Los premios Gaudí, que entrega la Academia Catalana del Cine, tendrán un importante sabor cooperativo este año. Una de las películas nominadas es Otelo. El director de producción de esta obra, Aritz Cirbián, fundó, justo después de realizarla, una cooperativa, Primitive Films, que sigue la estela artística marcada por la película.
Otelo, que ya muestra la semilla de lo que he han sido las producciones de Primitive, se estrenará el 24 de este mes, después de conseguir varios premios en los festivales donde ha sido presentada: premio del público en el festival internacional de cine de autor de Barcelona, Premio del público del festival online de cine inédito; premio al mejor film y a la mejor actriz del Festival Europeo Independiente de París (ECU) y película seleccionada en el Sevilla Festival de cine europeo. Quizás este éxito nacional e internacional acabado arrastrando el film a la nominación a los premios Gaudí.
Cirbián, productor formado en la ESCAC había trabajado antes en varias producciones fruto de la colaboración con empresas privadas.
¿Cuál fue el razonamiento que le llevó a crear la cooperativa Primitive Films, teniendo ya trabajo en el sector privado?
Visto desde la distancia creo que fue una decisión nada prudente. La idea de crear la cooperativa nació en 2010, pero hasta dos años más tarde no se puso en marcha. En ese momento estaban todos los elementos en contra nuestra, pero teníamos muy clara la idea de crear nuestra propia productora. Aunque esto parezca un poco naif, el hecho era que a pesar de todo pensábamos que así tendríamos más independencia creativa.
¿Cuáles eran estos elementos que os iban a la contra?
Veíamos que en ese momento por unos motivos u otros el mercado cinematográfico se iba reduciendo. Pero nosotros nos decidimos y fuimos a la brava a crear nuestra empresa a pesar de todas las previsiones en contra.
¿Los componentes del equipo con el que fundásteis la cooperativa habíais trabajado antes juntos?
Sí. Por ejemplo, buena parte de la gente que hicimos Otelo trabajando con productoras privadas ahora estamos en la cooperativa: el realizador, el montador, y yo mismo, como director de producción, hemos confluido en Primitive Films. Luego se han incorporado otras personas como la coordinadora de producción y la responsable de la dirección financiera.
Vamos por partes: ¿Cómo empezasteis?
A jornada completa lo hicimos en 2012. Inicialmente, creamos una agencia de comunicación y producción publicitaria. Esta entidad, que forma parte de la cooperativa, es la agencia de comunicación. Posteriormente decidimos sacar adelante el vehículo para producir ficción. Y en esas estamos.
¿Y el arranque desde el punto de vista económico?
Con toda la ilusión del mundo pusimos en marcha una campaña de micromecenaje en Verkami. Con la colaboración de la familia y los amigos obtuvimos el primer dinero para producir ficción. Ahora, gracias a ese empujón inicial tenemos en explotación dos productos de ficción. Tenemos también en producción otros dos documentales y también estamos desarrollando un largometraje. Un ejemplo de los trabajos que hacemos es Solo para supervivientes, un documental realizado sobre la historia de la revista Víbora.
Desde el punto de vista de su funcionamiento, ¿Cómo os organizáis? Especialmente teniendo en cuenta que sois una cooperativa.
¿Cómo nos lanzamos a la piscina? De entrada en un ejercicio arriesgado. Por lo tanto, hemos desarrollado las dos patas de nuestra empresa, por un lado la agencia de comunicación, que realiza trabajos de producción publicitaria y agencia de representación y, por otra, la productora en sí mismo. Debemos decir que con todos los problemas que sufre el sector y además una empresa que comienza, hemos ido creciendo y ahora ya somos nueve personas trabajando a pleno rendimiento.
¿Su intención es mantener la estructura cooperativa?
Sí, la idea es mantener la práctica totalidad de la gente en cooperativa. Es clave que todos los que estamos en el proyecto seamos socios. Además, es una forma de cambiar las relaciones laborales y forma parte de nuestro ADN como proyecto. Creo que es un sistema que nos debe ayudar a revisar las relaciones entre creadores, productores, distribuidores e incluso consumidores. Se trata de optar por la cooperación más que por la confrontación y la competencia descarnada. Si lo conseguimos, todas las partes seremos más felices.
Supongo que al principio el esfuerzo económico debía ser importante.
Sí, recuerdo que a través de Verkami recaudamos 33.000 euros. Pero la producción costó más de 250.000 euros. Y el trabajo no se habría podido haber hecho sin la aportación en trabajo que hicimos todos, y que es muy difícil de valorar pero podria llear a los 100.000 eirps. Contando todo, se puede decir que la inversión en especies, generalmente en trabajo este año superaría los 500.000 euros. Esto sólo se puede hacer con un sistema cooperativo. Nunca lo podríamos hacer siguiendo la lógica capitalista.
Ha dicho que el arranque de la cooperativa fue arriesgada en cuanto a la situación del momento. ¿Cómo está ahora?
En una frase, estamos en el momento de la “sangre sudor y lágrimas”. Se hace duro y largo, y la situación actual de crisis general ayuda a que este período se prolongue.
¿Quizás este es el motivo que le ha llevado a una rápida internacionalización?
Desde el principio hemos tenido claro que no nos podemos limitar el mercado local. Nuestros productos suelen estar rodados en francés e inglés, además de en castellano y catalán. ¡Tenemos claro que hemos de jugar en todas las ligas!