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España baja al puesto 28 en penetración online y buenas prácticas de Internet

Imagen de archivo: Estreno en Cuba de un nuevo servicio de Internet. / Fotografía: Efe

Leila Nachawati

En 2003, 175 países se reunieron en Ginebra para celebrar la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. En ella se comprometían a aprovechar el potencial de internet y las TIC “para construir un mundo en el que todos puedan crear, acceder, utilizar y compartir información y conocimiento, para mejorar su calidad de vida.” Diez años después, ¿se han cumplido los objetivos?

Censura en aumento

El informe Web Index, que publica por segundo año la World Wide Web Foundation y en el que hemos participado un grupo de investigadores de cada país y región, analiza los progresos y retrocesos en prácticas online y penetración de internet. ¿Qué porcentaje de la población puede acceder a la Web para obtener información que ayude a mejorar su calidad de vida? ¿Cuánta información accesible se proporciona sobre sequías e inundaciones, salud sexual y reproductiva, los presupuestos de cada gobierno, o los resultados académicos en las escuelas locales? Y más allá de recibir información, ¿cuáles son los niveles de participación, la capacidad de la ciudadanía de expresar sus opiniones a través de Internet y las TIC e implicarse activamente en la toma de decisiones públicas?

Los resultados del Web Index de este año ponen el acento en la brecha de participación. En términos globales, las diferencias entre quienes tienen acceso a las herramientas de conocimiento y expresión online y quienes no son cada vez más profundas. La censura y la vigilancia a través de internet y las TIC van en aumento y amenazan los flujos de democratización de la información.

En términos globales, Reino Unido y Estados Unidos figuran en el puesto tercero y cuarto del índice. Sin embargo, este fue elaborado antes de que salieran a la luz las prácticas de espionaje desveladas por Snowden, de las que el propio Tim Berners Lee, fundador de la World Wide Web, y el cofundador de Wikipedia Jimmy Wales alertaban en la presentación del informe. “El espionaje online tiene efectos terroríficos y amenaza la democracia,” afirmaba Berners Lee.

Acceso: El número de usuarios de internet en todo el mundo ha aumentado de 16% en 2005 a 39% en 2013. En Suecia y Noruega, los países que encabezan la lista, el 95% de la población está online. En los países en desarrollo, ninguno ha logrado alcanzar el objetivo de conectar al menos al 50% de su población, con la excepción de Marruecos.

Conocimiento y participación: El 60% de países no facilita la información necesaria en áreas tan básicas como la educación, salud, o alertas climáticas. Respecto a los presupuestos y gastos de los gobiernos, sólo un 10% los publica en formatos abiertos. Empresas y organizaciones de sociedad civil van por delante de los gobiernos en cuanto al uso de herramientas digitales para expandir el acceso a la información. La igualdad de acceso de hombres y mujeres sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de países analizados.

Libertad y apertura: El espionaje y bloqueo de contenidos ha ido en aumento. Sólo cinco países (un 6% del total analizado) cumple los estándares de buenas prácticas gubernamentales en cuanto a la intervención de comunicaciones. Los gobiernos recurren cada vez más a la lucha contra el cibercrimen, el terrorismo o la blasfemia para silenciar legítimas formas de oposición o justificar prácticas de vigilancia y espionaje online.

España desciende al puesto 28

España ha descendido del puesto 18 en el que se encontraba en 2012 al 28, que lo sitúa por debajo de Israel, Grecia y Chile. Los datos muestran el impacto de la crisis financiera y de los recortes económicos y sociales, que han tenido consecuencias en la penetración y prácticas online.

España obtiene un 73.7 de nota en materia de Acceso Universal, que valora las medidas implantadas para promover un acceso asequible a infraestructuras de internet, y la inversión en educación y herramientas para facilitar la conectividad de la ciudadanía. Obtiene un 70.9 en el ámbito de Libertad y Apertura, que valora el respeto a los derechos de expresión, seguridad y privacidad. Las leyes españolas de protección de seguridad y privacidad de los usuarios, más estrictas que en buena parte de los países analizados, explican en gran medida los resultados de este indicador, que da un menor peso a la presencia de leyes como la Sinde-Wert, que permite a un órgano administrativo ordenar la retirada de contenidos y cierre de páginas webs sin intervención judicial, un factor que algunos investigadores hemos echado en falta.

España no alcanza el aprobado (49.9) en el ámbito de Impacto y Empoderamiento, que valora el uso de la web para promover cambios positivos en las áreas de sociedad, economía, política y medio ambiente. Obtiene un 58.1 en cuanto al Contenido Relevante disponible, que remite a la cantidad de información relevante para la ciudadanía en base a distintos sectores, en el idioma correspondiente para promover su acceso. Destaca en este ámbito la escasa disponibilidad de datos públicos en formatos abiertos, y el largo camino que queda por recorrer en materia de Open Data y Open Government.

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