Trasladan al primer grupo de menores desde Calais para reunirse con sus familiares en Reino Unido
Catorce adolescentes han llegado este lunes al Reino Unido procedentes del campo de refugiados de Calais (Francia), como parte de un plan de “urgencia” para acoger a los menores no acompañados con familiares en este país, según ha informado el ministro del Interior.
El desmantelamiento del campo de refugiados en la frontera franco-británica ha sido retrasado por la presencia de un total de 900 menores no acompañados, a la espera de encontrar una solución definitiva para su ubicación.
El primer grupo de chicos trasladados, de entre 14 y 17 años, proceden de países en conflicto, como Siria o Sudán, y recibirán alojamiento temporal antes de que puedan reunirse con sus familiares, según Interior. “Este es el comienzo de un proceso para trasladar a la mayor cantidad posible de niños antes del comienzo del desmantelamiento”, indicó un portavoz del ministerio.
Las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno llevan meses alertando de la situación de los cerca de 900 niños y adolescentes que actualmente malviven en el campamento de Calais, cuyo desmantelamiento está previsto para las próximas semanas, después de que las autoridades francesas y británicas aunaran fuerzas para acabar con la existencia del campo.
Funcionarios británicos han sido enviados a la zona para colaborar con las autoridades francesas en la identificación de los menores que necesitan ser llevados al Reino Unido, según Interior. El secretario general del Consejo de Europa para la Migración y los Refugiados, Tomas Bocek, ha alertado de que el inminente cierre del campamento está llevando a algunos menores a poner su vida en riesgo para tratar de cruzar al Reino Unido.
Clima de incertidumbre
La fecha en la que las excavadoras y la policía empezará a destruir el emplazamiento es aún una incógnita. Después de apuntar el 17 de octubre como día de comienzo, se especula ahora con que la fecha más probable sea la del próximo lunes 24, que podría aplazarse en caso de que prosperen los recursos que varias ONG han impuesto contra el desmantelamiento.
Además de para los menores, las organizaciones humanitarias reclaman alternativas para las 9.000 personas que, según sus cálculos “malviven hacinados y olvidados” en lo que queda del campamento.
“Es difícil saber qué va a pasar porque nosotros no tomamos esas decisiones, pero lo que sí sé es que mover a 10.000 personas de diferentes países, creencias y religiones va a ser una tarea muy complicada”, dice Max Basta, voluntario en el campo.