Europa se escandaliza por Lampedusa mientras blinda sus fronteras
La desgracia de Lampedusa ha provocado un estallido de muestras de condolencia por parte de la comunidad internacional y los gobiernos de los distinos países europeos. Bajo un aura de impotencia hacia un drama constante en los alrededores de las costas italianas, los miembros de la Unión Europea piden actuar, mientras muchos de ellos mantienen acuerdos migratorios que contradicen sus lamentos. Las palabras del portavoz comunitario de Interior fueron más allá: “Hemos mejorado muchas cosas, pero ¿puede hacerse más?”, admitió tras la tragedia. La aparente inviabilidad de una solución rechina a las organizaciones de derechos humanos internacionales.
Mientras la Comisión Europea pide “redoblar los esfuerzos contra los traficantes que explotan la ”desesperación“ de las personas que intentan alcanzar Europa”, las organizaciones internacionales consultadas responden de forma unánime: las políticas europeas migratorias acaban forzando a los inmigrantes de origen africano a caer en manos de estas mafias.
“La mayoría de las personas que llegan a las costas italianas son potenciales refugiados. Proceden de países en guerra, sufren tortura o situaciones de persecución... Pero estas personas no pueden pedir protección internacional de ninguna otra forma que viajando de forma ilegal. Ellos mismos les están casi obligando a caer en manos de los traficantes”, denucia Virginia Álvarez, responsable de política interior de Amnistía Internacional, una contestación compartida por ACNUR y la Coordinadora de ONG Española en las conversaciones mantenidas con Desalambre.
“La gente está absolutamente desesperada. La solución pasa por habilitar formas para pedir protección internacional sin necesidad de pasar por las circunstancias que atraviesan”, añade María Jesús Vega, portavoz de ACNUR, a eldiario.es. Un cambio en las legislaciones de asilo de los países europeos podría comenzar a allanar el camino en esta dirección: permitir efectuar las solicitudes de asilo en las embajadas de los estados de destino de un tercer país. Esto permitiría a los potenciales refugiados no tener la obligación de efectuar un largo periplo, disminuiría el riesgo de caer en manos de mafias, y evitaría tener que alcanzar por mar el lugar que le proporcionaría protección internacional. “Esto sería lo ideal, pero dudo que lo permitan”, remata Vega.
La legislación española de asilo, que desde 2009 espera el reglamento que debería desarrollarla, abre una puerta a esta posibilidad mencionada desde ACNUR. No obstante, su ambigüedad impide la aplicación y lleva a que incluso el ministro de Exteriores español niegue esta opción de pedir asilo desde el exterior. “Para solicitarlo tendría que estar en España”, respondió en una ocasión a los periodistas que preguntaban sobre el caso de Snowden.
“Nos escandalizamos por los métodos que emplean los inmigrantes subsaharianos para llegar a Europa...; la única manera de solucionarlo es que puedan hacerlo por la vía legal”, afirma Mayte Serrano, directora de la Coordinadora de ONG Española. Destaca también los recortes en cooperación europeos. “Otra forma de paliar la huida desesperada de inmigrantes es atacar el problema de fondo, apostando por la cooperación al desarrollo para mejorar sus condiciones de vida. Una política que está siendo desmantelada”, añade.
Acuerdos migratorios Europa-África
Según los supervivientes de la tragedia, el barco partió de Libia hace 13 días con 500 personas a bordo. Muchos embarcaron en Misrata, cuenta ACNUR, mientras que otros lo hicieron más al oeste, en Zuwata. Tanto Italia como la Unión Europea cuentan con acuerdos migratorios con Libia, por los que ceden responsabilidades del control fronterizo a sus fuerzas del orden estatales. Se trata de un país caracterizado por una elevada inestabilidad que vulnera los derechos humanos de los inmigrantes, destacando una alta discriminación hacia las personas de origen subsahariano, según detallan las organizaciones. AI ha documentado torturas, detenciones aleatorias y maltratos en las cárceles para inmigrantes.
“A la hora de firmar los tratados, no hay ningún tipo de control para garantizar que en estos países se respeta la dignidad de las personas”, añade la experta de Amnistía Internacional. “Mientras, Europa gasta ingentes cantidades de dinero para imposibilitar el acceso a Europa”. La escasa transparencia de los acuerdos mencionados por la organización internacional impide conocer los detalles que conlleva cada pacto.
“Si ocurren dramas como el del jueves, es que algo no se está haciendo bien. Demuestra de nuevo que hay que hacer más”, sentencia la portavoz de ACNUR. “Las políticas europeas de salvamento deben centrarse en salvar vidas, no en interceptarlas”, rematan desde Amnistía Internacional recordando los 63 fallecidos que dejó el naufragio de una barcaza en marzo de 2011, donde los testimonios de los supervivientes y una serie de documentos aseguran que varios buques de la OTAN les negaron el socorro.