Suenan los tambores de huelga indefinida en la Universitat Politècnica de Cataluña (UPC). Una asamblea participada por más de medio millar de trabajadores y estudiantes de la universidad ha aprobado este viernes comenzar a organizar una huelga indefinida para exigir la retirada de los presupuestos de 2013, aprobados por el Consejo Social esta semana, que prevén, entre otras medidas de choque, el despido del orden de 340 empleados, entre Personal de Administración y Servicios (PAS) y profesores asociados.
A pesar de la aprobación por parte de un 80% aproximadamente de la asamblea de la huelga indefinida, los asistentes han reconocido que no basta con querer hacerla, sino que se debe trabajar para que la apoye la mayoría de la plantilla. De hecho, buena parte de la asamblea estaba formada por PAS y estudiantes, de manera que existe el temor de que gran parte del Personal Docente Investigador (PDI) no la secunde, lo que restaría fuerza a la lucha. Por ello, se ha acordado “trabajar” a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa para poder convocar la huelga este mismo mes de abril, justo antes de que se haga efectivo, el 1 de mayo, el despido de los 90 PAS afectados por la medida.
Desde los sindicatos, que deben convocar el paro oficialmente, la huelga indefinida se ve con buenos ojos, pero también se quiere esperar a actuar sobre seguro. “Si una mayoría importante de la UPC está a favor, la secundaremos”, sentencia Alicia Fernández, representante del PAS funcionario de la universidad por parte de CCOO.
Los trabajos previos al paro indefinido, aún por concretar, consistirán principalmente en movilizaciones y campañas de difusión a través de las redes sociales, pero sobre todo asambleas en cada campus para implicar a todas las facultades. También se ha votado recoger firmas para pedir la dimisión del rector, Antoni Giró.
La UPC acumula actualmente un déficit de 110 millones de euros, el más elevado de todos los campus catalanes, lo que ha llevado al centro a una situación de asfixia que ha derivado en los presupuestos restrictivos previstos para el actual curso. La universidad también está inmersa en un plan de viabilidad que contempla la integración de centros y titulaciones y la venta de patrimonio.