Bruselas exige a España investigar la expulsión del inmigrante apaleado en Melilla en octubre
- En octubre la anterior comisaria de Interior, Cecilia Malmström, escribió una dura carta a Fernández Díaz y condenó los “malos tratos” que los agentes propinaron a los inmigrantes el 15 de octubre
El nuevo comisario de Inmigración, Interior y Ciudadanía de la Unión Europea, Dimitris Avramopoulos, ha pedido a España que investigue el “incidente” que se produjo el pasado 15 de octubre, cuando un joven migrante fue golpeado por agentes de la Guardia Civil mientras bajaba de la valla de Melilla a la que se había encaramado tras participar en un intento de salto junto a otras personas.
Así lo expresa en una respuesta por escrito dirigida al eurodiputado de la Izquierda Unitaria europea Iosu Juaristi Abaunz, que se había interesado por la posición de la Comisión Europea en relación a las imágenes difundidas por la ONG Prodein, que mostraban cómo un joven recibía varios golpes por parte de agentes de la Guardia Civil y era devuelto en volandas por la puerta de servicio de la valla de Melilla.
“La Comisión recuerda que el control de las fronteras debe ser proporcionado a los objetivos perseguidos, dentro del respeto de la dignidad humana y los derechos fundamentales, incluido el principio de no devolución. La Comisión condena todo recurso a la violencia en el control de las fronteras”, sentencia el comisario.
Según expone, la Comisión “ha pedido explicaciones a las autoridades españolas sobre el incidente mencionado en la pregunta y las ha instado a investigarlo”. Ya el pasado 31 de octubre, Michele Cercone, portavoz de la entonces comisaria de Interior, Cecilia Malmström, anunció la remisión de una carta a las autoridades españolas “para pedir aclaraciones sobre los hechos”.
Además, Avramopoulos afirma que la Comisión “está manteniendo un diálogo con las autoridades españolas sobre las denuncias de expulsión sumaria de migrantes a Marruecos” y recuerda a España que “los Estados miembros tienen la responsabilidad de gestionar sus fronteras exteriores de conformidad con el Derecho de la UE y, en particular, con el Código de fronteras de Schengen”.
No es la primera vez que el nuevo comisario se pronuncia sobre este asunto. El pasado 25 de noviembre, en el Pleno de la Eurocámara, mostró su “preocupación” por la violencia policial en las vallas fronterizas y advirtió de que la legalización de las “expulsiones sumarias” prevista por el Gobierno podría vulnerar el derecho comunitario e internacional. Afirmó que la UE no dudaría en actuar contra España en caso de que así fuera.
El Gobierno alega riesgo de los agentes
Precisamente esta semana, el Ministerio del Interior ha girado una respuesta por escrito al diputado de Amaiur en el Congreso Jon Iñarritu sobre los mismos sucesos en la que alega que aquel 15 de octubre en la valla de Melilla se puso “en grave riesgo la integridad física” de los agentes de la Guardia Civil y que se vieron “obligados a hacer uso” de sus defensas, como en otras ocasiones, “conforme a los principios básicos de actuación” que marca la ley.
“En muchas ocasiones, como la que se plantea en la pregunta, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se enfrentan a situaciones en las que los inmigrantes, en el transcurso del asalto ilegal a la frontera, presentan actitudes agresivas y violentas. Ante estas situaciones, los agentes se ven obligados a hacer uso, el mínimo e imprescindible, de la fuerza para reducirlos, mediante la utilización de la defensa oficial” (la porra), dice el Gobierno.
Según explica, “en el transcurso de estas intervenciones y en particular, la planteada en el texto de la pregunta, se puso en grave riesgo la integridad física de los guardias civiles, llevando a cabo los inmigrantes intentos de agresión mediante el empleo de garfios y otro tipo de herramientas artesanales”, así como “se lanzaron piedras y se utilizaron palos”.
“Además de lo anteriormente mencionado, algunos inmigrantes prendieron fuego a la ropa y la lanzaron en llamas sobre los agentes de la Guardia Civil, otros escupían a los guardias civiles que intentaban neutralizarles al mismo tiempo que gritaban 'ébola, ébola' y se tocaban las heridas e intentaban tocar el rostro de los guardias civiles que se les aproximaban realizando el mismo grito intimidador”, asegura.
Sobre la expulsión sobre la marcha del joven a Marruecos, la respuesta oficial dice dos cosas: que “alguno de los inmigrantes ofreció resistencia pasiva, lo que obligó a los guardias civiles a transportarlo a brazo” y que no fue “en ningún caso” una expulsión, sino “una labor de contención y de rechazo en frontera en el ámbito de la vigilancia fronteriza”.
24 heridos, según el Gobierno
Se pronuncia asimismo, a petición del diputado, por los heridos para “resaltar que en ningún caso, se encontraban inconscientes ni presentaban heridas o lesiones que necesitaran atención médica”. “La Cruz Roja atendió en el propio entrevallado a varios inmigrantes a requerimiento de la Guardia Civil, de los que cinco fueron trasladados al Hospital Comarcal de Melilla y dados de alta transcurridos escasas horas”, expone.
En total, conforme dice el Gobierno, “en el conjunto de la intervención resultaron heridos cinco militares marroquíes, seis guardias civiles, cinco inmigrantes que fueron atendidos en el Hospital Comarcal de Melilla y ocho inmigrantes que fueron atendidos en el Hospital de Nador (Marruecos)”.
“Ninguno de los heridos revisión especial gravedad excepto el caso de un Sargento de la Guardia Civil que cayó desde una altura de cinco metros de la valla tras recibir varias patadas de un inmigrante”, asegura el Ejecutivo.
El diputado preguntaba además por el estado de salud de la persona que aparece en las imágenes, su nacionalidad, su edad o si tenía intención de pedir asilo, así como quería averiguar si se había abierto alguna investigación para esclarecer los hechos, asuntos estos sobre los que no se ha emitido respuesta.
Un vídeo lo documentó
Las imágenes difundidas por Prodein mostraron cómo tras un intento de salto protagonizado por un centenar de personas, uno de los migrantes comenzó a descender por la escala que la Guardia Civil había apostado contra la valla para tal fin. Una vez situado sobre los peldaños, recibe varios golpes, dos de los cuales parecen impactar en la cabeza, por parte de los agentes que rodean la escala, y acaba cayendo al suelo.
Acto seguido, se ve cómo dos agentes arrastran el cuerpo para separarlo de la escalera e intentan sin éxito que se mantengan sentado. Después de unos minutos en los que el migrante permanece inmóvil en el suelo, dos agentes más se acercan y entre los cuatro, lo cargan en volandas hasta un lugar más apartado de la valla, donde lo arrastran hasta el margen de la carretera. Finalmente, lo entregan a Marruecos por la puerta de servicio de la valla, sin que se aprecie ningún movimiento físico por parte del joven.
El presidente de Prodein, José Palazón, identificó al joven como Dani, camerunés de 23 años de edad. Con las primeras informaciones que recabó de su situación, afirmó que había perdido un riñón y tenía medio cuerpo paralizado a consecuencia de los golpes, extremos ambos que matizó en los días siguientes para asegurar que había resultado herido pero no de gravedad.