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Los accionistas de Bankia que no recuperarán su inversión

Goirigolzarri tuvo que aguantar el chaparrón de las quejas de los accionistas forzosos en la junta de Bankia.

Pilar Blázquez

Madrid —

Con la remontada de las acciones de Bankia, y las promesas del Estado de que recuperará el dinero inyectado en la entidad financiera, muchos accionistas empezaron a pensar que recuperar el dinero invertido en esos títulos era posible. Pero no todos recuperarán su inversión. Los accionistas que acudieron a la OPV en 2011 y los preferentistas que asumieron el canje por títulos de la entidad en 2012 tendrán casi imposible recuperar su inversión.

Según los cálculos que maneja la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, el momento en el que los clientes de Caja Madrid recuperarían lo invertido sería cuando las bankias alcancen los 1,86 euros, o antes si invirtieron en deuda subordinada (un producto algo diferente a las preferentes aunque se suele generalizar al hablar).

La entidad sostiene que los que tenían subordinadas ganan dinero desde que las acciones –siempre que no las hubieran vendido– llegaron a 1,22 o 1,35 euros, según la emisión que tuvieran. Y los que tienen preferentes empezarán a hacerlo cuando la acción llegue a 1,86 euros, y ahora cotiza a 1,50 euros. En estos cálculos no se tienen en cuenta los intereses que podían haber creado.

Además, según Bankia, los extitulares de preferentes de Bancaja de 2009 ya podrían haber vendido con beneficios, puesto que el precio que debía tener la acción para dejar atrás las pérdidas era de 1,227 euros por acción y la última cotización de Bankia al cierre de esta edición fue de 1,45 euros.

Pero todo eso no se aplica a los preferentistas que hicieron el canje en 2012 y a los de la OPV. Y es que Bankia es mucho más que la antigua Caja Madrid. Ese es el lamento de los antiguos clientes de Bancaja, Caixa Laietana, Caja Insular de Canarias, Caja de Ávila y Caja Segovia. Las noticias de que era posible recuperar el dinero con la subida de precio de las bankias alimentaron una falsa esperanza. Por más vueltas que le dan a la calculadora, las cuentas no les salen.

¿El motivo? El Estado, como condición para rescatar la entidad financiera, cambió las reglas de juego en medio de la partida con una ampliación de capital que hizo que sus acciones iniciales apenas tuvieran valor, ya que de cada 100 acciones viejas que tenían fueron compensadas por una de las nuevas, en una operación que técnicamente se llamó contrasplit.

El acuerdo original, de abril de 2012, ofrecía canjear el 75% de lo invertido en productos híbridos por acciones que en ese momento valían 3,31 euros cada una. El 25% restante se canjearía en diversas ocasiones hasta junio de 2013. Es decir, que para completar el canje al 100% de la inversión debían mantener las acciones hasta el verano de 2013.

En marzo de 2013, el precio de las acciones ya era irrisorio, 0,17 euros. La entidad, ya en manos del Estado, realizó este movimiento de contrasplit por el que por cada 100 acciones viejas, valoradas en esos 0,17 euros, el titular de ellas recibía una nueva valorada teóricamente en 17 euros. Teóricamente, porque la primera cotización tras el cambio apenas superó los 0,50 euros. “El dinero original invertido en preferentes estaba volatilizado con esta operación”, recuerda Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios de Asinver. La situación se agravó incluso más con la posterior ampliación de capital de 15.500 millones de euros.

Para que estos accionistas que canjearon en mayo de 2012 pudieran recuperar su inversión, tendría que valer por título 375 euros. Un imposible. Y es que para ello necesitarían que la entidad hoy presidida por Goirigolzarri se convirtiera en la empresa de mayor cotización bursátil del planeta, por encima incluso de Apple. Sin embargo, desde la entidad señalan que el número de accionistas que quedan en esta situación es “minoritario”.

Alrededor de 183.000 preferentistas (o propietarios de deuda subordinada) se presentaron al arbitraje con una opinión favorable para 137.476. Con estos datos, la entidad calcula que el 60% de los propietarios de híbridos han tenido un arbitraje positivo. En el caso de los que hicieron el canje en 2012, los que tienen que tener la acción a 375 euros para recuperar la inversión, han dado la razón en el arbitraje al 93,5% de las peticiones. Es decir, los menos.

En esta misma situación están todos aquellos que acudieron a la OPV de Bankia en julio de 2011 y no lo hicieron a la ampliación de capital de marzo de 2013. Para estos, no hay arbitraje posible y cualquier posibilidad de recuperar su inversión es una utopía.

Otro escenario después del rescate

Para quienes la conversión de preferentes en acciones se hizo en mayo de 2013, la situación cambia. “Hay que tener en cuenta que el canje de las preferentes de la antigua Caja Madrid, por ejemplo, se hizo después de una quita del 37,5% sobre la inversión en preferentes”, recuerda Germán García, abogado del despacho especializado Arriaga Asociados. Con esa premisa en mente, el tiempo de espera para recuperar el dinero se alarga, tanto como las acciones de Bankia tarden en recuperar, al menos, los 2,18 euros por acción. Ligeramente superior a la estimación del banco.

Según explica el analista Javier Flores, ese es el precio en el que alguien que hubiera comprado en la emisión de preferentes de Caja Madrid de 2009 podría recuperar sus ahorros. El cálculo es el siguiente. Supongamos que tenemos una inversión inicial de 50.000 euros. Con la quita obligada por parte de la Unión Europea, que fue de un 37,32%, el afectado habría recibido alrededor de 31.000 euros en acciones a 1,35 euros cada una. Es decir, casi 23.000 títulos, que necesitan cotizar a 2,18 euros cada uno para superar esos 50.000 euros iniciales.

Con esta idea en la cabeza, podría pensarse que con introducir una orden de venta en el sistema informático del banco, para vender justo cuando las acciones toquen ese precio, estaría todo solucionado. Pero no es tan fácil. Jordi Ruiz de Villa, abogado especializado en temas financieros de Jausas Legal, recuerda que hay otra variable a tener en cuenta: los intereses.

Las preferentes de Bankia pagaban un 7% de interés anual, pero ese interés se cobró por última vez en junio de 2012. En caso de ir a juicio, los tribunales están reconociendo un 4% de interés medio anual por esos títulos. Eso implicaría alrededor de un 20% de interés acumulado desde que se lanzaron las preferentes de Caja Madrid. Los intereses reales abonados por Bankia apenas llegan al 18%. Es decir, todavía habría que esperar más tiempo (distinto según cada caso) para obtener todo lo que un juez reconoce como devolución necesaria.

La posibilidad de que Bankia supere esos niveles, según los analistas, no es remota. “La nueva dirección lo está haciendo bien y los inversores internacionales vuelven a confiar en la rentabilidad futura”, comentan.

Y finalmente, un último disgusto que todos deben tener en cuenta: la fiscalidad. “El beneficio obtenido por la venta de las acciones tributa entre el 21 y 27%. Eso sí, se han mantenido más de un año en propiedad”, advierte el abogado de Arriaga Asociados. Si la cotización de Bankia llegara a superar esos 2,18 euros antes de mayo de 2014 y el propietario decidera vender, debería tributar esa ganancia patrimonial al tipo general de la renta (entre el 24,75% y el 56%). Así que para recuperar de verdad esos 50.000 euros, habrá que esperar a que los beneficios por la venta de las acciones compensen, además, la carga fiscal.

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