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Competencia constata que los consumidores de luz se han bajado la potencia “de forma masiva”

Factura de la luz.

Antonio M. Vélez

  • A partir de 2013, el Gobierno decidió incrementar un 92% la parte fija del recibo en el marco de su reforma energética y recibió como respuesta la campaña de varias organizaciones bajo el reclamo bajatelapotencia.org,

El director de Energía de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Fernando Hernández, ilustró este miércoles cómo los consumidores de electricidad han optado “de forma masiva” por bajarse la potencia para ahorrar, tras las subidas que el Gobierno decidió aplicar a partir de 2013.

Según Hernández, desde 2014 los consumidores de baja tensión (los domésticos y muchas pymes) se han rebajado la potencia un 4% mientras que en los de media tensión (empresas y organismos públicos), nada menos que un 15% y los de alta tensión (la gran industria con un consumo intensivo de electricidad), un 1,4%.

Durante su intervención en la presentación en Madrid del estudio 'Utility of the Future' del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de Comillas ICAI-ICADE y del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Fernández puso algunos ejemplos muy prácticos en su propio organismo.

Según relató, tras la fusión de antiguos reguladores en la antigua CNMC, los técnicos de la extinta Comisión Nacional de la Energía (CNE) analizaron el contrato que tenía con Endesa una de las entidades integradas [presumiblemente, la antigua Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones] y llegaron a la conclusión de que el organismo pagaba más del doble de la potencia que necesitaba: “Le bajaron de 751 kilovatios a 275”.

Lo han hecho los consumidores, se lo he hecho a mi madre y se lo he hecho incluso a nuestros consejeros cuando me han pasado su factura”, resumió Fernández. “El consumidor se adapta y optimiza”.

En agosto de 2013, el entonces Ministerio de Industria decidió aplicar una fuerte subida al coste de la potencia contratada de la luz (la parte fija del recibo). Tras un nuevo incremento a principios de 2014, esta partida se encareció para los clientes domésticos un 92%, según estimaciones de la Asociación de los Consumidores de Energía (Anae).

La subida fue una maniobra del Gobierno para intentar poner fin al denominado déficit de tarifa elevando los ingresos regulados del sistema, con los que se retribuye a las empresas por el uso de las redes y se sufragan los incentivos a las energías renovables, entre otras partidas.

La medida fue muy criticada desde múltiples sectores. Por ejemplo, Greenpeace, Facua y otras empresas y organizaciones lanzaron la campaña bajatelapotencia.org, por entender que se trataba de una medida que desincentiva el ahorro energético y penaliza la eficiencia. Todo en un país que importa el 100% del petróleo y el gas que consume y en el que la dependencia energética roza el 73%, según Eurostat.

Tras el encarecimiento de la parte fija de la factura, y pese a que la parte del variable del recibo (el coste de la energía) se redujo posteriormente, se dio la paradoja de que a consumidores con bajo consumo (como hogares en situación de pobreza energética) la factura les subió, mientras que aquellos que más energía gastaban vieron que su recibo se abarataba.

Cómo bajarse la potencia

La potencia contratada tiene un peso de en torno al 40% en el recibo e indica el número máximo de kilovatios que soporta una instalación eléctrica, esto es, la potencia máxima que se puede consumir de forma simultánea sin que, por decirlo coloquialmente, ‘salten los plomos’.

Para saber cuánta potencia es precisa, la CNMC recomienda echar mano de la calculadora y sumar la potencia máxima que necesitan los electrodomésticos del hogar (viene reflejada en una placa en cada aparato) para saber si se está contratando un exceso.

Hay otros métodos, como encender a la vez todos los electrodomésticos que puedan llegar a utilizarse simultáneamente (si no hay cortes, sobra potencia) o, mucho más preciso, consultar nuestras últimas puntas de potencia accediendo a las webs de las distribuidoras eléctricas. En este caso, basta con darse de alta identificando al titular del contrato y el código unificado de punto de suministro (CUPS, equivalente al IBAN bancario).

El trámite para reducirse la potencia es sencillo: llamar a la comercializadora eléctrica para que un técnico modifique la instalación en un plazo máximo de cinco días a cambio de 9,04 euros más IVA. Conviene ser prudente con las modificaciones. Sólo se permite un cambio cada doce meses.

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