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ENTREVISTA | Fey Berman

“Los mexicanos en EEUU somos mucho más que indocumentados o mariachis”

La comunidad latina se moviliza en Nueva York: "Aquí estamos y no nos vamos"

María José Carmona

Hace más de medio siglo existían unos letreros en varios parques públicos de Colorado donde se advertía: “Prohibida la entrada a mexicanos, indígenas y perros”. La xenofobia, o más aún, la “mexicanofobia”, no empezó con Donald Trump. 

La historia de los mexicanos en Estados Unidos es la de un grupo social tradicionalmente discriminado por su color de piel, por su ropa, su lengua y su país de origen. Pese a todo, hoy constituyen la mayor minoría de este país. 35,7 millones de personas que forman parte indisoluble de la sociedad estadounidense, de los cuales 24 millones ya nacieron aquí.

Se trata de una comunidad creciente y diversa, y, sin embargo, medios como CNN o Fox News, critica la periodista mexicana Fey Berman, les siguen representado como una caricatura a medio camino entre la típica imagen de “espaldas mojadas” –migrantes que cruzan la frontera– y las estampas folclóricas de los mariachis.

Cansada de esta simplificación, Berman se propuso acabar con el perpetuo estereotipo. Con su nuevo libro Mexamérica, busca visibilizar a esta comunidad que se crio hablando español al ritmo del 'American Way of Life'.

“Cuando se habla de mexicanos en EEUU siempre se habla de indocumentados, pero estos solo representan el 16% del total de los inmigrantes”, insiste Berman en el texto. La autora, que lleva más de 30 años viviendo en Nueva York, define 'mexamérica' como una nueva identidad fruto de la fusión de ambos mundos, que hoy supone el 10% de la fuerza laboral del país, pero que también ha hecho “enormes aportaciones” a las ciencias, las artes y el mundo académico. 

Ahora, esta comunidad sufre las consecuencias del discurso xenófobo del gobierno. El presidente no amenaza con carteles en los parques, pero sí con la promesa de un muro de 1.600 kilómetros. A mediados de este mes, Trump visitará los prototipos que ordenó construir cerca de San Diego, según informa The Washington Post. Esta semana, un grupo de 'dreamers' [jóvenes llegados a EEUU cuando eran niños] han recorrido a pie cientos de kilómetros para reclamar una solución que regularice su situación: este lunes vence el plazo que Trump dio al Congreso para elaborar una ley que lo permita, después de eliminar el programa que les protegía de la deportación.

En un momento en el que el Gobierno norteamericano legitima la violencia verbal contra este colectivo, en el que el mismo Trump los define como delincuentes y violadores, en el que los crímenes de odio contra la comunidad latina han aumentado un 23%, este libro se presenta como una cura contra la ignorancia.

Mexamérica se propone reivindicar lo mexicano en un momento en el que, probablemente, es uno de los colectivos más atacados por el propio presidente. ¿Qué significa ser de origen mexicano en la tierra de Donald Trump?Mexamérica

Hoy el país está dividido entre dos posturas: quienes piensan que EEUU se enriquece con la inmigración y esa otra gente partidaria del 'Make America White Again'. La llegada de Trump ha sido un golpe muy duro para los mexamericanos, pero en realidad el asunto de la xenofobia en Estados Unidos, la idea de que los mexicanos se roban los empleos o son criminales, es algo que se ha ido cuajando durante mucho tiempo. De hecho, yo escribí el libro antes de que Trump subiera al poder.

En él cuenta la historia de Sebastien de la Cruz, un chico de 11 años al que le ofrecieron cantar el himno nacional durante una final de la NBA y que fue atacado con insultos y comentarios racistas por su origen mexicano. La xenofobia siempre ha existido pero, ¿cómo ha evolucionado en este último año?

Es difícil saber si la xenofobia ha crecido, pero desde luego antes no era tan aceptada. La diferencia es que ahora hay un portavoz. Cuando Trump salió de candidato, mi mamá, que fue refugiada judía, me dijo “esto es una repetición, este tipo es como Hitler”.

He notado, por ejemplo, cambios en Nueva York, que siempre ha sido una sociedad que ha abrazado a los inmigrantes. En una entrevista, un 'dreamer' me contó que se estaban haciendo redadas en Staten Island. Antes las había en Arizona, en Texas, pero no en Nueva York. La situación actual de los indocumentados es muy preocupante.

Su libro es un intento por acabar con los estereotipos. Retrata personajes e historias de superación que nada tienen que ver con la imagen tópica del migrante mexicano ¿Por qué decidió buscar estas otras historias?

Cuando llegué a Nueva York escribía sobre danza, pero un día me tocó hacer un artículo sobre un compositor mexicano. Entonces, empecé a pensar que este era un asunto del que se habla muy poco, pocos saben la cantidad de individuos mexicanos que hay en este país. No solo deportistas y cantantes, o jardineros y limpiadores de ventanas. Somos mucho más que indocumentados o mariachis.

En el libro insisto en presentar personajes que están fuera de ese estereotipo: científicos, diplomáticos, académicos o artistas de los que nunca se habla. Una de las historias más representativas es la del doctor Alfredo Quiñones, quien llegó desde México como indocumentado y hoy es uno de los neurocirujanos más respetados de EEUU.

Defiende que los mexamericanos no son simplemente mexicanos en Estados Unidos, que es una cultura distinta, que el pasar muchos años en otro país “te colorea la nacionalidad”. ¿Cómo se aprecia esa fusión?

Vivir tantos años en un país y adaptarse a él te hace distinto. Por eso, el libro busca iluminar esa periferia que está alrededor de la cultura mexicana y norteamericana.

Un ejemplo es el famoso 'spanglish', que es una mezcla de las jergas que traemos de Latinoamérica empapada con palabras del inglés. Acá también se ha inventado el 'jazz jarocho'. Se hacen corridos, un género musical muy mexicano, pero tratan sobre el ataque terrorista a las Torres Gemelas o la guerra de Vietnam.

Hay obras artísticas como la del pintor Martin Ramírez, que hibridan lo mexicano y lo gringo. En sus cuadros es difícil saber si sus vaqueros son 'cowboys' o rancheros mexicanos. Otro ejemplo es el del caricaturista mexicano Felipe Galindo, capaz de retratar a un torero toreando taxis en Nueva York, o una serenata a los pies del Empire State. Todas esas imágenes nuevas son Mexamérica.

¿En qué medida están afectando los mensajes de odio de Trump a la autoestima de la comunidad mexicana en EEUU?

Sin duda, afectan mucho. Entre los mexamericanos, especialmente los de segunda y tercera generación, conviven dos visiones: los que se siguen sintiendo mexicanos y se sienten orgullosos de su pasado y los que reniegan. Hay jóvenes de origen mexicano que no quieren hablar español, que no quieren ser reconocidos. Hay estudios que muestran cómo en los censos cada vez menos personas se autodefinen como mexicanas.

¿Qué riesgos puede tener ese desapego en el futuro?

Ahora mismo la relación de los mexamericanos con las familias en México sigue siendo bastante potente, por más que mister Trump quiera negarlo. Hay una población enorme de este lado, con mucha transnacionalidad. Gente que tiene un pie de un lado y de otro de la frontera. Pero también es cierto que todos esos lazos de parentesco se irán debilitando con el tiempo. En el futuro todo dependerá de cómo sientan los mexamericanos esa parte de origen mexicano, si están orgullosos de ella o, por miedo al rechazo, prefieren enterrarla.

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