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“Si la ONU no avanza hacia la solución del conflicto, los saharauis deben prepararse para tomar las armas en 2015”

El primer ministro del Frente Polisario, Abdel Gader Taleb Omar / Foto: Bru Rovira

Javier Gallego

Dajla —

Los saharauis están cansados de esperar. Llevan casi 40 años añorando el retorno a su país y 23 desde el alto el fuego, escuchando promesas que se las lleva el viento de este desierto hostil en el que viven en condiciones miserables. Aunque casi nadie confía en las resoluciones de las Naciones Unidas, el pasado martes estaban muy atentos a las noticias de Nueva York. No fueron buenas. Fueron las de siempre. La ONU resolvió no resolver nada hasta el año que viene. La enorme paciencia de los saharauis está llegando a su límite y en los campamentos se está levantando un siroco que también golpea al Polisario. El partido que ha mantenido unido a este pueblo frente al enemigo, también sufre el desgaste. Con motivo del Fisahara 2014, el Primer Ministro del Frente Polisario, Abdel Gader Taleb Omar, me recibe en una modesta salita de la residencia del gobernador de la Wilaya (provincia o campamento) de Dajla. Se muestra tranquilo aunque no puede ocultar que se avecina una tormenta en el desierto.

¿Cómo valora la resolución de las Naciones Unidas?

La resolución no ha otorgado a la Minurso (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental) la prerrogativa para vigilar el respeto a los derechos humanos pero el informe previo del Secretario General, Banki Moon, obliga a la ONU a forzar otro escenario si dentro de un año no ha habido avances. Ese informe recoge la implicación de las Naciones Unidas en una descolonización que tiene que terminar en referéndum. Por primera vez señala que no se pueden explotar los recursos del Sáhara Occidental en contra de los saharauis. Y además llama a las partes a asegurar el respeto de los derechos humanos en colaboración con los organismos internacionales. No es todo negativo aunque sabemos que la resolución puede suponer una decepción para el pueblo saharaui que empujará a la radicalización de posiciones. La ONU es consciente y esperamos que eso les obligue a acelerar el proceso.

Ustedes están en desventaja frente a Marruecos que cuenta con el apoyo de Francia, un país con derecho a veto en el Consejo de Seguridad. ¿Qué les hace pensar que tienen posibilidades de alcanzar sus objetivos?

El conflicto no solo afecta a los saharauis. Impide que se aborde la solución de otros problemas de la zona como la inmigración, el terrorismo y el narcotráfico que también afectan a Europa. Además, Marruecos hoy es rehén de su propia ocupación. Está movilizando tropas, cuerpos de seguridad y medios económicos para comprar apoyos. Está en una situación económica y política difícil y su descrédito le impide moverse libremente en el marco internacional. También la población saharaui ha perdido el miedo en territorios oculpados y Marruecos no está en una posición cómoda. Esta es una guerra de desgaste que le está pasando factura. A Francia también le pasa factura internacional su falta de respeto a los derechos humanos.

¿Y qué opinión tienen ustedes del papel de España?

Uno de nuestros problemas es que no tenemos padrino. Nuestro padrino dejó de serlo y eso nos llevó a esta situación. Los dos grandes partidos españoles apoyan la causa saharaui desde la oposición pero la olvidan cuando llegan al gobierno. No representan a la sociedad española que está con el pueblo saharaui. Nos sentimos abandonados porque España no solo tiene una responsabilidad histórica, también jurídica. Sigue siendo la potencia administradora reconocida por la ONU. Podría hacer mucho más por nosotros como un país menos influyente como es Portugal hizo por la descolonización de Timor.

¿Cuál es la relación actual con el Gobierno de Rajoy?

Decepcionante y distante. Diría que aún peor que con el PSOE que al menos apoyó a la cooperación y facilitó los visados para los enfermos pero el PP no ha hecho ni siquiera eso. De vez en cuando defienden el derecho de autodeterminación del Sáhara pero a continuación le echan flores a Marruecos.

Durante los últimos años, las negociaciones se han centrado más en el respeto a los derechos humanos que en la recuperación de la soberanía.

Nuestro objetivo es la soberanía pero, como esa resolución se ha alargado, hemos entendido que el respeto de los derechos humanos crea un ambiente propicio para el diálogo y permite que esta larga espera sea más soportable para los saharauis y que puedan expresar su posición sin coacciones. Es un medio para conseguir nuestro objetivo final.

¿No se plantean aceptar la oferta marroquí de convertirse en una autonomía dentro de Marruecos?

Marruecos carece del derecho de otorgar autonomía porque el territorio no le pertenece. El plan Baker proponía una autonomía de 5 años seguida por un referéndum de autodeterminación pero Marruecos no lo aceptó porque no admitía el referéndum. Nosotros sí. Solo aceptaremos una oferta admitida por todo el pueblo saharaui y ofreceremos a los colonos marroquíes que así lo quieran, tener la nacionalidad saharaui. Seremos generosos con quienes acepten la independencia de la república del Sáhara Occidental. No hay enemigos permanentes.

¿Qué ocurrirá si dentro de un año la ONU no resuelve nada nuevo?

No hay que esperar a ese día, hay que seguir trabajando durante este año para que el 29 de abril de 2015 se hayan producidos avances serios.

¿Y si no es así?

La ONU tiene entonces la obligación de imponer a Marruecos una solución. Cuando la comunidad internacional quiere, puede hacerlo utilizando medios militares o sanciones económicas. Eso privará a Marruecos de la posibilidad de seguir reprimiendo que es la forma en la que controlan hoy la situación.

Si tampoco esas vías funcionan, ¿qué opción les queda a ustedes?

Volver a las armas. Los saharauis están hartos.

¿Se lo plantean como posibilidad?

Por qué no. No podemos estar con los brazos cruzados.

¿Pero ustedes tienen potencial militar para afrontar una guerra?

El Polisario ya se enfrentó a Marruecos con menos armas y menos gente que la que tenemos ahora. Nosotros estamos dispuestos a todo menos a echarnos atrás. Quienes piensan que la prolongación del conflicto nos desanimará y aceptaremos la propuesta marroquí, se equivocan. Están empujando a la gente a la radicalización.

Lo he observado sobre todo en los jóvenes...

Nosotros comprendemos su impaciencia. La dirección mantiene contactos con ellos y no es ningún secreto que tenemos dificultades para convencerles. La ONU ha fijado un plazo y tenemos que prepararnos para llegar a una salida pacífica pero si no se alcanza esa vía, hay que estar preparados para otras opciones.

A partir de qué momento estarían dispuestos a volver a las armas.

La ONU ha fijado la fecha del 29 de abril que es una fecha determinante y si entonces la resolución de la ONU no cambia, haremos un llamamiento a retomar las armas. Es un tema de discusión actualmente no solo en las instancias del Polisario sino en toda la sociedad del Sáhara. La ONU es consciente del sentimiento general de impaciencia de los saharauis y por eso realizó su informe favorable a nuestra autodeterminación. Nosotros no nos cansamos de repetirles que deben acelerar ese proceso para evitar que caigamos de nuevo en la violencia. Esperamos que la ONU avance, si no los saharauis deben prepararse para retomar las armas.

La juventud desencantada es un caldo de cultivo para grupos radicales como Al Qaeda. ¿Temen que intenten captar a esos jóvenes?

Nosotros no tenemos ninguna relación con Al Qaeda. Los marroquíes trabajan para intentar relacionarnos con ellos pero durante 40 años no han podido demostrar nada. Somos grupos de ideologías opuestas. El Polisario puede afirmar que los servicios de inteligencia marroquíes tienen relación con Al Qaeda y están detrás del secuestro de los tres cooperantes en los campos de refugiados con el fin de cortar la ayuda humanitaria y aislar a los campamentos.

Esos jóvenes y no tan jóvenes reclaman al Polisario una renovación porque los mandos del partido llevan demasiados años en el cargo.

También somos conscientes de eso y estamos trabajando para abrir paso a los jóvenes. El mismo presidente en el último congreso del Polisario propuso que hubiera un nuevo secretario general y nuevos cargos pero las bases han preferido conservar la experiencia de los más veteranos mientras dure esta situación de conflicto y renovar el Polisario paulatinamente. Ahora ya hay algunos cargos jóvenes y mujeres en el parlamento. Es otra cuestión que nos preocupa.

Después de 40 años, qué le dice a su pueblo para que sigan esperando.

Estos 40 años, a pesar de todo, no han sido en balde. Hemos creado en el exilio una estructura de un Estado al que lo único que le falta es recuperar la soberanía que la ocupación ilegal de Marruecos nos ha arrebatado. Seguimos esperanzados porque no tenemos otra salida.

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