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Amnistía Internacional denuncia que el gobierno sirio “extorsiona” a familiares de desaparecidos
“Recibimos llamadas a todas horas de personas que no conocemos. Nos dicen que pueden encontrarle si les damos dinero”. Es el día a día de Saeed Eido, el hermano de un hombre víctima de desaparición forzosa por las fuerzas del gobierno sirio, cuenta Amnistía Internacional. El procedimiento de extorsión es una práctica recurrente que padecen los familiares de desaparecidos sirios a manos del régimen y del que se beneficia económicamente el gobierno de Bashar al Assad, según la organización humanitaria.
En su informe 'Entre la cárcel y la tumba. Desapariciones forzadas en Siria', la ONG se centra en las desapariciones forzadas ejecutadas por miembros de las autoridades sirias y anuncian que publicarán otra investigación sobre las detenciones y abusos de otros actores del conflicto sirio en los próximos meses.
Las cifras de este fenómeno, “un crimen según el derecho internacional”, recuerda la ONG– son “desgarradoras”. Según la Red Siria para los Derechos Humanos, hay al menos 65.000 desaparecidos en el país, de los que 58.000 son civiles, desde 2011 hasta agosto de 2015. Los investigadores creen que el número de personas capturadas por el régimen y de las que nada se volvió a saber es incluso más elevado, pero difícil de probar por el miedo de algunos familiares a denunciar las desapariciones.
Amnistía Internacional recoge muchos nombres: Nasser Saber Bondek; Rania Alabbasi, su marido, Abdulrahman Yasin, y sus seis hijos; Khalil Ma’touq; Mohammed Issam Zaghloul. Todas son personas a las que se llevaron fuerzas del gobierno sirio a lo largo de la guerra.
Los desaparecidos
El perfil de las víctimas es el de opositores pacíficos, manifestantes, activistas de derechos humanos, periodistas, médicos y trabajadores humanitarios. Conforme avanzaba la guerra civil, la organización detectó que los objetivos eran también sospechosos de haber sido desleales al Gobierno y personas con familiares buscados por las autoridades, indica el texto.
Es el caso de Nasser Saber Bondek, que trabajaba para el Ministerio de Información sirio, aunque su mujer Fariza dice que es un poeta y escritor frustrado. Nasser fue arrestado el 17 de febrero de 2014 en su casa por miembros de las fuerzas de seguridad sirias. Un defensor de derechos humanos detenido, que fue liberado más tarde, afirmó que había visto a Nasser Saber Bondek en abril, detenido en una cárcel de los servicios de inteligencia militar. Desde entonces, su familia no sabe nada de él.
Su mujer no comprende su detención: “No pensábamos qeu Nasser estuviera en peligro de ser detenido. Formó parte de algunasprotestas pacíficas, pero fue detenido cuando estas ya había parado”, cuenta a Amnistía Internacional.
Uno de los casos más impactantes del informe es el de la dentista Rania al Abbasi, detenida en 2013 junto a seis hijos, de entre dos y catorce años, un día después de que su marido fuera arrestado durante un registro en su casa.
No se ha sabido nada de esta familia desde entonces y se cree que fueron blanco de las autoridades por proporcionar ayuda humanitaria a otras personas. En el momento de su detención, sus hijos, Dima, Entisar, Najah, Alaa, Ahmed y Layan tenían respectivamente 14, 13, 11, ocho, seis y dos años de edad.
Extorsiones a las familias
Según AI, el Gobierno sirio ha orquestado un sistema de desapariciones forzadas. “Son crímenes contra la humanidad, parte de una campaña orquestada cuidadosamente para expandir el terror y aplastar el signo más leve de disentimiento en el país”, advierte el director del Programa de Oriente Medio y Norte de África de AI, Philip Luther.
La investigación indica que casi todas las familias entrevistadas, 71 en total, hablan de estos contactos de personas que les intentan forzar a pagar para tener información sobre dónde se encuentran sus seres queridos. Se trata de terceras personas, “intermediarios”, que son “cercanos” al régimen y a las autoridades sirias.
Los sobornos que demandan dependen de la importancia de la persona detenida y van de los cientos de dólares a los moles. Algunas familias entrevistadas indican que han vendido propiedades y sus hogares pero dar dinero a estas personas. Y, a veces, la información que les proporcionan es falsa.
El estudio considera que el régimen se beneficia económicamente de los familiares de desaparecidos través de ese “mercado negro” de información. Un activista sirio de derechos humanos aseguró a la ONG que los sobornos se han convertido “en una gran parte de la economía” y un abogado de Damasco señaló que es “una gallina de los huevos de oro para el régimen, una fuente de financiación en la que confía”.
AI pide una mayor respuesta internacional
La organización demanda con este estudio que Bashar al Assad permita que observadores internacionales puedan examinar las prisiones y centros de detención de las autoridades sirias. Además, exige el cese de las desapariciones forzosas, que según los testimonios de personas que han logrado escapar de esta situación, permiten toda una serie de vulneraciones de los derechos humanos, como las torturas y las ejecuciones extrajudiciales.
La ONG pide también más contundencia a la comunidad internacional, para condenar y juzgar estos crímenes. “Se necesita mucho más que palabras de desaprobación”, afirmó Philip Luther.
Luther subrayó que el Consejo de Seguridad de la ONU debería presentar “urgentemente” la situación en Siria ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) e imponer sanciones, incluida la congelación de fondos, para presionar a las autoridades sirias para que terminen con las desapariciones.