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Banco malo, mala gobernanza
La sociedad que aglutina los activos tóxicos de la banca con problemas echa a andar hoy con las mismas malas prácticas de responsabilidad social que marcaron la gestión de las entidades rescatadas
Entre los consejeros, hay un alto cargo del régimen franquista y al menos otros tres mayores de 65 años.
Cumpliendo plazos in extremis, hoy echa a andar el banco malo, la sociedad gestora de activos tóxicos de la banca rescatada, bautizado oficialmente como Sareb. Una de las condiciones impuestas desde Bruselas para disfrutar del auxilio europeo era la de culminar la restructuración financiera a 31 de diciembre, poniendo en marcha este enorme contenedor de créditos inmobiliarios y pisos embargados que tendrá que gestionar la entidad durante un plazo máximo de quince años.
La precipitación con la que se ha llevado a cabo la parte final del proceso deja muchos cabos sueltos, como la entrada de más inversores internacionales, o la dotación de personal que gestione estos activos. La estructura de la sociedad, que tendrá un tamaño de hasta 55.000 millones de euros, es prácticamente nula. Dos pisos en el paseo de la Castellana en Madrid, un puñado de empleados y unos consejeros nombrados a prisa y corriendo. Lo justo para cumplir los mínimos legales para constituir una sociedad. Ni siquiera ha hecho públicos unos estatutos y está por ver cómo será su web ya que los dominios más lógicos ya han sido registrados por terceros.
Pero uno de los principales resquicios que bordea la legalidad vigente de la nueva sociedad es la patente ausencia de un equilibrio entre hombres y mujeres en el consejo de administración, tal y como exige la Ley de Igualdad en vigor. El órgano rector está compuesto por quince miembros, y solo dos son mujeres, precisamente los que le ha tocado designar a la parte pública de la sociedad (con un 45% sobre el papel), representada por el Frob. Uno de estos dos puestos está ocupado por la presidenta, Belén Romana. Además de Romana, Ana María Sánchez Trujillo también se sentará en el consejo que decidirá cómo gestionar la basura de los bancos en apuros.
Los inversores privados han nombrado otros seis consejeros, conocidos como dominicales por que se supone que representa los intereses de los accionistas de referencia en el consejo, todos varones y con experiencia en banca o en inmobliarias. Además, se nombraron otros cinco consejeros independientes. A estos consejeros se les supone independencia de los accionistas mayoritarios y se les nombra en las sociedades para que velen por los intereses de los minoristas. Por ahora, solo ha trascendido que los sueldos de estos consejeros irán desde los 100.000 euros a los 500.000 euros que se embolsará la presidenta, Belén Romana.