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“Quedan 18.000 civiles atrapados en el campo de Yarmuk, unos 3.500 de ellos son niños”

Una familia de habitantes del barrio de Yarmuk entre las ruinas. Foto: Yarmouk Media Network

Leila Nachawati

El barrio palestino de Yarmuk, al sur de Damasco, sufre desde mediados de 2013 un asedio que ha llevado a una profunda crisis humanitaria. Sin apenas alimentos, agua corriente, suministros eléctricos ni medicinas, el goteo de víctimas no ha cesado en los últimos dos años. Al asedio del régimen se suma desde principios de abril la entrada del autodenominado Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) –conocido como Daesh en árabe–, que en cuestión de días ha ocupado buena parte del campo a pesar de la resistencia de las brigada palestina de Aknaf Beit al Maqdis. La brigada lucha en varios frentes: contra el Ejército de Asad al norte, contra ISIS al sur.

Hablamos con Mohamad Bitari, portavoz en España de la Red de Organizaciones de la Sociedad Civil Palestina de Siria. Natural de Yarmuk, actualmente vive en Barcelona.

¿Ha caído Yarmuk a manos de ISIS?

No ha caído. Parece que hubiera un interés en que caiga, y los medios se apresuran a anunciar su caída sin hacer las comprobaciones necesarias. La brigada palestina antigubernamental Aknaf Beit al Madqis continúa luchando en la calle Lubia, una de las arterias del campo. También en la parte occidental de Yarmuk continúa la defensa del campo por parte de katibas (brigadas) sirias que han acudido en solidaridad con Yarmuk. La lucha se libra en varios frentes, contra ISIS y contra las fuerzas de Asad a la vez. Es durísima, pero no ha cesado.

¿Qué supone Yarmuk para ISIS? ¿Por qué ahora?

No ha sido algo repentino. Desde hace meses ha habido ataques a las zonas palestinas, el verano pasado se concentraron en la zona de Hajar Aswad. Hace unos días ISIS asesinó a tiros a Yahya Hourani, “Abu Suheib”, un conocido activista del campo, implicado en ayuda humanitaria y vinculado a Hamás, y eso ha sido un detonante de lo que ha venido después. El campo lleva dos años ocupado, aislado, con la gente muriendo de hambre, y a pesar de eso resiste. El régimen no ha conseguido someterlo y para justificar su destrucción total, hacía falta que entrase Daesh.

¿Quieres decir que se han aliado el régimen e ISIS para acabar con Yarmuk?

El día que entró ISIS al campo, aviones de Asad lanzaron durante horas entre quince y veinte barriles explosivos, además de decenas de cohetes. Todos se cebaron en zonas civiles, ni uno solo sobre las zonas por las que avanzaba ISIS. Es fácil de comprobar. Que estén oficialmente enfrentados no significa que no tengan objetivos comunes.

¿Cómo ha logrado ISIS acceder al campo en cuestión de horas?

Según activistas del campo, de los que no puedo revelar los nombres, el frente de Al Nusra –filial de Al Qaeda en Siria–, que tenía presencia en Yarmuk, ha sido quien les ha facilitado la entrada por la zona oriental y occidental. A pesar de que tienen muchas diferencias con ISIS, se han unido en el ataque a los palestinos, y son quienes están impidiendo la entrada de las katibas sirias de apoyo al campo.

¿Quién compone la resistencia contra el avance de ISIS?

Fundamentalmente la brigada palestina Aknaf Beit al Makdis, los mismos que luchan en el norte contra los ataques del Ejército de Asad. Se compone de jóvenes sirio-palestinos que responden al asedio de Yarmuk y tienen sus propios objetivos partiendo de la situación local. Había unos 1.500 hace dos años, tras el asedio quedan unos pocos cientos. Llevan años sin recibir apoyo, comida ni suministros de nadie, al contrario que otras katibas sirias.

En los últimos días se les han unido jóvenes palestinos procedentes de otros campos de Damasco, y también katibas sirias de otros barrios –el Ejército del Islam, el Levante del Profeta y el Ejército de Ababil-Yesh Al Islam– que han acudido en solidaridad con Yarmuk y que llevan días tratando de acceder al campo.

¿Cuál es la situación de la población de Yarmuk, después de casi dos años de asedio?

Quedan más de 18.000 civiles atrapados, unos 3.500 de ellos son niños. Hay cientos de heridos a causa de los bombardeos del régimen y de los ataques de ISIS, sin que puedan recibir la atención que necesitan. Se calcula que más de 200 personas han muerto de hambre. No queda en el campo comida ni medicinas. Hacemos de nuevo un llamamiento a que se evacue a la población civil de Yarmuk para evitar una masacre aún mayor que las anteriores.

¿Hay alguna salida al infierno en que se ha convertido Yarmuk, y Siria?

Respecto a la catástrofe humanitaria, la UNRWA, las Naciones Unidas, OLP y la comunidad internacional deben cumplir sus responsabilidades, ocupándose al menos de evacuar a los civiles de Yarmuk. Si no lo hacen, será una masacre. La salida debe darse con la colaboración entre palestinos y sirios, porque nuestro destino es común. Cuando ISIS termine con Yarmuk, y esperemos que no ocurra, será el turno de las zonas que lo rodean, por eso es importante que la resistencia siria se concentre ahora en el sur de Damasco.

Respecto a una solución para Siria, es muy difícil decirlo tras los últimos cuatro años. La Coalición Nacional de Oposición Siria es débil, y sólo se mueve por intereses económicos, sin contacto real con el pueblo sirio. La solución pasa por la implicación y responsabilidad de los actores internacionales que libran su juego estratégico en Siria. El pueblo sirio lleva cuatro años de dura lucha contra el régimen. Todos hemos perdido familiares, amigos, compañeros… La llegada de Daesh ha sido la guinda del pastel. Siria es ahora un infierno, y sin apoyo internacional no habrá solución. Lo que está claro es que los sirios deben luchar junto a los palestinos, igual que deberían hacerlo también los kurdos. Hace falta unidad para luchar contra Assad y contra ISIS.

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