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Todos los agentes imputados omiten los vídeos y dicen que lanzaron pelotas lejos de los inmigrantes

Un agente de la Guardia Civil muestra una pelota de goma como las lanzadas el 6 de febrero en el intento de entrada en el que murieron 15 inmigrantes, ataviado con el chaleco empleado, cargado de botes de humo./ Informe de la Policía Judicial de la Guardia Civil sobre la tragedia de Ceuta

Gabriela Sánchez

Todos los agentes imputados en la causa del Tarajal dispararon pelotas de goma hacia el agua o formularon órdenes para hacerlo. Este ha sido el doble criterio utilizado por la jueza de Ceuta a la hora de exigir la declaración de 16 guardias civiles de los cerca de 55 que participaron en el operativo de disuasión del intento de entrada a la ciudad autónoma en el que murieron 15 personas. Según las declaraciones de estos, ninguno lanzó material antidisturbios hacia la zona donde nadaban los inmigrantes, a pesar de que las imágenes oficiales muestran varios lanzamientos muy cerca del grupo de personas que intentaban rodear el espigón.

Los agentes narraron su versión de los hechos en una toma de declaración realizada por la propia institución a la que pertenecen, la Guardia Civil. En base a estas comparecencias, a las que tuvo acceso eldiario.es en diciembre, la magistrada María del Carmen Serván seleccionó a los miembros del Instituto Armado cuya actuación podría haber influido en la posterior muerte de las víctimas del Tarajal. Atendiendo a la exposición de los hechos de las personas seleccionadas, la jueza parece estar centrada en investigar si el uso de material antidisturbios tuvo una relación causa-efecto con los fallecimientos, dejando apartados por el momento otros asuntos polémicos como la posible omisión de auxilio en los primeros instantes, los más dramáticos, cuando previsiblemente se produjeron las muertes.

De los guardias civiles llamados a declarar, solo dos negaron haber lanzado pelotas de goma o botes de humo hacia el agua: el teniente, jefe del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) y el sargento, jefe táctico de los mismos. Ambos mandos, junto con el capitán jefe de la Unidad de la Compañía Rural de Seguridad de Ceuta -que sí admitió lanzar material antidisturbios con el arma adaptada y con la mano-, reconocieron emitir órdenes para que sus agentes empleasen estos medios hacia el agua, aunque se desconoce de dónde partió la autorización inicial, si es que la hubo.

El resto de personas imputadas son los agentes que confesaron haber lanzado pelotas de goma o botes del humo hacia el agua. Ninguno de ellos reconoce haber disparado estos medios hacia la zona donde se encontraba el grupo de ciudadanos subsaharianos -ni cerca de ellos- que trataba de rodear el espigón a nado o bordearlo roca a roca. Según defienden, tiraban las pelotas a “una distancia prudencial” de las personas y, en general, aseguran que estas caían en “la zona posterior a los nadadores”. Lo hacían, matizaban, con el objetivo de “canalizar” a los inmigrantes.

En contraposición, las imágenes oficiales sí muestran a varios agentes disparar muy cerca de los inmigrantes. Además de tirar los medios a distancias prudenciales, en varias ocasiones los lanzamientos de material antidisturbios caen en la misma zona y, como mínimo, muy cerca de donde se encontraba el grupo de personas en los primeros momentos, cuando, según la Guardia Civil, los ciudadanos subsaharianos estaban “apelotonados unos sobre otros” y con algunos flotadores “desprendiéndose de sus cuerpos”.

Bote de humo donde no había “ninguna persona”

Uno de los agentes imputados afirma ser “uno de los primeros que llega a la punta del espigón”. En ese momento, según su declaración, “observa una cantidad enorme de personas nadando en la parte marroquí del mismo y con clara intención de acceder a Ceuta por vía marítima”. Entonces, afirma, al llegar a la punta realiza “algún disparo con salvas de fogueo” con la intención de hacer ruido.

“Durante primeros instantes -continúa- observan que un gran número de inmigrantes intenta bordear el espigón del Tarajal y observa que una embarcación marroquí se dirigía a gran velocidad desde aguas marroquíes a españolas. Según explica el agente, estas circunstancias le empujan a ”realizar un lanzamiento de un bote de humo al agua“. Su objetivo, asegura, era señalizar la presencia de los nadadores en esta zona a la embarcación marroquí y al Servicio Marítimo, para evitar que se aproximasen a este lugar” y evitar riesgos. El guardia civil asegura que el bote de humo “se dirigía a la zona donde no se encontraba nadando ninguna persona y a aguas españolas. Además, insiste en que el bote, tras un pequeño rebote en el agua, se apago”.

Segundos antes de la aparición de la zodiak marroquí a gran velocidad a la que se refiere el agente imputado, la cámara térmica muestra el lanzamiento de un bote de humo desde la punta del espigón. El rastro del gas desprendido por este elemento cae sobre los inmigrantes que se acumulan en esa misma zona, en el lateral más cercano a la zona marroquí.

Se desconoce si se trata de la actuación mencionada por este guardia civil u otra similar que tuviese lugar prácticamente en el mismo instante. Su declaración es importante para aclararlo, dado que la mayoría de los testimonios de los subsaharianos a los que ha tenido acceso eldiario.es destacan los efectos provocados por los botes de humo – denominados por los supervivientes como “gas lacrimógeno”-. Dicen que les daba sensación de ahogo, que les provocaba picor en los ojos y en la garganta, que les agobiaba mientras intentaban nadar y superar el espigón fronterizo.

“¡Tirad, tirad!”

Otro de los agentes imputados, miembros del Grupo de Rural de Segurdiad (GRS) afirmó que por órden del sargento jefe, también llamado a declarar, se dirigió al espigón. Allí, según su declaración, vio a varios agentes que, afirma, “podrían ser de tráfico porque llevaban chalecos reflectantes” y que “estaban lanzando medios”.

“Los inmigrantes que observa que nadan en aguas españolas lo realizan de forma normal”, relató. “Sin embargo -prosigue- entre la masa de inmigrantes que se encontraba en lado marroquí, sí se observa como algunos presentaban dificultad para nadar así como varios llevaban elementos de flotabilidad”. Después de dar instrucciones hacia la orilla, declaró, empezó a hacer uso de “sobre todo salvas de fogueo, intercalados con alguna pelota de goma” y “todos hacia zona alejada de los nadadores”.

Varios de los miembros del Instituto Armado imputados destacan el hecho de haber escuchado detonaciones con anterioridad a sus lanzamientos de pelotas de goma. “Percatándose de que componentes de la unidad territorial se encontraban ya en la zona haciendo uso de material antidisturbios y que tras escuchar 'tirad, tirad...' (…) comenzó a hacer uso de pelotas de goma al agua, tomando las medidas de seguridad para no dar a las personas”, afirma otro de los agentes imputados, según la transcripción de su comparecencia ante la Policía Judicial de la Guardia Civil.

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