Bruselas acuerda devolver a Turquía a todos los refugiados y realojar solo a los sirios
Europa devolverá a Turquía a todos los “nuevos” migrantes y solicitantes de asilo que lleguen a las islas griegas (más del 80% de los que entran a la UE) y, “por cada sirio readmitido” por Ankara se realojará a cambio “a otro sirio desde Turquía a la Unión”. Este ha sido el principal compromiso, que ya se anunciaba durante la tarde del lunes, y del que quedan muchos detalles que pulir. Pero ya ha habido acuerdo en Bruselas durante la cumbre entre los 28 líderes y el Gobierno turco, y que liquida el pacto del 23 de septiembre de acoger a 160.000 refugiados. Esto supone que la UE devolverá a personas que tienen derecho a ejercer una petición de asilo sin permitirles solicitarlo.
Quien quiera pedir asilo en la UE deberá ser, para empezar, sirio. “Es un buen acuerdo”, ha dicho el presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker, visiblemente fatigado. “Eliminaremos los incentivos para cruzar irregularmente”.
El pacto con Ankara no termina en el sistema de realojo, que será voluntario y cuya legalidad está en el alero. Turquía obtiene más dinero –no se sabe cuánto aún- y recibirá más rápido los 3.000 millones de euros que se le destinaron en noviembre para que contuviera mejor el flujo de personas que huyen de Siria. También se levantará la política de visados a sus ciudadanos para acceder a la UE a finales de junio y se abrirán “nuevos capítulos en las negociaciones de acceso” a la Unión “tan pronto como sea posible”. Se trata de uno de los mayores impulsos a la adhesión turca desde la firma del Acuerdo de Ankara en 1963, el primer tratado de asociación con este país.
Sobre el papel se cierra la ruta de los Balcanes y se combate a los traficantes que mercadean transportando refugiados de un lado a otro. Además, se da un capotazo a Schengen y se abre una vía legal para acoger a los que huyen de la guerra. Pero la realidad es que la UE queda de nuevo en evidencia al presentarse como un club hermético incapaz de cumplir lo ya previsto: el acuerdo contempla una cifra ridícula de personas (160.000), en comparación con los 2,6 millones de sirios que han huido a Turquía, los 1,5 millones huidos a Líbano o los 1,4 millones que han recalado en Jordania.
Un acuerdo ya filtrado
En la mañana del lunes fue revelándose una nueva propuesta que nunca ha dado la sensación de estar bien apuntalada: apadrinada por Angela Merkel y el primer ministro holandés Mark Rutte, el borrador hablaba de convencer al primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, de que su país debía acoger a todos los inmigrantes “irregulares” que lleguen a las desbordadas islas griegas. Hasta febrero de este año han llegado 120.000 a Grecia; en 2015, 850.000 refugiados de un total de un millón a la UE, según Naciones Unidas.
El borrador se convirtió en la base de un acuerdo que deberá cerrarse el próximo 18 de marzo, y que contiene la aplicación de la polémica devolución de refugiados “cuyo coste sufragará la UE”. Esta era una idea que ya presentó –sin éxito- la presidencia semestral holandesa en enero y que ha necesitado discutirse hasta la medianoche primero entre los 28 países y luego con Ankara.
A cambio, la UE hace más concesiones a Turquía, como la mencionada de acoger a un refugiado sirio en la UE por cada refugiado devuelto a Ankara. Una idea que ha sembrado numerosas dudas al desconocerse cómo iba a ser materializada, su encaje en la legalidad internacional y el respeto a los derechos humanos. El escepticismo está también en cómo va a contenerse el flujo irregular de refugiados a través del Mar Egeo, a pesar de que Bruselas quiera impedirlo.
Nadie ha dado valoración alguna sobre cuánta gente será realojada en la UE. “Lo que indica el borrador de acuerdo es que ya sólo consideran con derecho a asilo a los sirios”, ha reaccionado la eurodiputada Marina Albiol (IU). “Hasta los iraquíes y los afganos quedan fuera de la ecuación”, recuerda.
No hubo discusión sobre la libertad de prensa
Todavía no se ha precisado la cantidad extra que recibirá Turquía, pero el presidente Recep Tayyip Erdogan quiere otros 3.000 millones, 6.000 millones en total durante tres años. “Turquía no verá ni un euro. Los ciudadanos turcos no recibirán ni un euro. Todo irá para ayudar a los refugiados sirios”, ha subrayado Davutoglu en la rueda de prensa junto a Donald Tusk y Jean-Claude Juncker. Una filtración errónea de Reuters generó confusión al asegurar que la UE concedería hasta 20.000 millones a Turquía, una cifra imposible.
La apertura de los visados e incrementar el paso de la adhesión turca a la Unión son una de las partes principales del acuerdo, en un texto que recoge el “establecimiento de zonas seguras” en Siria.
Pero el capítulo de la libertad de prensa y de las medidas adoptadas últimamente por Erdogan para reprimirla han desaparecido del acuerdo. “La libertad de discurso es nuestro valor, no solo un valor europeo sino de la democracia turca. Muchos periódicos se oponen al Gobierno, critican al Gobierno. Muchos columnistas. Tenemos medios de comunicación muy dinámicos que realizan un ejercicio crítico con el poder”, ha respondido Davutoglu en inglés. El primer ministro de Turquía ha indicado que los procesos judiciales abiertos “son judiciales, no políticos” y ha recordado el triunfo del AKP en las elecciones legislativas y presidenciales.
El acuerdo puede tener vetos
La advertencia de veto de varios países al pacto por los refugiados ha estado presente durante la larga noche. El primer ministro húngaro, Víktor Orban, ha amenazado con no acoger a ningún sirio, algo que es posible por la voluntariedad del acuerdo. Grecia y Chipre también amenazan con vetar la adhesión turca, que mantiene ocupada la parte meridional de la isla chipriota.
Estas dudas sobre si habrá cumplimiento del acuerdo por parte de los estados miembro son similares a las del anterior pacto de septiembre, ahora enterrado. Más aún tras la frase dirigida a los migrantes, pronunciada en la mayor crisis de refugiados de la historia de la UE, que dijo el presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk: “No vengáis a Europa, no creáis a los traficantes, no arriesgueis vuestras vidas”. Al final, esta idea está en la esencia de las cuatro hojas del acuerdo.