El Banco de España cree que el plan de Rato resolvía las dudas sobre Bankia

El Banco de España comenzó a dudar de la viabilidad de Bankia en octubre de 2011, tres meses después de su salida a bolsa, si bien consideró que el plan de capitalización que presentó el equipo de Rodrigo Rato a principios de 2012 resolvía esas incertidumbres.

El ex director general de Supervisión, Jerónimo Martínez Tello, ha explicado hoy en la Audiencia Nacional que el motivo de estas dudas del supervisor, compartidas con Deloitte, era el impacto que tenía sobre BFA -matriz de Bankia- su salida a bolsa y los créditos fiscales, cuestiones que se debatieron con los responsables de la entidad, han informado fuentes jurídicas.

A Martínez Tello, prosiguen las mismas fuentes, no le sorprendió que Deloitte no emitiera finalmente su informe a las cuentas de marzo de 2012, que reflejaban unos beneficios de 309 millones, y ha admitido que sabía que la auditora había reclamado a la entidad un informe de expertos independientes sobre estas dos cuestiones, pero que finalmente no se presentó.

Sin embargo, ha insistido en que esas cuentas eran “correctas” desde el punto de vista contable, aunque eso no es incompatible con que el nuevo equipo de Bankia optara después por modificarlas porque se habían producido hechos sobrevenidos, precisan otras fuentes consultadas por Efe.

Y es que para el Banco de España, que hoy ha reconocido que impulsó la fusión de Caja Madrid y Bancaja, los saneamientos llevados a cabo en el momento de la creación del grupo iban a ser suficientes para dos ejercicios siguientes siempre que no empeorara la situación económica.

Pero el país entró en una doble recesión, “dos riadas” que pusieron en apuros a Bankia, pero que en ningún caso hicieron pensar que fuera imposible que Rato reflotara la entidad.

Así las cosas, a principios de 2012, el Banco de España consideró que las incertidumbres que surgieron en el otoño de 2011 se disiparon con el plan diseñado por Rato y por ello, a mediados de abril, el supervisor dio su visto bueno con una serie de condiciones.

Sin embargo, inmediatamente después, el FMI emitió un avance de su informe sobre la banca española en el que sin citar a Bankia decía que era “crítico” que adoptara “medidas prontas y decisivas para reforzar su balance y mejorar su gobernanza”, al tiempo que la agencia Moody's rebajaba la calificación del grupo.

Fue así como Bankia barajó pedir una ayuda de 7.000 millones con la que recapitalizar el grupo y tratar de calmar a los mercados.

Aunque el supervisor no llegó a estudiar en profundidad este nuevo plan, Tello ha considerado que la cifra era correcta, si bien en su declaración como testigo ante el juez Fernando Andreu ha puntualizado que, “a veces, lo correcto no es lo más oportuno”.

Ha señalado que no tuvo conocimiento de la reunión entre los presidentes del Santander, Emilio Botín; del BBVA, Francisco González, y de CaixaBank, Isidro Fainé, en el Ministerio de Economía el fin de semana previo a la salida de Rato.

Ha reconocido que recibió una llamada de éste el 3 de mayo en la que le comunicó que había “problemas” con su nueva “estrategia” para que José Ignacio Gorigolzarri, que acabó sustituyéndole en el cargo, fuera el consejero delegado.

Sobre esa reunión, el secretario general del Banco de España, Javier Priego, ha relatado que se le requirió un informe jurídico sobre la conveniencia de que participara el titular de Economía, Luis De Guindos, pero él consideró que no existió ningún problema legal.

Mientras, el ex director general del FROB Mariano Herrera ha considerado que “pudo haber ocultación” a los consejeros de Bankia sobre su situación aunque lo ha justificado en el posible impacto reputacional.