“Arabia Saudí bombardea Yemen pero el mundo mira hacia otro lado”
Recorrer cada rincón del globo terráqueo se ha convertido en la forma de vida de Iara Lee, una mujer de origen coreano que nació en Brasil y que vive allá donde la inquietud por documentar la lucha y resistencia de los pueblos le lleve. Ese es el secreto de su estilo de vida nómada.
Lee es productora y directora de documentales, pero por encima de cualquiera de esas cualidades, se considera activista. La dedicación por la defensa de los derechos humanos procura plasmarla en sus trabajos gráficos. La variedad de los temas en la filmografía de esta directora, con la resistencia como denominador común, lo avala.
Ha conseguido llevar a las pantallas de medio mundo, desde la antesala de la guerra en Siria, hasta la espera pacífica por la autodeterminación del pueblo saharaui; pasando por el esfuerzo en preservar la entidad Kalash erosionada por la pobreza y el islamismo de la zona; así como las historias de los sherpas que ayudan a los escaladores a conquistar el K2, el segundo pico más alto de la Tierra, ubicado en Pakistán.
Pero su compromiso no acaba ahí. Es la fundadora y directora de la organización “Culturas de la Resistencia”, cuyo objetivo es el de promover y respaldar a organizaciones, activistas y artistas mundiales que trabajan desde la lucha pacífica por un mundo más justo y democrático.
Desde eldiario.es no hemos querido perder la oportunidad de conversar con Iara Lee, que estos días Madrid, Barcelona y Bilbao se convertirán en su nuevo hogar, para proyectar su último documental, “La vida en espera: Referéndum y resistencia en el Sáhara Occidental”, acerca del latir de las cuatro décadas de exilio en los campamentos de refugiados y de la ocupación ilegal por parte del régimen de Marruecos, que padece el pueblo saharaui, desde que fuera abandonado por el Gobierno español.
P: ¿Qué es para usted la resistencia?
R: Tenemos que resistir a tantas cosas: problemas ecológicos, de derechos humanos… Todo es un movimiento de resistencia. Para combatir estas dificultades tenemos que trabajar de una manera proactiva. Hacer películas es una forma de documentar, pero después hay que hacer más.
P: Usted vivió en primera persona el ataque por parte de la marina israelí contra la Flotilla a Gaza , tanto es así que sus imágenes fueron las únicas que las autoridades israelís no pudieron confiscar, ¿qué significó para usted lo que ocurrió?
R: En la Flotilla esperábamos de todo, pero no que mataran a la gente –el ataque se saldó con nueve muertos-. El cámara que trabajaba conmigo consiguió esconder el material y gracias a eso fueron las únicas imágenes que salieron a la luz. En una sola semana se registraron más de un millón de descargas de los videos. Además conseguimos presentar el documento en las Naciones Unidas. Todo esto enfadó mucho al Gobierno de Israel.
P: En 2003, con el escenario de fondo de la guerra de Iraq, decidió trasladarse a la zona del norte de África y Oriente Medio para tratar de comprender mejor lo que pasaba. ¿Qué análisis puede hacer en la actualidad?
R: ¿Qué pasa con Oriente Medio? Es muy triste que la gente sea víctima de todas las manipulaciones. Existe un conflicto entre chiíes y suníes, que se ha creado desde el exterior. Yo pienso que se trata de una manipulación: ‘dividir para conquistar’, como siempre ha ocurrido. Un ejemplo es lo que está pasando en Yemen, donde Arabia Saudí bombardea, pero todo el mundo mira hacia otro lado. Es muy triste. Yo viví en muchos países de la zona que ahora no puedo visitar porque están en guerra.
P: Es usted una nómada que conoce culturas, pueblos y resistencias de casi todo el planeta. ¿Qué saca en común?
R: La solidaridad. En todos lados puedes compartir un almuerzo una cena, charlar, compartir…el mundo es un pueblo. Tenemos que promover la solidaridad en contra de lo que propone el capitalismo, que es la competición.
P: ¿Qué tipo de resistencias le han marcado?
R: La resistencia no violenta es la clave. En los países que viven bajo la ocupación la resistencia es muy fuerte porque la vida tiene que continuar, pese a la situación. Para mí lo más importante es no optar por la violencia, porque es muy fácil entrar en la guerra pero no salir de ella. Yo no creo que eso sea una solución. Por ejemplo el pueblo saharaui es pacífico con su resistencia creativa, aunque después de cuarenta años, la paciencia se agota. Por eso llamo a la solidaridad del mundo entero.
P: Seguramente conoce a muchas personas anónimas que luchan por los derechos humanos…
R: Los luchadores más increíbles son los anónimos. Por ejemplo en Siria estamos ayudando a un grupo de voluntarios que se llama “Cascos Blancos” y que acude a socorrer a las víctimas tras los bombardeos. Estas personas son anónimas, son mártires de la libertad, dan su vida por ella.