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El Corte Inglés exprime su filial en Portugal con un dividendo de 140 millones de euros

Imagen del centro de El Corte Inglés en Lisboa. Foto: El Corte Inglés

Antonio M. Vélez

Necesitado como está de liquidez para reducir su endeudamiento (más de 4.500 millones de euros), El Corte Inglés ha obtenido una inyección millonaria de fondos de su filial portuguesa El Corte Inglés Grandes Armazéns, que explota dos grandes almacenes (en Lisboa y Gaia, cerca de Oporto) y supermercados de la marca Supercor en el país vecino. La operación se ha llevado a cabo mediante una reducción del capital de esa filial del 27%, por importe de 140 millones de euros, que han ido a parar a la caja de la matriz española. Las motivaciones detrás de esta operación pueden ser fiscales, ya que es el equivalente a un reparto de dividendo que por ahora está exento de impuestos en España.

Esos 140 millones son una cifra muy relevante si se tiene en cuenta que en el ejercicio 2014 (cerrado en febrero del año pasado), el conjunto del grupo El Corte Inglés registró un resultado neto inferior a esa cifra, de 118 millones, pese a aumentar su facturación un 2,6%, hasta 14.592 millones. Fue el beneficio más bajo desde 1988 y un 32% inferior al de 2013, por los beneficios extraordinarios del ejercicio anterior y el incremento de los gastos financieros.

La escueta información comunicada por el grupo el pasado 20 de enero al Registro Mercantil de Portugal indica que la reducción de capital, materializada en diciembre pasado, persigue la “liberación de exceso de capital” en la filial y se ha realizado mediante la amortización de 28 millones de acciones que se han eliminado.

Uno de los objetivos de una reducción de capital es restablecer el equilibrio patrimonial en una empresa que arrastre pérdidas continuadas. No es el caso de El Corte Inglés Grandes Armazéns, que en el ejercicio 2014 (cerrado en febrero del año pasado), último disponible, disparó su beneficio neto un 120%, hasta 18,4 millones, tras aumentar sus ventas un 4,7% (417,4 millones) e incrementar su resultado de explotación un 25,8%, hasta 38,4 millones. Un resultado “que supera ampliamente al del año anterior, y que permitió una bonificación extraordinaria y generalizada a todos los empleados de la empresa portuguesa, a cuyo esfuerzo, según la dirección, se debe este buen desempeño”, destacó la empresa en una nota.

Ahorrarse impuestos

Fuentes jurídicas explican que esta descapitalización de la filial es equivalente al pago de un dividendo a la matriz española, ya que implica la devolución de aportaciones al socio único, que no es otro que la matriz española, El Corte Inglés, SA. Las mismas fuentes subrayan que este tipo de operaciones están exentas de impuestos en España, en virtud de la exención fiscal que contempla el artículo 21 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades para evitar la doble imposición. “Probablemente se temen que la exención se elimine o se endurezca en ejercicios futuros, sobre todo si hay cambios de Gobierno”, explican esas fuentes.

Preguntado por este asunto, El Corte Inglés, que recientemente (tres días antes de las últimas elecciones generales) reconocía por escrito su temor a la “incertidumbre política” en España, se limita a confirmar la existencia de esta reducción de capital y no hace más comentarios.

Se trata de la primera operación de este tipo que realiza el grupo de distribución en esa sociedad lusa. En 2006, la matriz le inyectó 150 millones en efectivo mediante la emisión de 30 millones de nuevas acciones. En aquel momento, el grupo proyectaba la construcción de un tercer centro en Portugal que estaría ubicado en Carcavelos (Cascais), cerca de la capital lusa. El entonces presidente del grupo, Isidoro Álvarez, llegó a anunciar en agosto de 2007 que las obras de construcción se iniciarían “en breve”, pero el centro, con una inversión estimada de unos 200 millones y una superficie comercial de 39.000 metros cuadrados, nunca se construyó, pese a que hace un año los responsables de la empresa en Portugal todavía insistían en que seguía en estudio.

Única plaza exterior

Portugal es el único destino internacional de la principal actividad del grupo español de distribución, los grandes almacenes, y tiene un significado especial para Dimas Gimeno, presidente del grupo desde el fallecimiento de su tío Isidoro Álvarez en septiembre de 2014. En 2001, un año después de empezar a trabajar en los servicios centrales del grupo de distribución, Gimeno se trasladó a Portugal para la puesta en marcha de la filial portuguesa y del primer centro de El Corte Inglés en Lisboa y completó su formación con un máster en la escuela de negocios AESE.

El centro de Lisboa fue inaugurado el 22 de noviembre de 2001 en un acto al que acudieron Álvarez, el entonces presidente de la Asamblea de la República portuguesa, Antonio de Almeida, y el entonces alcalde de Lisboa, Joao Soares. El centro, con 47.000 metros cuadrados de superficie, fue el mayor del grupo en su momento. El de Vila Nova de Gaia, con cerca de 42.000 metros cuadrados de superficie comercial, se inauguró en mayo de 2006.

La expansión internacional de la división de grandes almacenes se quedó en Portugal y, tras el frustrado asalto a Italia, sigue siendo la asignatura pendiente de El Corte Inglés, que quiere expandirse en otras latitudes, como Latinoamérica.

La incorporación, el pasado verano, de un nuevo accionista, el exprimer ministro de Qatar Sheikh Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, que inicialmente se ha hecho con un 10% del capital a través de un préstamo de 1.000 millones convertible en acciones, ha impuesto un exigente plan de negocio al grupo. La empresa se ha comprometido a lograr un crecimiento medio del beneficio operativo del 12% anual en los tres próximos ejercicios. De incumplir ese objetivo, y en función de una serie de requisitos, puede entregar al jeque catarí hasta el 15,25% del capital de la compañía sin que aporte más fondos.

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