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2024, el año de las huelgas en Alemania

Instalaciones vacías por la huelga en el aeropuerto de Berlín.

Aldo Mas

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Las huelgas marcan un inicio de año convulso en Alemania. 2024 comenzó con las protestas de los trabajadores del campo, que marcharon contra los recortes de las subvenciones y, en general, contra la política del Ejecutivo del canciller Scholz y su coalición. Luego se produjo la huelga de ferroviarios, en medio de movilizaciones en contra de la extrema derecha y ahora los servicios de seguridad de los aeropuertos y el transporte público de las ciudades.

El Aeropuerto Internacional de Berlín, “el BER” tal y como lo conocen aquí, ofrecía un extraño panorama este jueves: un aeropuerto que funcionaba a medio gas. “En realidad, hoy hay menos de la mitad del trabajo”, dice a ElDiario.es una trabajadora de una compañía aérea. “Sólo hay la gente que viene a Berlín con vuelo de llegada. Nadie sale de aquí”, añade.

La explicación a esta situación la completa el sistema de megafonía: “Debido a una acción del sindicato de los proveedores de seguridad, hoy no hay vuelos de salida. Las llegadas también pueden verse afectadas. Se ruega a los pasajeros que contacten con su compañía aérea”.

Esa información es algo que Viktor, un hombre mayor que espera su vuelo para ir a Chisináu, ha escuchado por primera vez a las 09:30 de la mañana. Él pensaba que su vuelo salía hacia la capital moldava a las 11:30. Pero al llegar al aeropuerto se ha topado con un lugar con mucha menos gente de lo habitual, los controles de seguridad cerrados y el mensaje de aviso de la megafonía.

Viktor habla con elDiario.es a primera hora de la tarde. Lleva tiempo esperando con sus maletas. Se ha quitado los zapatos para estar más cómodo. “Mi compañía aérea, de forma automática, ha retrasado la salida del vuelo. Saldrá mañana a primera hora. Tengo que esperar para facturar a las cuatro y media de la mañana de mañana”, explica con cara de resignación.

De haber sabido que el jueves había una huelga convocada por los trabajadores de los controles de seguridad de los grandes aeropuertos del país – salvo el de Múnich, Viktor se habría quedado en casa.

“Es que es demasiado. La semana pasada hubo casi cuatro días de huelga de los maquinistas de los ferrocarriles, hoy esto, y mañana habrá que aguantar la huelga convocada en los transportes públicos de casi todo el país”, comenta Viktor interpelando a su interlocutor. Alude, por un lado, a los paros del Sindicato Alemán de Maquinistas (GDL) que la semana pasada dejaron parado al sector ferroviario, y, por otro lado, a la huelga que había convocada en el sector del transporte público para el viernes en prácticamente todo el país.

Si todos hacemos huelga, ¿entonces qué?”

“A mí, francamente, me parece exagerado todo esto. Claro que todo el mundo tiene que mejorar sus condiciones, pero si todos hacemos huelga, ¿entonces qué?”, se interroga Viktor con aire retórico. Bettina, sin embargo, tiene otra opinión. Ella es otra usuaria del aeropuerto afectada por la huelga en el BER.

Bettina pasa delante de los carteles que informan de los “vuelos cancelados” hoy con una resignada sonrisa. “Siempre hay dos caras de la moneda, para todo. Yo prefiero quedarme con lo positivo”, dice Bettina a ElDiario.es.

Ella tenía que haber llegado en avión desde Stuttgart, a unos 500 kilómetros de Berlín. Pero, debido a la huelga del jueves, el vuelo no salió de Stuttgart y su compañía le ofreció viajar en tren hasta Berlín, cosa que hizo. Tiene el coche aparcado fuera del BER.

En la huelga de los aeropuertos del jueves, desde Berlín y Hamburgo no salieron vuelos. En menor medida se vieron afectados los aeropuertos de Fráncfort, Colonia, Bremen, Düsseldorf, Leipzig, Dresden, Erfurt y Stuttgart. Sólo en Berlín se cancelaron 170 vuelos. En Hamburgo, fueron 126, según las cuentas que hacía el diario económico Handelsblatt.

Los controles de seguridad de los aeropuertos es una tarea que en Alemania realizan 25.000 trabajadores. Se ponían de huelga esta semana para pedir mejoras salariales. El peor pagado de estos trabajadores cobra 20,60 euros la hora. Ganan, brutos, 3.300 euro al mes, según recoge el Handelsblatt.

“En el inicio de una lucha por mejorar las condiciones laborales”

Más numerosos que los trabajadores de los controles de seguridad de los aeropuertos son los empleados del transporte público, unos 90.000, que este viernes también se han puesto en huelga.

El sindicato Ver.di, la principal organización de trabajadores del sector servicios, convocaba este paro enmarcado por una ronda de negociaciones sobre las remuneraciones que aún no han ofrecido resultados concretos. “Ahora que la negociación colectiva se ha celebrado en todos los estados federales y no ha dado ningún resultado, ha llegado el momento de presionar más a los empresarios”, ha planteado Christine Behle, sindicalista integrante de la dirección de Ver.di.

Hasta 80 ciudades, incluida Berlín, se verán afectadas por esta otra huelga, en la que se preveían “notables restricciones” en la movilidad urbana, según las cuentas que hacían en el diario Bild, el más leído de Alemania. Al parecer, según han apuntado en sus páginas económicas el periódico generalista Süddeutsche Zeitung, “la huelga en el transporte público de Ver.di sólo es el inicio de una lucha laboral en la que los sindicatos quieren mejorar las condiciones laborales”.

Según ha explicado al Süddeutsche Zeitung, Thorsten Schulten, investigador del Instituto para la Economía y las Ciencias Sociales (WSI, por sus siglas alemanas), hay motivos para pensar que 2024 será “un año con más huelgas de lo habitual” en Alemania.

La irritación social se debe en parte a cómo la inflación ha aumentado en el país desde que comenzaras las sanciones intencionales contra Rusia por su ilegal invasión de Ucrania y desde que Alemania entrara en una crisis energética en la que el país ha dejado de comprar el barato gas ruso. Los salarios sólo han acompañado en parte la subida de los precios que ha sufrido Alemania. En 2023, la inflación media fue del 5,9%. En 2022 fue del 6,9%.

Otros sectores, como el de la química y el metal, donde trabajan cientos de miles de personas en suelo germano, también tienen previsto este año complicadas negociaciones salariales. Patronal y sindicatos también tendrán que encontrar soluciones a los efectos de la inflación. Según la descripción del Süddeutsche Zeitung, el 7% más de salario que piden los trabajadores en el sector de la industria química es uno de los factores que alimentan un “conflicto feroz” que, además, no es el único que puede derivar en huelgas.

Habrá más movilizaciones como las que han parado el aeropuerto de Berlín. 2024 ha empezado como el “año de las huelgas”, pero habrá que ver si termina con el mismo apodo.

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