Un policía local de Melilla patea a dos menores migrantes que mantenía retenidos
Un vídeo publicado por la ONG melillense Prodein muestra a dos policías locales de la ciudad de Melilla golpeando a cuatro menores no acompañados (menas) que habían sido detenidos en un parque. En el documento, de minuto y medio de duración, se observa a un policía patear a los chicos en dos ocasiones mientras estos esperan sentados a que el otro agente los introduzca en un vehículo. Los dos agentes levantan a tres de los chicos agarrándoles del pelo.
“Así son las redadas de menores en Melilla”, se lee al comienzo del vídeo. Grabado a una distancia de unos 30 metros y sin sonido, se muestra la detención y traslado de cuatro menores por dos agentes de policía local. El vídeo está grabado, según se dice, el pasado lunes a las 20.15 horas.
Los menores están sentados en un escalón custodiados por uno de los agentes, que parece hablar con ellos mientras espera a que su compañero los introduzca uno a uno en el coche de policía. En la espera, el primero de los policías propina dos patadas a uno de los menores, a los que levanta agarrándoles del pelo.
El consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González, explicó ayer a El Faro de Melilla que la Policía investigará el asunto para determinar si existió “proporcionalidad” en la actuación de los agentes. González explicó la versión de un vigilante del lugar: según éste, los menores estaban encaramados a un tejado de una caseta del parque, y desde allí lanzaban piedras a los paseantes. El consejero no ha devuelto, por ahora, las llamadas de este medio.
Denuncias frecuentes de maltrato
Muchos menores aseguran que es habitual que se les golpee. José Palazón, presidente de Prodein, explica que algunos denuncian que se les trata “así, o peor incluso. No ocurre siempre, pero sí es frecuente”. “Lo que no es habitual es que se les pille en un momento en el que están agrediendo a un chaval. Si los pillas, ellos te denuncian a ti o te obligan a borrar el vídeo”, explica Rosa García, activista de la ONG Harraga, que trabaja con estos chicos en Melilla. Basta charlar con alguno de ellos para que escuchar un relato de abusos o violencia policial. “Lo peor es que lo normalizan. Se ríen. Y te vienen con un 'huevo' en la cabeza diciendo 'porra, porra”. José Palazón anticipa que pondrá el caso en conocimiento de la Defensora del Pueblo.
Las redadas de menores no acompañados son una práctica habitual. Estos menores, marroquíes la gran mayoría, están tutelados por la ciudad, que encomienda su guarda y custodia al centro La Purísima. El centro acoge a unos 300 (el doble de su capacidad), y no evita que muchos de ellos duerman en la calle, intenten introducirse en los barcos que viajan a la península como polizones (con resultado de muerte en varias ocasiones) o vaguen por las calles sin mucho que hacer. La Purísima cierra sus puertas para el reingreso voluntario a las 12 de la noche y en ese momento el menor es dado de baja para esa noche.
Algunos menores aseguran que durante las últimas semanas ha aumentado la frecuencia de las redadas policiales para trasladarlos a La Purísima durante la noche, coincidiendo con la alarma en un sector de la ciudad que les atribuye la responsabilidad de una supuesta inseguridad. José Palazón aclara que la presión es continua, con independencia de que puedan redoblarse las redadas en algún momento puntual.