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“Necesito ir a decirles a los refugiados que hay gente que no está de acuerdo con nuestros gobiernos”

Concentración en la Puerta del Sol, en Madrid, en contra del preacuerdo de la UE y Turquía para devolver refugiados y migrantes. Imagen de archivo. | Laura Olías.

Fabiola Barranco

El combustible que mueve el viaje de Itziar, Aintzane, Fernando y Pablo está hecho de sus ganas de actuar frente al inmovilismo institucional. Los cuatro forman parte de la 'Caravana a Grecia: abriendo fronteras', una iniciativa que reúne a diferentes plataformas ciudadanas, organizaciones y movimientos de 19 ciudades, con la intención de reivindicar las obligaciones que los gobiernos incumplen con las personas refugiadas.

Calientan motores, y arrancan. Este sábado 16 de julio ponen rumbo a Grecia, en una ruta que partirá desde Barcelona hasta Tesalónica, pasando por Milán y Marsella, donde se reunirán con otros activistas locales y celebrarán diferentes acciones protesta.

Si España muestra un “compromiso de un sistema de acogida real” e inicia los trámites para otorgar visados, quieren venir más de los que fueron. “No vamos para traerlos (a los refugiados), sino para que vengan”, apuntaba uno de los involucrados en el proyecto. Hablamos con algunas de las personas que están detrás de la 'Caravana a Grecia'

“Esto nos anima a pensar en la Caravana hacia la Frontera Sur”

A Pablo Sainz le llaman Pampa. Desde que aterrizó en Madrid de su Argentina natal en 2001 no ha abandonado la lucha por la defensa de los derechos humanos, participando en colectivos tan activos como Ferrocarril Clandestino, Oficina de Derechos Sociales de Carabanchel, Yo Sí Sanidad Universal o la Red Solidaria de Acogida a Refugiados.

Admite que el último año ha supuesto “un periodo de aprendizaje sobre el tema del asilo y refugio”. La situación de éxodo y crisis humanitaria que atraviesan miles de personas que huyen de la guerra y el hambre para buscar refugio en Europa “ha sido un golpe de realidad, lo que nos ha traído este tema a la puerta”, apunta.

La de su casa, sin ir más lejos, la abrió de par en par. Pampa, periodista de formación, y que actualmente trabaja en la Escuela de Teatro Cristina Rota, acogió en su hogar a dos familias de origen sirio el pasado mes de septiembre, cuando surgió una red ciudadana atugestionada.

Entonces hacía guardias en las estaciones de autobuses de Madrid, donde recibían a cientos personas que, después de huir de la guerra, atravesar el norte de África y pasar por los CETI de Ceuta o Melilla, lograban llegar a la Península Ibérica para alcanzar algún país del norte de Europa.

Nueve meses más tarde Pampa viajará hasta Grecia, donde conocerá a otras víctimas del exilio y supervivientes en busca de un refugio truncado en el país heleno. Allí, dice,  espera encontrarse con “una realidad desoladora ante tanta injusticia, abandono y desidia”.

Lleva consigo el apoyo de su entorno y se lanza a la experiencia con una “disposición abierta a lo que pueda surgir”, con la seguridad de que “todos los compañeros del viaje aportarán muchas cosas, pero tenemos que descubrir la forma”. Confía en aprender probando, emprendiendo. Quizás así se impulsen nuevos proyectos: “Me anima a empezar a pensar en la Caravana hacia la Frontera Sur”, hacia Ceuta y Melilla.

"Siento la necesidad de transmitir la situación de las personas refugiadas"

A sus 50 años, su lucha no cesa. Partirá desde Vitoria, junto a su compañero Mikel, para recorrer cerca de 3000 kilómetros hasta alcanzar Grecia. Para Itziar el motivo del viaje radica en  “una necesidad de transmitir y denunciar la situación que viven las personas refugiadas” en el país heleno.

Desde que la Unión Europea sellara sus fronteras en marzo, se calcula que unas 60.000 personas han quedado atrapadas en Grecia, repartidas en diferentes campos de refugiados donde los servicios son deficientes y las esperanzas de futuro se esfuman cada día.

Reconoce también que esta acción “es una excusa para conocer gente que está dispuesta a cambiar la realidad actual y sumar energías que traigan cosas positivas”. “Con la caravana no empieza y acaba nada, se trata de un trabajo de largo recorrido, es una de tantas acciones que los ciudadanos estamos llevando a cabo, porque lamentablemente la UE sigue dando motivos para ello”, añade.

El compromiso social de esta mujer, traductora de profesión, viene de atrás. Durante su juventud participó activamente en el movimiento de desobediencia civil al servicio militar obligatorio, vigente hasta 2001. La experiencia dejó huella en su vida, y reconoce que “no es casualidad que gente activa en aquellos tiempos estemos participando ahora en estos movimientos”.

“Mi pequeña labor consiste en concienciar a la gente de mi entorno”

“Constantemente estamos recibiendo noticias de gente que muere en el Mediterráneo y no se hace nada, ves cómo se vulneran los derechos humanos, cómo crece la industria armamentística…”. Así enumera  Aintzane del Río una lista de motivos que le empujaron a implicarse en la Caravana con destino a Grecia.

La joven bilbaína de 31 años conoció esta iniciativa el pasado 20 junio, en la manifestación celebrada en Bilbao con motivo del Día Internacional de las Personas Refugiadas, donde la plataforma 'Ongi Etorri Errefuxiatuak' (Bienvenidos Refugiados, en euskera), hizo un llamamiento para participar en la acción.

Esta arquitecta ha conocido otras partes del mundo como Chiapas, los campamentos de refugiados saharauis, Guatemala o Perú, castigadas por la violencia o el exilio. Además, fue voluntaria en Médicos del Mundo donde pudo “conocer personalmente las experiencias de la gente que llega en pateras o debajo de un camión”, una realidad muy cercana y que desea poder cambiar.

Aintzane se suma a la ruta hacia Grecia. Durante la experiencia cree que su “pequeña labor” consiste en “poder difundir y concienciar a la gente de mi entorno más cercano”. Espera que a su vuelta la empresa cooperativa en la que trabaja, que tiene estipulado un porcentaje de los beneficios para donaciones a obras sociales, lo destine a la población refugiada en Grecia.

“No es momento de permanecer al margen, sino de actuar”

Tras su jubilación y después de años trabajando de comercial, Fernando de Castro dedica su tiempo a participar en la Asamblea de Apoyo a Personas Migrantes de Salamanca, una plataforma que “se constituyó hace un año para dar voz y visbilizar a quien no la tiene”, explica. 

A sus 61 años, no dudó en sumarse a la iniciativa de la Caravana de Grecia en cuanto oyó hablar de ella. “Necesito ir para decirle a las personas refugiadas en Grecia que hay mucha gente que no está de acuerdo con la forma de actuar de los gobiernos, y que no están solos”.

Una declaración de intenciones que expresa con firmeza y de la que espera poder “reafirmar el compromiso por cambiar el mundo a uno más justo”. Ha hecho las maletas sabiendo que tiene el apoyo de su hijo y de sus familiares, quienes coinciden con en él en eso de que “no es momento de permanecer al margen de lo que está ocurriendo, sino de actuar”.

Fernando ha encontrado en la Caravana un paso más en esa carrera de fondo. Pese a que lamenta que las autoridades “tienen su hoja de ruta hecha”, considera que “hay que seguir avanzando para proteger los derechos de las personas”. 

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