Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La declaración de Aldama: “el nexo” del caso Ábalos apunta más arriba aún sin pruebas
De despacho a habitaciones por 1.100 euros: los ‘coliving’ se escapan de la regulación
Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

“Hay personas caminando sin rumbo, desesperadas. Las necesidades de salud mental van a ser enormes”

Un niño camina junto a un barco y varias casas destruidas por el tifón, junto a un depósito de combustible en la ciudad de Tacloban, en la provincia de Leyte, en el centro de Filipinas, el 11 de noviembre de 2013. AP /Aaron Favila

Natasha Reyes

Coordinadora de Médicos Sin Fronteras en Filipinas —

Ahora mismo estamos operando en un agujero negro de información. Dentro de lo poco que podemos ver, sabemos que la situación es terrible. Pero lo que no vemos es lo más preocupante. Los informes que recibimos de Tacloban hablan de que toda la ciudad, de 400.000 habitantes, ha quedado devastada. Pero hay cientos de ciudades y pueblos por los que también ha pasado el tifón por donde también están cortadas las comunicaciones. Para ser honesta, no se sabe cuál es la situación en estos lugares más rurales y remotos, y pasará algún tiempo hasta que tengamos una imagen completa.

Es un desastre sin precedentes en las Filipinas. Sus efectos son algo parecidos a los que dejaría un terremoto seguido de enormes inundaciones. Nuestro foco inicial se situará en la provincia de Leyte, la primera en ser golpeada por el tifón. Sabemos que muchas instalaciones médicas han sido destruidas o dañadas, con equipos médicos arrasados. Además, gran parte del personal de salud está desaparecida por lo que los recursos se están agotando.

Muchos heridos están siendo atendidos en el aeropuerto, donde los militares de Filipinas están proporcionando atención médica. Pero tienen mucha presión sobre todo por la necesidad de medicamentos y suministros, por lo que vamos a establecer un equipo médico para apoyarlos. Los heridos están siendo transportados en moto o a pie hasta el aeropuerto de la ciudad: una caminata de seis horas.

El hospital regional de Tacloban ha sido golpeado por una marejada propiciada por la tormenta y gran parte de su equipo médico ha desaparecido. Todavía no sabemos con certeza lo ha quedado en buen estado. Hay heridos que aún no han recibido atención médica. Normalmente, en estos tipos de desastres, las principales necesidades están relacionadas con los desplazados, y las lesiones son relativamente menores: huesos rotos, corteso heridas en la cabeza. No obstante, teniendo en cuenta las muchas casas y edificios destruidos, esperamos ver heridas de consideración.

El tétanos es un riesgo importante. La gente se ve obligada a buscar entre los escombros de sus casas y muchos acaban haciéndose cortes que se infectan rápidamente. La vacunación contra el tétanos es vital, lo pudimos comprobar desde nuestra experiencia con el tsunami de Aceh (Indonesia, 2004).

Nuestra prioridad es atender las necesidades médicas urgentes e inmediatas. No sabemos la cifra exacta pero estamos seguros de que son muchos. Después de esa atención, viene el resto: refugio, agua y comida. Han perdido todo. Hemos escuchado testimonios que cuentan que hay personas caminando sin rumbo, totalmente desesperadas. Las necesidades de salud mental van a ser enormes por lo que nuestro equipo estará acompañado por un psicólogo en los próximos días.

En esta etapa temprana, el gran problema para nosotros es mover gente y suministros de ayuda a la zona afectada. Tacloban tiene una capacidad limitada para vuelos, pero estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para conseguir el acceso de nuestros equipos.

Como somos capaces de conseguir más personal en las áreas de desastre, nuestra estrategia será movernos hacia fuera de la ciudad de Tacloban a la región y las islas circundantes. Creemos que Samar oriental va a ser nuestra próxima prioridad, pero para eso necesitaríamos utilizar un helicóptero que evaluase las áreas rurales, y también lanchas para visitar, tratar y suministrar a las poblaciones de la costa a través de equipos móviles.

Como filipina que soy, sé que somos un pueblo resistente. Hemos sido golpeados una y otra vez por los desastres naturales, pero cuando me hablan de gente tan desesperada y sorprendida es cuando realmente me doy cuenta de lo malo que es esto.

Etiquetas
stats