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Un periodista italiano inicia una huelga de hambre después de 10 días detenido en Turquía

Gabriele del Grande, periodista italiano detenido en Turquía.

Fabiola Barranco

El pasado 9 de abril, el periodista italiano Gabriele del Grande fue detenido por las autoridades turcas en la localidad fronteriza de Hatay en Turquía, hasta donde se había desplazado dos días antes para continuar con su labor de investigación para su próximo libro 'Un partisano me dice', sobre la guerra siria. Este martes, del Grande ha anunciado el inicio de una huelga de hambre con el que pide su liberación.

La noticia llegó a su círculo más cercano, pero pronto se extendió en las redes sociales donde no fueron pocos los que decidieron mostrar apoyo al joven reportero y fundador del observatorio de inmigración, Fortress Europe, que documenta las vidas perdidas en el Mediterráneo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia explicó este miércoles en un comunicado que el Ejecutivo italiano está siguiendo con atención el caso del periodista Gabriele Del Grande y está en contacto permanente con su familia.

El ministro de Exteriores italiano, Angelino Alfano, ha dispuesto que el cónsul italiano en la ciudad de Esmirna se traslade de forma urgente la ciudad de Mugla (suroeste), donde se encuentra Del Grande, para visitarlo.

Desde el principio la familia ha recibido apoyo legal de Luigi Manconi, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado italiano, y de la abogada Alessandra Bellerini, también defensora de la familia de Giulio Regeni, el estudiante secuestrado y asesinado en Egipto.

“Estoy bien, no me han tocado un pelo, pero no he podido llamar, me confiscaron mi teléfono y mis cosas, aunque no me han acusado formalmente de ningún delito”, ha afirmado el jperiodista italiano en una llamada telefónica a su casa, que realizó a las dos y media de la tarde del martes.

Del Grande aseguraba estar custodiado por cuatro policías en el momento de la llamada. “Me detuvieron en la frontera -entre Turquía y Siria-, y después de estar en un centro de identificación y expulsión en Hatay, he sido transferido a un centro de internamiento de extranjeros en Mugla -una localidad turca al suroeste del país- en régimen de aislamiento”.

En la misma conversación denunciaba que no le habían permitido “nombrar a un abogado”. Afirma que tampoco fue notificado de la intención de las autoridades italianas de ponerse en contacto con él y desconoce el motivo del arresto, pero lo relaciona con el contenido de su trabajo, ya que, según denuncia, durante estos días de detención ha “sufrido repetidos interrogatorios al respecto”.

Por su parte, el cuerpo diplomático italiano en Ankara “envió a las autoridades turcas la solicitud de una visita consular, acogiéndose a la Convención de Viena de 1963”, como así han señalado en una nota de prensa del Ministerio de Exteriores de Italia. En el mismo documento instan a que “Gabriele del Grande pueda recibir asistencia jurídica y consular”.

Sin embargo, antes de cortar el contacto, Del Grande aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje: “Desde esta noche voy a comenzar una huelga de hambre y os invito a todos a movilizaros para exigir que respeten mis derechos”.

Una respuesta que no ha tardado en llegar por parte de muchos paisanos. En Italia se ha convocado una concentración el próximo 20 de abril en la emblemática Plaza de La Escala, delante del Ayuntamiento de Milán, donde está previsto organizar “una cadena humana y sumarse a la huelga de Gabri, hasta su liberación”, según ha informado gente cercana a él.

Más allá de las fronteras italianas, en internet también se han avivado los mensajes de apoyo y solidaridad con el periodista de 35 años. Ánimos que van acompañados de los hashtags #freeGabriele o #iostocongabriele (‘yo estoy con Gabriele’, en italiano); éste último haciendo referencia al título del documental 'Io Sto con la Sposa' ('Yo estoy con la novia'), sobre el periplo de cinco refugiados sirios de Milán a Estocolmo, que fingieron la celebración de una boda para burlar las fronteras y que Gabriele dirigió junto a Antonio Augugliaro y Khaled Soliman Al Nassiry.

Gabriele Del Grande se acerca a la gente para descubrir historias y destapar injusticias. En 2006, cuando tenía 24 años, recorrió diferentes países del norte de África para narrar la odisea de quienes buscan un futuro mejor en el Viejo Continente. Como resultado de su investigación, publicó los libros “Mamadou va a morir” y “Quemar la frontera”.

Durante la última década, además de cubrir la actualidad de las fronteras, ha informado sobre las revueltas árabes y las guerras de Libia y Siria. Precisamente, esta detención llega en pleno proceso de exploración sobre los gérmenes del conflicto en Siria, que está previsto que se haga tangible en el libro “Un partisano me dice”, gracias a la colaboración de mecenas.

Todo este asunto ha coincidido con la celebración del referéndum sobre la reforma constitucional en Turquía, cuyo resultado en favor del ‘sí’, trae consigo la ampliación de las competencias del presidente Erdogan. Un momento en el que el control sobre la prensa extranjera y local se ha endurecido en los meses de estado de emergencia tras el fallido golpe de Estado el pasado verano.

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