos y a partir de ahí estudiar cómo recuperar el acuífero.

La estrategia de la empresa en redes sociales en las últimas semanas consiste en compartir fragmentos del comunicado y unos videos sobre un proyecto de potabilización del agua para el centenar de personas que vive en la comunidad de Las Mesas. A las organizaciones del Foro del Agua les sabe a poco. “Lamentamos que en todos estos años que está aquí la Coca-Cola solo haya aportado agua a 100 habitantes conociendo la problemática que hay y los compromisos que tiene a nivel global”, indica Ramírez.

Paralelamente, surge otro debate: ¿quién abastece a quién? Desde el Foro del Agua, Karen Ramírez asegura que lo más importante es que sea el Gobierno quien se encargue del abastecimiento del agua a la población y que las empresas trabajen en la recuperación del acuífero. “Así se evitan los conflictos de intereses que pueden surgir cuando es una empresa privada la que está llevándole el agua a la gente a su domicilio. Es un riesgo que las empresas quieran estar dando servicios básicos a las comunidades ante la debilidad del Estado porque eso se puede acabar convirtiendo en una compra de voluntades, algo que aquí, honestamente, se ha utilizado”.

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