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Médicos sin Fronteras lanza una operación de salvamento en el Mediterráneo ante la pasividad europea

Varios personas desembarcan tras rescatados por el servicio de Guardacostas de Italia en una imagen de archivo. / Efe

Laura Olías

La tendencia al alza de las víctimas en el Mediterráneo ha empujado a Médicos Sin Fronteras a hacer suya, en la medida de sus posibilidades, una exigencia que llevan meses demandando a Europa sin éxito: el rescate de las personas que se lanzan al Mediterráneo para llegar hasta Europa, muchas de ellas huyendo de la guerra. La ONG internacional y la Estación de Ayuda al Migrante por Mar (MOAS, Migrant Offshore Aid Station) han anunciado este viernes el lanzamiento de una operación conjunta de localización, rescate y atención médica en el Mediterráneo central entre África y Europa, durante los meses de mayo a octubre.

“Europa ha dado la espalda a las personas que huyen de algunas de las peores crisis humanitarias de nuestro tiempo”, denuncia Arjan Hehenkamp, director general de MSF. Hernán del Valle, director de Asuntos Humanitarios de Médicos Sin Fronteras en Amsterdam y parte del equipo que coordina este nuevo proyecto de la ONG, reitera a eldiario.es que el compromiso de la organización nace de “la pasividad europea”. “Nosotros vamos a poner un barco y el océano es inmenso. Europa tiene los recursos y la responsabilidad de actuar, pero no lo está haciendo. Es lamentable”.

Tras una espera en la que las tragedias –como las 300 personas que murieron en febrero– no han dejado de sucederse sin ninguna respuesta europea en materia de rescate, Médicos Sin Fronteras y MOAS han tomado la iniciativa. En los próximos meses, un equipo conjunto de MSF y MOAS recorrerá el Mediterráneo central a bordo del MY Phoenix, un barco de rescate de 40 metros de eslora. La embarcación, equipada con lanchas inflables de rescate de casco rígido y aviones no tripulados de vigilancia, tendrá una tripulación de 20 personas y facilitará asistencia vital a las personas en peligro.

Las organizaciones pretenden que no se repita otro 2014. El pasado año el Mediterráneo se situó como un punto negro del mapa. Las aguas del “mayor cementerio de Europa”, como lo han denominado algunas organizaciones humanitarias, se tragaron los cuerpos de 3.500 personas que perdieron la vida intentando alcanzar las costas europeas, según las cifras del Acto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

La agencia de la ONU afirma que un gran número de las personas que se embarcan en este peligroso viaje lo hace huyendo de los conflictos armados, como el de Siria, que azota el país desde hace más de cuatro años. En los últimos años se ha triplicado la cifra de refugiados y migrantes que llegan a Europa cruzando el Mediterráneo: 218.000 en 2014 respecto al récord de 2011, de 70.000.

2015: más inmigración y menos recursos de rescate

Este 2015, “la cifra de víctimas mortales se prevé aun mayor dado que se ha reducido la asistencia disponible para socorrer a las embarcaciones en peligro”, estiman en la organización. La operación de salvamento de la Marina italiana 'Mare Nostrum' fue interrumpida en noviembre del año pasado debido a la falta de fondos –con los que no quiso colaborar Europa– y, desde entonces, no ha sido suplida por otra intervención, como confirmó el director adjunto de la Agencia de Fronteras de la Unión Europea (Frontex), Gil Arias, en una entrevista con eldiario.es.

En el año en el que la misión italiana de salvamento estuvo en marcha salvó a cerca de 150.000 personas. Ante las demandas de organizaciones humanitarias y Acnur de la necesidad de este tipo de operativo, el ministro del Interior español Jorge Fernández Díaz defendió en Bruselas su oposición a que la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) modifique su mandato para convertirse en una “agencia de salvamento y rescate” de inmigrantes por considerar que ello provocaría un “efecto llamada” para las mafias de tráfico de seres humanos y agravaría el problema.

“El argumento del 'efecto llamada' es cruel y falaz. Por una parte, está negando la persecución y las tragedias de las que huyen las personas procedentes de Siria y Eritrea, por ejemplo, que son los verdaderos motivos por los que salen de su país estas personas. Por otro, no se corresponde con la realidad de las cifras: desde que se suspendió Mare Nostrum ha habido más gente que se ha lanzado al Mediterráneo”, critica Hernán del Valle.

El director adjunto de Frontex admitió a este medio que la cancelación del operativo italiano Mare Nostrum no ha producido un descenso de las personas que se lanzan al mar, como apuntan en MSF, que justificaría el 'efecto llamada' de este tipo de misiones. “En enero y febrero no ha habido una reducción notable de los flujos. Si bien en un momento todo indicaba a que había un 'efecto llamada' ahora hay razones para dudar de que eso fuese así, ya que la gente sigue viniendo aunque la operación ya no esté allí”, reconoció Gil Arias.

La operación de MSF y MOAS cuenta con la experiencia de esta última organización, que ya estuvo involucrada en misiones de rescate el pasado año. “Nuestra motivación es simple”, explica el director de MOAS, Martin Xuereb, en un comunicado. “Nadie merece morir, y nosotros haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar que aquellos que se sienten obligados a emprender esta peligrosa travesía en embarcaciones frágiles no se ahoguen. El año pasado rescatamos a 3.000 personas en 60 días de operaciones. Este año esperamos salvar a más gente dado que la misión conjunta con MSF se desarrollará durante seis meses”.

Parche a la espera de la respuesta europea

Aunque el operativo de las organizaciones humanitarias nace con el objetivo de salvar vidas, en MSF son conscientes de que sus esfuerzos serán insuficientes dado el flujo migratorio que existe en la actualidad. El pasado 5 de marzo, la Marina y la Guardia Costera italiana rescataron a cerca de 1.500 personas, en un solo día. Según los datos proporcionados por el Ministerio del Interior italiano relativos a febrero, el número de personas desembarcadas en las costas italianas aumentó con respecto a 2014, con un total de 7.882 frente a los 5.506 del mismo período del año anterior.

El presupuesto estimado de la operación de MSF y MOAS asciende a 1,5 millones de euros, que pagarán entre las dos entidades. “Médicos Sin Fronteras además aporta a personal sanitario y el material médico, alimentos, salvavidas y otros recursos”, explica Del Valle. La operación Mare Nostrum tenía un coste aproximado de 9,3 millones de euros al mes y, aunque el responsable de MSF matiza que esa cantidad también incluye otros gastos de la Marina y sueldos de personal a los que Italia ya hacía frente fuera de la misión, reconoce que el operativo de las ONG no puede sustituir el de ningún Estado o una iniciativa europea.

La embarcación que aportan las ONG funcionará “de manera independiente pero coodinada” con la Marina y la Guardia Costera italiana. Sus medios harán frente a la emergencia en el Mediterráneo hasta que se produzca un cambio de política, porque insisten: la reticencia de Europa a proporcionar alternativas seguras para quienes desean llegar a nuestras costas seguirá costando vidas. “Europa tiene la capacidad y los recursos de afrontar esta situación”.

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