Imputados los médicos del CIE de Madrid que atendieron a Samba Martine
La muerte de Samba Martine, internada en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Madrid, se podría haber evitado. Así lo estableció la Audiencia Provincial de Madrid, que obligó a reabrir el caso hace un par de meses.
Ahora, según ha podido saber eldiario.es, han sido imputados los tres médicos y las dos enfermeras que atendieron a la mujer congoleña en el CIE, así como la jefa del servicio médico Sermedes, empresa privada que en 2011 se hacía cargo de la gestión de la atención sanitaria en este centro y en total en nueve centros de internamiento para extranjeros repartidos por el Estado. Todos los imputados menos uno, que se encuentra en el extranjero, han declarado ya ante el juez.
“Esta imputación de la jefa del servicio médico es muy importante, porque pone de manifiesto que hay indicios de mala gestión y organización del servicio”, explica Margarita Martínez Escamilla, catedrática de Derecho Penal en la Universidad Complutense, que colabora con la acusación popular en el caso.
“Es importante no solo para determinar las responsabilidades penales en el caso de Samba Martine, sino para que los servicios médicos de los CIE se organicen a partir de ahora teniendo en cuenta protocolos de actuación con el objetivo no solo de tratar dolores, sino de detectar enfermedades. Porque además jurídicamente cuando se priva de libertad a una persona el Estado y la empresa privada contratada se convierten en garantes de sus derechos, y sobre todo de su salud”.
Samba Martine tenía una criptococosis derivada del sida que padecía, pero no se lo diagnosticaron en ninguna de las diez consultas que se le realizaron por petición de ella en el CIE, donde pasó 38 días hasta su muerte. De hecho, tan solo en una consulta hubo traductor.
No se preguntó nunca por su procedencia
“Se ha podido saber que ni en el examen médico inicial ni en ninguna de las diez consultas se le preguntó a Samba por su país de su procedencia, ni de dónde venía, si acababa de cruzar África o si llevaba diez años en España, en contra de toda lógica y de las más elemental diligencia médica. Es decir, en contra de todos los protocolos de atención a inmigrantes se consideró que la ruta migratoria no es nada relevante en la atención sanitaria, lo cual es llamativo”, explica Escamilla.
Tampoco se buscó el análisis de sangre que le habían hecho en el CETI de Melilla, de donde procedía, y que habría desvelado por qué la mujer padecía tantos dolores por los que, como los testigos declararon, “lloraba, gemía y se quejaba”.
“La normativa de entonces y el reglamento actual exigen que se les haga un examen médico inicial cuando ingresan en el CIE para detectar posibles enfermedades contagiosas, a población además que desde el punto sanitario puede ser muy vulnerable. El examen médico inicial que se le practicó a Samba fue un paripé, una auténtica tomadura de pelo”, denuncia Escamilla.
“Nadie preguntó si venía del CETI de Melilla. Los servicio médicos tendrían que haber sabido que procedía de allí, que en el CETI se les realizaba una analítica. Dicen que no sabían que le habían hecho un análisis que ponía de manifiesto que estaba bastante enferma. Es llamativo que evitaran preguntar cuestiones útiles desde el punto de vista de la atención sanitaria, en un centro además con peculiaridades sanitarias muy claras”, prosigue.
El servicio médico del CIE de Madrid solo trató a Samba con analgésicos y una pomada. Y no siempre la asistieron médicos. En tres ocasiones fue atendida por Diplomados Universitarios en Enfermería. Si le hubieran diagnosticado la criptococosis habría sobrevivido casi con total seguridad. Así lo han sostenido expertos médicos y la propia Audiencia de Madrid que ordenó reabrir el caso.
“No se trata solo de este caso”
Sin embargo, Samba solo recibió tratamiento paliativo. “Aquí el problema es que no se trata solo del caso de Samba Martine. Es un modo de operar generalizado. Hay indicios que muestran que no se seguían protocolos de atención médica adecuados a las características del CIE. Por eso es importante que se esté investigando. Para que no vuelva a ocurrir”, subraya Escamilla.
“Samba tenía síntomas que, como mínimo, obligaban a indagar sobre las razones de su mal estado de salud”, prosigue.
La muerte de Samba Martine visibilizó la situación de las personas internadas en los centros de internamiento para extranjeros y originó un debate que ha llegado hasta hoy sobre las deficiencias de estos centros. Multitud de organizaciones no gubernamentales denuncian que las personas que pasan por los CIE se ven desprovistas de derechos fundamentales, siguen sin disponer de atención médica adecuada y cuestionan la legitimidad de privar de libertad a una persona por el simple hecho de no tener papeles de residencia.