Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.
Hacia dónde va BiciMAD y hacia dónde debería ir
Lo dijo en mayo en este espacio el gerente de EMT, Álvaro Fernández Heredia, y lo han anunciado en la mañana del martes la alcaldesa, Manuela Carmena, la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, y él mismo: llega la ampliación de BiciMAD, el servicio de alquiler de bicicletas que es de gestión pública desde hace casi un año. Esto declara el comunicado oficial: “La próxima ampliación de BiciMAD, cuyas obras de implantación comenzarán a finales de 2017, supondrá la puesta en marcha de 42 nuevas estaciones y la incorporación de 468 bicicletas en el mes de febrero. Afectará a 8 distritos, cubrirá 5 importantes nodos de transporte, sobrepasará la M-30 y llegará, por primera vez, a Ciudad Lineal y Puente de Vallecas”. El Ayuntamiento y la EMT pretenden acabar 2019 con 4.000 bicis y 350 estaciones, o sea, doblar el servicio que se encontraron.
La noticia es la confirmación de lo prometido y, en cualquier caso, el cumplimiento de lo exigido en el pliego de condiciones vigente. O sea, que se cumplen un contrato y una promesa. Un notición, en los tiempos que corren.
Lo interesante del tema está en ver por dónde se ha diseñado esta ampliación. En su momento, se dijo que se haría teniendo en cuenta la opinión de usuarios, residentes, asociaciones y colectivos y con tres criterios básicos: densificar el servicio en las áreas ya cubiertas, crear nodos de transporte en estaciones e intercambiadores para fomentar la multimodalidad y salir de la M30. Echando un ojo con detalle al mapa de las nuevas estaciones, uno diría que se han cumplido los dos primeros criterios y que el tercero se cumple sólo de manera testimonial. BiciMAD va a rodar fuerte en el Madrid nuclear (Arganzuela, Salamanca y Chamberí serán los distritos fuertemente reforzados) y sacará la mano en Ciudad Lineal y Puente de Vallecas a ver si se moja en la periferia. Entiendo que es un primer paso, que la intención es afianzar el servicio donde ya estaba y, para el siguiente, salir más y mejor. Pero voy a ver qué piensan otros.
Iván Villarrubia, de En bici por Madrid, me dice: “Se ha preferido reforzar los distritos que ya tenían servicio antes que expandirlo a nuevas zonas. Los barrios que ya tenían BiciMAD tendrán mejor BiciMAD a costa de una gran decepción por parte del resto de la ciudad, que esperaba una expansión más repartida a las afueras de la M30. Nosotros habíamos hecho una propuesta que conjugaba refuerzo y cobertura de zonas muy demandadas que podría haber contentado mucho más (se puede ver aquí). Eso sí, que se hayan atendido por fin dos puntos calientes como los intercambiadores de Plaza de Castilla y Avenida de América es de aplaudir”.
Desde la Asociación Pedalibre, por su parte, declaran: “Nos alegramos de que el servicio haya alcanzado madurez y estabilidad, es un primer paso imprescindible para crecer con criterio. Nos parece importante también que dicho criterio se haya basado en datos objetivos para expandir el servicio tanto en calidad como en ámbito. Animamos a las entidades gestoras a profundizar en la toma y análisis de datos de uso para evaluar la ampliación ahora anunciada y planificar las ampliaciones futuras. Animamos también a potenciar el resto de medidas favorecedoras de la cultura de la bici en Madrid de forma que el efecto conjunto sea multiplicador”.
Por lo demás, las cifras del dossier informativo indican que BiciMAD se ha recuperado definitivamente. Hay 62.700 abonados, record histórico de usos, 378.368 en septiembre, un promedio de usos diarios de 12.612 (en septiembre también) y una media de incidencias y averías estabilizado en lo más bajo del histórico. Muy bien, el servicio se consolida con la gestión de la EMT.
Pero conviene detenerse en otros datos muy reveladores que ofrece el informe. La mayoría de usuarios, el 85%, tiene estudios universitarios —en la ciudad el porcentaje está en torno al 34%— y las mujeres sólo representan el 35% de usuarios del servicio. Son dos señales muy claras de que a BiciMAD en particular y a la movilidad de la ciudad de Madrid les queda mucho que trabajar en materia de inclusión. Hay que pensar en ampliaciones de servicio y políticas de fomento de la bicicleta que vayan más allá y se ocupen también de lo social. Hay que garantizar que la movilidad sostenible esté al alcance de todos, que sea accesible, que sea segura. Llegados a este punto, ésta es la ampliación necesaria.