¡Viva Robbing Poor!
El Gobierno español y otros Gobiernos del mundo, presionados por los lobbies empresariales y financieros, arrebatan los derechos de las personas para garantizar y aumentar los beneficios de las grandes empresas internacionales, que han visto mejorar su negocio millonario en plena crisis económica: “Quitar a los pobres para dárselo a los ricos”.
España tiene unos tipos impositivos de los más elevados de Europa en renta (52%), IVA (21%) y beneficios empresariales (30%), y sin embargo, recaudamos menos que otros países. Tenemos una de las recaudaciones más bajas de Europa, en torno al 31,4% del PIB.
Todo esto se produce porque se permite un escandaloso volumen de fraude fiscal. Diversos estudios solventes (FUNCAS, FURC, GESTHA, Schneider) fijan el volumen de economía sumergida en España entre el 20% y el 25% del PIB, muy por encima de la media europea. Esto es: 250.000 millones de euros al año. Las consecuencias fiscales de estas cifras son de cerca de 60.000 millones de euros en concepto de impuestos evadidos y unos 30.000 millones de euros en cotizaciones (cuota trabajador y patronal) defraudadas. Total: 90.000 millones de euros de fraude fiscal, más que la suma de todos los recortes sociales y de derechos que ha sufrido España en los últimos años. Mientras no se actúe controlando las rentas del capital, la mayoría de la población pagará el beneficio de la minoría, aumentando la brecha de desigualdad y pobreza que ya sufrimos ¡Viva Robbing Poor!
Prácticamente el 100% de las grandes empresas tiene fondos en paraísos fiscales y no se legisla para evitarlo. En Bruselas se estima que la cifra de fraude en toda la Unión Europea por fondos depositados en los paraísos fiscales está en torno a 1 billón euros (con 12 ceros), unos 2.000 euros por habitante de Europa. Es evidente que todo ese fraude se concentra en pocas manos: las de las grandes empresas. ¡Viva Robbing Poor!
En los últimos años, el Gobierno español ha introducido más de 500 medidas para reducir el fraude, que suponen un parche para los sofisticados sistemas actuales de defraudación, La amnistía fiscal de 2012 representó un claro “Que paguen los pobres y no los ricos”, llegando a suponer unas multas en torno a un 3% sobre lo declarado, mientras que la gran mayoría de las personas en España paga por encima de un 30% ¡Viva Robbing Poor!
Es imprescindible tomar medidas que hagan sentir a los defraudadores que su negocio no es rentable, dotar de medios humanos a la lucha contra el fraude y llevar a cabo una gran reforma tributaria. Neutralizar el daño de los paraísos fiscales e implantar un impuesto a las transacciones financieras internacionales que recaude a beneficio de las personas, no de la banca y los especuladores. Todo ello son medidas imprescindibles. Mientras no ocurra esto, seguirán pagando los pobres para beneficio de los ricos y estaremos más lejos de la justicia social que exige una sociedad democrática en un Estado de derecho.