Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Los manteros, ante el plan del Ayuntamiento de Madrid: “Si no nos dejan hacer esto, no tenemos nada”

Vendedor del top manta marchándose del lugar donde estaba vendiendo en la calle por la presencia de la policía | FOTO: P.R.

Patricia Ruiz

“He oído rumores, pero de momento todo sigue como siempre. Vienen, nos vamos, se van, volvemos”, explica Modou (nombre ficticio) mientras mira inquieto hacia los lados. No quiere despistarse, por si de nuevo le toca tirar de las cuerdas que convierten su manta en un saco. “Hoy es la tercera vez que nos vamos, pero como siempre. Si (la Policía) empieza a venir más a menudo, para nosotros va a ser difícil”, añade. 

Él y sus compañeros han escuchado hablar del anuncio que hizo este lunes la Policía Municipal sobre el refuerzo del operativo policial de la lucha contra la venta ambulante en el distrito Centro de la capital. El Ayuntamiento pretende aumentar las redadas y el despliegue de agentes para intentar erradicar las redes que almacenan y distribuyen los productos, así como la presencia de los manteros que se encargan de su venta.  

“Yo sé que ellos (los agentes de Policía) hacen su trabajo, lo entiendo. No nos pueden dejar estar aquí, y no nos quejamos, pero es que no tenemos otra opción. Es esto o robar, o traficar con drogas, y yo no pienso hacer eso”, argumenta el joven senegalés.

Llegó a España en el verano de 2006 para buscar un futuro mejor. Durante unos años consiguió trabajo en las cocinas de un restaurante, hasta que la crisis le dejó sin empleo, y así ha seguido desde entonces. “Me encantaba trabajar allí, yo lo que quiero es volver a la hostelería. Pero no hay nada más”, dice. 

A su lado, Ousmane (nombre ficticio) saca de su mochila un espejo y se lo ofrece a una chica que se prueba una de las gafas de sol de su manta. Es el primer par que consigue vender en todo el día. “Hoy muy flojo”, lamenta. Flojo porque es mediodía y aún no ha logrado llegar a la media de 20 euros que suele ganar. “Hay gente que dice que sacamos mucho dinero porque vendemos mucho, pero es mentira. Sobrevivimos”, dice. En los dos años que lleva en nuestro país aún no ha conseguido ningún otro empleo. 

La mayoría se muestra pesimista al pensar en alternativas de empleo si finalmente el plan del Ayuntamiento consigue su objetivo. “Nadie de aquí trabaja en esto porque quiere, si tuviéramos alternativas, haríamos otra cosa”, explica un joven. Pero “no las hay”, dicen: “Si no nos dejan hacer esto y no nos dan trabajo, nos quedamos sin nada”, añade Modou.

Perseguir a las mafias 

Algunos comerciantes de la zona han aplaudido la noticia porque aseguran que la presencia de los manteros “perjudica gravemente” sus negocios. “A mí me parece bien que se les persiga, porque nos molestan muchísimo, nos quitan los clientes e impiden el paso a la tienda”, dice Margarita, dependienta de un negocio de souvenirs de la Puerta del Sol. Cuenta que les echa agua, les grita y llama a la Policía para conseguir que se marchen.

Cuando esto ocurre, Modou vuelve a mudarse de sitio. Con la manta a cuestas, se desplaza de un punto turístico a otro, a veces hasta quedar frente a la zapatería de Pepe. El pequeño empresario también lamenta la competencia que le hacen los manteros, pero no cree que la solución pase por perseguirlos. “Me parece mal, pero la Policía debería estar cogiendo a los que lo hacen desde arriba, no a ellos, porque ellos al fin y al cabo se están ganando la vida por no robar”, dice. 

El Ayuntamiento de Madrid informó en un comunicado este lunes de que el operativo no pretende perseguir a los jóvenes sino a las mafias: “Queremos atacar a la raíz del problema y no al eslabón más débil”, argumenta, aunque según informa El Mundo, las redadas policiales aumentarán tanto en los pisos donde los vendedores ambulantes adquieren el material como en las propias calles donde lo venden.  

La Asociación Sin Papeles de Madrid (ASPM) cree que respuesta policial debería centrarse en mejorar los controles en aduanas y la vigilancia portuaria que a menudo sortean las mafias que introducen la mercancía en nuestro país, al tiempo que solicitan medidas que garanticen alternativas laborales a los manteros en situación regular.

“Lo que hacen ahora es buscar una excusa para criminalizar. Estamos en contra de lo que realmente persiguen y en realidad no dicen”, denuncian. En su opinión, un aumento de los controles policiales compromete a los extranjeros en situación irregular y se utiliza “como excusa para llevar a cabo redadas de extranjería encubiertas”. 

“¿Inserción laboral? No hay de eso”

Abdou (nombre ficticio) trabaja en el top-manta todos los días de verano. Durante el curso escolar acude a un cursillo de jardinería donde aprende el oficio que espera practicar algún día, por lo que no le queda mucho tiempo para vender en la calle. “Ahora intento ahorrar un poco, pero no me compran mucho”, lamenta el joven senegalés en un español casi perfecto pese a llevar en nuestro país menos de dos años. “Es porque lo he aprendido en el curso. Nos enseñan también español e inglés para que busquemos mejor trabajo”, explica. 

Busca mejor que antes, pero sigue sin encontrar nada pese a tener los papeles en regla. Mientras, se siente agradecido de tener la oportunidad de estudiar, pero se muestra pesimista: “Después del curso no hay inserción laboral ni nada de eso”. 

Como él, muchos otros jóvenes que se dedican a la venta ambulante no están en situación irregular, pero tras la barrera de la burocracia se toparon con la de la falta de oportunidades. “La mayoría aquí tenemos papeles, nos costó mucho conseguirlos para que ahora pudieran contratarnos, pero no hay nada”, dicen uno de los chicos. 

Desde el Área de Seguridad del Consistorio informan de que las redadas y la persecución policial se combinarán con una serie de “medidas sociales” –aún sin concretar– que consigan paliar la exclusión social a la que a menudo se ven sometidos estos jóvenes. Mientras, Modou, Ousmane y Abdou seguirán llevando su forma de vida a cuestas por las calles de Madrid, hasta que su intención se cumpla: “No queremos vender camisetas toda nuestra vida”. 

Etiquetas
stats