Seguramente han visto sus vehículos por la calle. Ambulancias y transportes colectivos para personas con discapacidad lucen el anagrama del grupo La Paz: un pájaro blanco sobre fondo azul. Lo que muchos quizá no sabe es que esta empresa es una cooperativa que nació del voluntariado en Badalona hace 30 años.
Frederic Torrent es el presidente del Grupo La Pau. Explica con orgullo la evolución de esta empresa que crearon 12 personas y que ahora ocupa unas 420 de media. Que arrancó comprando dos ambulancias y ahora tiene más de 120 vehículos y que hasta el momento ha capeado la crisis sin hacer ningún despido.
“Fue hacia el año 1983, un grupo de personas vinculadas a la protección civil y Cruz Roja pensaron que podían ofrecer servicios de una forma más profesionalizada -entonces el transporte sanitario lo gestionaba casi en solitario Cruz Roja- y se decidieron crear una empresa, que desde el primer momento se quiso que fuera cooperativa. Compraron dos ambulancias, con unas 100.000 pesetas de la época y comenzaron ”, dice Torrent.
Los inicios de Grupo La Pau están ligados a Badalona. Al principio en el barrio de La Morera, y más tarde en el polígono industrial del barrio de Canyet. Pero no siempre las cosas han sido fáciles. Conseguir participar en los concursos públicos de la sanidad catalana costó un encierro y una huelga de hambre en una iglesia del barrio de la Salud. Así se rompió el bloqueo!.
La idea de crear una cooperativa se les ocurrió, dice Torrent, a los fundadores, al calor de la reacción ante la fuerte crisis que se vivió a finales de los años 70 del siglo pasado. “Muchos grupos de trabajadores se quedaban las empresas que cerraban y esta alternativa se veía viable”. Sin embargo, fue la ayuda que la gente de La Pau encontró en otra cooperativa de transporte sanitario del Vallès lo que les convenció para elegir el modelo de cooperativa.
Profesionalizar el servicio
“Nosotros al empezar vimos que esto del transporte sanitario era en gran parte un voluntariado, que no llegaba a todas partes. Los que empezaron, que quizás eran un poco visionarios, pensaron que se podía mejorar el servicio. Considere que el transporte sanitario era prácticamente un monopolio de Cruz Roja y entrar en este ámbito era muy difícil”, afirma el presidente de la cooperativa. Para entrar, Torrent recuerda la dura la protesta que tuvieron que hacer los fundadores hasta que la entidad pudo participar en el concurso que convocaba la Administración. El gobierno era su principal cliente. Había otros como mutuas, pero difícilmente llegaban a suponer el 1% de la facturación.
Durante los primeros meses de la cooperativa, sus fundadores trabajaron casi sin cobrar o sólo por unos salarios muy inferiores que percibían los trabajadores de otras empresas del entorno.
La clave del primer crecimiento llegó después de acceder al primer concierto con la administración. A partir de ese momento algunos bancos les dieron confianza abriendo líneas de crédito y otros mecanismos de financiación. Una segunda fuente de ingresos ha sido la entrada de más personal cooperativista. Al grupo se debe hacer una aportación para incorporarse a la sociedad, aportación que al jubilarse se recupera. Esto quiere decir que las necesidades de capital han coincidido con momentos de relevo o ampliación de plantilla.
Actualmente el Grupo La Pau tiene unos 160 vehículos, de los cuales 33 son autocares. Las ambulancias del Servicio de Emergencias Médicas son 42 y tienen también 49 ambulancias de transporte no urgente. En cuanto a personal, en los momentos punta la empresa ha llegado a tener 530 personas, cifra que baja a un promedio de 420, de los cuales 86 son socios, dice Torrent.
Proceso de integración
El acceso a socio de pleno derecho sigue siempre un proceso, aunque “de momento hace años que no entra ningún nuevo socio” dice Torrent. Así lo ha decidido la asamblea. Los nuevos miembros de la cooperativa entran en función de los relevos que se producen, afirma el presidente de la empresa. En este sentido, cuando la baja de socio es fruto de “una desgracia” su puesto siempre se cubre con alguien de la familia si lo ha pedido.
“Al principio, hasta que se decidió limitar el número de socios, lo que se hacía es que entraba una persona contratada y al cabo de un año podía pedir ser socio. Si se aceptaba la petición formaba parte de la cooperativa, aunque tenía que pasar seis meses de prueba”, afirma el presidente del grupo.
El mecanismo de capitalización que hacen los socios se basa en la valoración de las aportaciones, de forma que, por ejemplo, uno de los fundadores, si marchase, recibiría lo mismo que debe poner como capital social un nuevo trabajador. “Por poner un ejemplo, si en los inicios se tenía que poner 100.000 pesetas de aquel tiempo, ahora al marchar llevará el equivalente a 30.000 euros, cinco millones de pesetas” dice el presidente.
Problemas con el crédito
Grupo La Pau ha visto cómo la crisis le afectaba: “Desde 2010 estamos sufriendo y sufriendo mucho”. La administración ha rebajado el precio del servicio. Ha bajado también la actividad. El presidente de la cooperativa se sabe los datos de memoria, en 2010, se redujo el precio un 3,21%, el año siguiente un 2% y el tercero un 4,6%. ¡Y cómo se afronta esta situación? “Nosotros estamos orgullosos de lo que hemos hecho. Somos de las empresas más grandes de Cataluña de este sector y no hemos despedido a nadie. Ni hemos hecho un ERE. Hemos realizado una reestructuración de jornada ”, explica. La solución consiste en que toda la plantilla realice estrictamente ocho horas de trabajo cada día. Antes se hacían muchas horas extras y esto se ha terminado, dice con convencimiento Frederic. Y todo negociado ello y acordado con los sindicatos.
Pero, además se ha iniciado una diversificación en cuanto a los tipos de transporte. “Aquí vimos un posible servicio, que algo nos pedía la misma administración, como era el transporte de personas con discapacidad física o psíquica. Esto quiere decir que hacemos transporte para centros con disminución, como colegios; para talleres para disminuidos; para los talleres-escuela. Y también para personas mayores, hacia centros de día. Este tipo de trabajo requiere vehículos adaptados. Y todo funciona si ganas los concursos públicos”.
La fórmula de las concesiones de trabajo es ahora muy competitiva, los concursos que desde 2006 rigen el transporte sanitario están abiertos a empresas de toda Cataluña y, cada vez en la competencia hay multinacionales o empresas de capital riesgo, con muchos medios, que intentan conseguir los pedidos, dice Torrent.
Movimiento cooperativista
La vinculación del Grupo La Pau con el resto del movimiento cooperativista catalán ha ido creciendo en los últimos años. “Si hasta 2006 casi no se nos conocía fuera de aquí, ahora podemos decir que formamos parte del Consejo Rector de la Federación de Cooperativas de Trabajo de Catalunya. Allí hablamos, nos interrelacionamos y tenemos una comunicación fluida”.
Una empresa como La Pau , con mucho personal y gastos altos , tiene en la financiación un punto clave. Torrent habla de los efectos de la crisis en este campo. “ En julio de 2012 nos retiraron una línea factoring de 2 millones, y en navidad nos anularon otra de 3 millones y nos quedamos sin financiación en este aspecto. Esto pasó porque la empresa que nos concedía este descuento era propiedad de las cajas que se han reestructurado, y a pesar de las garantías, nos retiraron las líneas de financiación ”, Afirma. La respuesta positiva a esta situación, indica, vino en parte de la mano del cooperativismo. “Y había también bancos aquí que creían en nosotros, y además se consiguió la ayuda de Avalis (entidad pública de la Generalitat, que gestiona avales) y Sicoop organismo financiero nacido del movimiento cooperativista) ”. Este último organismo “en un momento muy difícil para nosotros, nos ayudó y ofreció un crédito participativo de 1 millón de euros”. A pesar de tener vinculación con el movimiento cooperativista, Sicoop es calificado por Torrent, como una entidad muy exigente a la hora de pedir garantías y de ejercer el control sobre su inversión. Y precisamente el hecho de conseguir los fondos por estos medios ha hecho que las puertas de los bancos convencionales se vuelva a abrir para La Pau.
Frederic Torrent pone énfasis al hablar de su empresa en la competitividad. Por encima de la forma societaria, la firma debe ser solvente y estar bien gestionada, asegura. Otra cosa es el destino que se da a los beneficios, cuando los hay. Y recuerda los esfuerzos que en los últimos años han hecho: “hemos tenido que soportar hasta unos 8 millones de euros de retrasos en los pagos”, insiste.
Otra cosa que supone para el Grup La Pau un gran esfuerzo incluso económico es la formación. Una flota de ambulancias y autocares destinados a dar servicios a personas que tienen dificultades precisa de personal preparado. Ello supone que constantemente se forme al personal. Métodos de atención al paciente psiquiátrico, monográficos sobre asistencia pediátrica, atención al paciente politraumático o cursos genéricos de técnico en transporte sanitario se realizan constantemente en las mismas instalaciones.
Fundación solidaria
Pero, al igual que otras cooperativas, Grupo La Pau ha puesto en marcha una fundación: www.lapausolidària.org que ya ha realizado proyectos en Gambia, como rehabilitación de un hospital, creación de una flota de transporte sanitario, implantación de un modelo de farmacia y suministro de medicinas; en el campo educativo ha realizado la rehabilitación de una escuela, aportación de libros y organización de una biblioteca e implantación de un sistema de becas. O también acciones de desarrollo social, como mejorar la cultura sanitaria de una zona; la implantación de cultura cooperativa y campañas contra la ablación del clítoris, entre otros. Todo ello a partir de un grupo de visionarios que decidieron hace 30 años comprar dos ambulancia e intentar mejorar el servicio de transporte sanitario.