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Mi lucha contra la ablación

Tabitha Parteneu, víctima de ablación que ahora ayuda a otras niñas y mujeres para que no sufran la misma brutalidad. \ World Vision

Tabitha Parteneu

Víctima de mutilación genital —

Me llamo Tabitha Parteneu, tengo 34 años y soy de una de las tres etnias que viven en Marigat (oeste de Kenia). Yo fui la cuarta de ocho hermanos y fue cuando estaba en cuarto de primaria cuando me practicaron la mutilación genital femenina. Entonces yo tenía 9 años y mi hermana mayor 15. Ambas pasamos juntas esa práctica que yo recuerdo como brutal.

Ese día, después del cole, mi padre trajo a casa 2 pares de zapatillas y una cuchilla de las que usan los barberos. Esa noche vinieron cinco mujeres que durmieron conmigo. A las 3 de la mañana nos levantaron y comenzaron el ritual de la ablación. Primero se llevaron a mi hermana fuera de casa mientras yo esperaba mi turno deseando escapar, aun sabiendo que eso no era posible. Recuerdo que dos mujeres me agarraron por la espalda y las piernas y me pidieron no llorar porque esto supondría una gran vergüenza para mi padre.

Después de mi ablación genital estuve un mes en casa mientras sufríamos el dolor de que nos lavaran las heridas sin ningún tipo de consideración. Cuando cumplí 15 años deseé que nunca me hubieran mutilado y deseé tener de nuevo esa parte de mi cuerpo porque yo sabía que si estaba ahí no podía ser mala.

Nunca podré recobrar esa parte de mi cuerpo, pero desde 2006 puedo asegurarme de que muchas niñas, niños, padres, profesores y líderes religiosos conozcan las consecuencias que la ablación o mutilación genital femenina tiene en la salud física y psicológica de las niñas y así intentar que cada día sean menos las niñas que repitan mi historia.

Todos los días trabajo con pasión informando y sensibilizando, no sólo sobre la realidad de la mutilación genital femenina, sino también sobre los derechos de las mujeres y las niñas, para que su opinión se tome en cuenta. Cada vez que recibo a una niña que ha escapado por miedo a la ablación o a un matrimonio forzado estoy siempre a su lado defendiéndola, a pesar de que muchas veces las comunidades ven este acto como una maldición.

Desde que estoy al frente de este proyecto especial de World Vision he visto los resultados del esfuerzo del trabajo de todo el equipo: 3.046 niñas que no serán nunca mutiladas, 36 comadronas (mujeres que viven de la práctica de la mutilación genital femenina) que han dejado este oficio y más de 30 madres que, además de decir no a la ablación de sus hijas, se han unido a nosotros para que la información llegue a más mujeres.

Sólo puedo agradecer a las personas de España que apoyan con donativos este proyecto porque sólo con su ayuda podemos seguir luchando contra esta tradición dañina para millones de niñas.

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