“Suenan sirenas. Tengo un mal presentimiento. Un nuevo salto de la valla de Melilla”
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“Hace media hora que se oyó el helicóptero. Hace cinco minutos se han oído sirenas por la ciudad, daban escalofrío. Ahora mismo, sobrevuela de nuevo. Tengo un mal presentimiento. Posiblemente, un nuevo salto de la valla de Melilla. Posiblemente, de nuevo, jóvenes subsaharianos heridos”.
Este es uno de los correos y mensajes de texto que la organización Prodein ha recibido pasadas las 4 de la madrugada de esta noche. Mario, un vecino de la zona, presentía un nuevo salto. No se equivocaba: cerca de 300 subsaharianos han tratado de cruzar de forma coordinada la valla fronteriza, cien de ellos han logrado acceder a Melilla.
El resto se ha quedado por el camino. “Las primeras noticias de heridos nos están llegando desde el otro lado, desde Marruecos”, explica José Palazón, presidente de esta ONG que sigue de cerca la situación de los inmigrantes en Melilla. Aún no se conocen cifras sobre el número de heridos.
Las fuerzas de seguridad marroquíes, junto con la Guardia Civil, efectuaron un gran despliegue en la zona norte del perímetro -situada entre Mariguari y Rostrogordo-, mediante el que han evitado que la mayoría de los subsaharianos traspasasen la frontera hacia Melilla, su puerta a Europa. “Guardias civiles en todoterrenos y motos están peinando la barriada melillense de las Palmeras buscando inmigrantes subsaharianos”, describía otros de los testigos en el momento en el que ocurrían los hechos. El helicóptero de la Guardia Civil se encuentra desde hace varias semanas en Melilla para colaborar en las tareas de vigilancia del paso fronterizo, según informa Efe.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, ha acusado a los inmigrantes de saltar “con agresividad” y, según asegura, no ha habido heridos entre los que han pasado al otro lado fronterizo. Todavía está por determinar el estado de salud de las personas que se han quedado en la zona marroquí, algo difícil de constatar. “Probablemente, nadie llegará a saber con certeza lo que está ocurriendo ahora mismo en esa maldita frontera”, concluía, de forma premonitoria y resignada, el mensaje de alerta de Mario de esta madrugada.