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Cortos para acercarnos la realidad en las vallas de Ceuta y México

Instante de un vídeo perteneciente al proyecto online 'Connected Walls' / foto: Connected Walls

Hugo Domínguez

La euforia guía cada uno de sus pasos. Llevan meses e incluso años esperando la oportunidad, ahora tan real, tan cercana. Una exaltación, que, en cambio, no altera ni una coma las meditadas palabras de los protagonistas del vídeo. Ante la cámara describen cómo sobrellevan en el monte Gurugú las horas previas a un intento de entrada. Las referencias a los abusos policiales a ambos lados de la línea fronteriza que separa España de Marruecos son una constante. “La imagen es desoladora, nos golpean sin parar”, cuenta uno de los migrantes, mientras se remanga su camiseta y deja al descubierto el dorso de un brazo cosido a cicatrices. Señales de guerra.

Como muchos otros, no es su primera intentona. “En suelo neutro la Guardia Civil nos entregó a los gendarmes marroquíes y ellos nos pegaron, nadie nos defiende”, cuenta uno de ellos, que además enarbola, con tino, la ley: “La ONU no permite esto”. Cuando la oscuridad de la noche lo cubre todo, el grupo se congrega en torno a una pequeña hoguera donde las plegarias, esta vez laicas, templan los nervios. A continuación, el vídeo de 5 minutos.

La escena se repite a miles de kilómetros de Marruecos, pero el guión apenas sufre alteraciones. Solo cambian los actores y el decorado. En escena, ocultando su cara a contraluz, aparece un guía que se dedica a ayudar a pasar la frontera de México a Estados Unidos, y un agente que peina una zona acaparada por unos altos y gruesos barrotes marrones alineados que se van perdiendo en el horizonte. La declaración ante cámara estremece: “Nos encontramos con unos padres que tuvieron que enterrar a su bebé en medio del camino. Había muerto de sed”, balbucea el guía.

Sabe que su trabajo está repleto de riesgos, “como la muerte”, pero reconoce que es una buena vía de ingresos. Su voz se acompaña de unas secuencias que muestran santuarios improvisados en torno a un cactus con velas y juguetes reconvertidos en santos a quienes orar. Dejar atrás las tierras mexicanas y cumplir el sueño norteamericano es la meta, cueste lo que cueste. Incluso la muerte.

Estos dos vídeos son parte del resultado de un proyecto puesto en marcha por el productor Sébastien Wielemans. La finalidad es la siguiente: mostrar una mirada común sobre historias separadas por un extenso océano, pero que tienen como denominador común los muros que dividen historias en España y Marruecos, y entre México y Estados Unidos. 16 cortometrajes ingeniados por cuatro directores.

Relatos de vida cocinados a fuego lento con sentimientos como principales ingredientes: ganas de superación, dolor, amor, tristeza, amargura, y desesperación. La prueba que lo corrobora se contiene en el siguiente vídeo, en el que una valla impide algo tan cotidiano como un abrazo entre dos hermanos.

Sensibilizar. Objetivo fundamental de la página web, que según los creadores, ha contado con una gran acogida. Cruzando la inmensidad del océano, la historia paralela simboliza una reflexión pronunciada por uno de los inmigrantes que prepara el salto a la valla de Ceuta: “El que creó el mundo quería un mundo libre, sin fronteras. La gente que creó los muros no quiere eso. Los muros solo llevan a guerras”, vaticina.

De filmar todo lo que ocurre en la zona española se encarga Irene Gutiérrez, una ceutí. Se unió al proyecto porque le “gustaría recopilar experiencias mutuas de ambos lados de la frontera”, entona. Al otro lado de la línea divisoria, Youssef Drissi no se separa de su cámara. Argumenta que está interesado en el proyecto “porque la frontera es un fenómeno complejo, que se aborda normalmente solo desde un único punto de vista, desde uno solo de sus lados”. Como resultado de su intenso trabajo, con una extrensa labor preparatoria, consiguen vídeos como el siguiente: un monográfico sobre el eslabón más débil en la línea divisoria.

Al otro lado del océano el encargo de las filmaciones recae en las manos de Valeria Fernández y Fidel Enriquez. Explican que apostaron por codirigir documentales de corta duración para plasmar “las consecuencias humanas” del muro que separa a Estados Unidos y México en Arizona. “He vivido en Arizona durante los últimos 15 años. He escrito acerca de su construcción y destrucción. He escrito acerca de las balas atravesando sus barrotes y matando a gente. He visto lugares donde casi no hay muro y otros sitios en los que el muro modela a la gente, al desierto y a la muerte”, cuenta Valeria Fernández. Las horas de dedicación han dado sus frutos: un corto, como el que viene a continuación, donde quedan registradas las cortapisas para mantener los vínculos amorosos cuando una valla se entrepone entre los miembros de la pareja.

Así hasta recopilar 18 vídeos donde se profundiza en las miserias causadas por la instalación de dos vallas. Dos fronteras, que a pesar de estar separadas por una inmensidad de agua, conllevan idénticas consecuencias.

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