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Alemania obliga a la Comisión Europea a informar con más transparencia de la negociación del TTIP

La comisaria de Comercio, Cecilia Malmstrom.

Pablo García

Por sorprendente que parezca, Alemania, el país guardián de la ortodoxia en la UE y el que ha jugado el papel más relevante en el castigo infligido a Grecia en forma de tercer rescate, se opone al TTIP, el tratado de libre comercio e inversión que la Unión negocia con Estados Unidos. Lo dicen las pocas encuestas publicadas en el país germano en las que se aprecia siempre una oposición fuerte al tratado, algo sobre lo que el Gobierno de coalición democristiano-socialdemócrata parece tomar nota.

A diferencia de España, donde el TTIP brilla por su ausencia en el debate político y en la mayoría de los medios, la negociación es más seguida en Alemania, donde la cancillería no se priva de reclamar periódicamente más transparencia a la institución que negocia en exclusiva en nombre de la UE, la Comisión Europea. En el último enfrentamiento han saltado chispas entre el vicecanciller Sigmar Gabriel y la comisaria que lleva las riendas del tratado, la sueca Cecilia Malmström.

La enérgica protesta de Gabriel ante el supuesto intento de escamotear a los estados miembros información relativa a las rondas negociadoras finalmente ha provocado una respuesta positiva de Malmström, que ha anunciado en su blog medidas para mejorar dicha transparencia además de tratar de justificar su actuación.

La polémica arrancó con una filtración publicada por el medio alemán Correctiv.org el 14 de agosto, cuando reveló informes acerca de nuevas medidas adoptadas por la Comisión que tendían claramente a una mayor opacidad: según la información filtrada, Malmström habría dado órdenes a sus subordinados de no remitir directamente a los estados miembros más textos sobre las negociaciones del TTIP “debido a los importantes puntos débiles [de la posición europea] en las últimas rondas negociadoras”.

A cal y canto en la 'sala secreta'

Correctiv.org fecha la orden de Malsmtröm el pasado 24 de julio. Según el contenido filtrado, la Comisión tendría que haber enviado los textos a los estados miembros que a su vez remitirían a sus respectivos parlamentos nacionales todo lo relacionado con la negociación. Sin embargo, para Bruselas esto “significa que cientos de personas tienen en realidad un acceso descontrolado” a esta información. Así que la Comisión tomó una decisión controvertida: guardar dicha información a cal y canto en la reading room, la sala secreta con textos confidenciales del TTIP a la que tiene solo acceso un número restringido de eurodiputados. 

“El informe [sobre las rondas negociadoras] incluía un lenguaje poco diplomático porque estaba pensado a nivel interno”, aseguran portavoces de la Comisión Europea a eldiario.es. “De hecho, la reciente discusión ha girado únicamente en torno a un solo documento que fue temporalmente guardado en la reading room mientras tratábamos de saber cuál era la mejor solución para manejar este tipo de informes en el futuro”, agregan. Los portavoces comunitarios insisten en que el contenido se refería a “tácticas internas” y otras prácticas que son inevitables a la hora de negociar.

Reacción a las críticas

Al trascender la revelación del portal Correctiv, la reacción del vicecanciller socialdemócrata alemán no se hizo esperar. Gabriel envió una carta a las instituciones en la que calificó la decisión de la Comisión de esconder la información de “lamentable”, y cargó contra la “confidencialidad” en la negociación alrededor del TTIP.

Ante la gravedad de los hechos, Malmström publicó una entrada en su blog el 21 de agosto en la que anuncia más medidas de transparencia tratando a su vez de justificar la actuación de su departamento. “Hablaré con Sigmar Gabriel en los próximos días”, avanza la comisaria, “porque creo que el actual debate sobre transparencia en algunos países de la UE está atrapado en una niebla de confusión”. Para evitar esta situación “la Comisión publicará desde ahora informes detallados y extensivos sobre las negociaciones en todas las lenguas oficiales de la UE”, indica la dirigente sueca. Algo que no se hacía por el momento.

“Garantizo que mis servicios están listos para proveer a los gobiernos de los 28 miembros toda la información necesaria a sus parlamentos nacionales, el Bundestag incluido. Reconozco que es indispensable para todos los hemiciclos. Los únicos cambios de mi política comercial tenderán a una mayor apertura”, señala Malmström.

Para Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, la entrada de Malmström en su blog no sirve para conseguir más transparencia entre la Comisión y los Estados Miembros. “Malmström miente cuando dice” que el Parlamento Europeo “tiene acceso a todos los documentos de las negociaciones: los documentos cruciales sobre el TTIP han sido escondidos de la opinión pública, como por ejemplo la demanda del Gobierno estadounidense para abrir el mercado de la educación universitaria en la UE”, replica Kucharz. Este activista denuncia que los funcionarios europeos que negocian con EEUU “no tienen que cumplir con las reglas de desglosar sus reuniones con el lobby industrial”.

No hay noticia de que otros gobiernos se hayan escandalizado ante las recientes revelaciones además del Ejecutivo alemán. Este medio ha preguntado al Ministerio de Economía, al que no le consta tal polémica. “En cualquier caso, el Gobierno español ni siquiera informa como el alemán al Congreso de los Diputados de las negociaciones del TTIP”, dice Kucharz. Queda la sensación de que la transparencia que envuelve al TTIP, siempre rodeado de polémica, solo mejora a golpe de enfrentamientos como el que se ha producido entre Bruselas y Berlín.

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