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Fomento frena la privatización ferroviaria y solo liberaliza los trenes de lujo

El Transcantábrico Clásico en su recorrido

Antonio Ruiz del Árbol

Hace ahora un año, el Gobierno de Rajoy presentó un plan de reformas que citaba como eje principal, entre otros, la liberalización del ferrocarril. Posteriormente se aprobó una norma que planteaba la división de Renfe en cuatro empresas, la apertura de la red del AVE a la competencia y la adjudicación mediante el sistema de franquicias de la explotación de los trenes regionales y de cercanías. Este ambicioso plan tendría que ponerse en marcha el día 31 de julio de 2013.

Cuando la fecha fatídica, auto impuesta por el Ministerio de Fomento y cuestionada por el sector, se aproxima de el furor liberalizador pierde su fuerza. El ambicioso plan para introducir nuevos operadores en las líneas de alta velocidad, y así adelantar la competencia en el tráfico ferroviario de pasajeros, ha quedado reducido a casi nada. Ahora la ministra Ana Pastor solo prevé vender o externalizar la gestión de cuatro productos de lujo que Renfe dedica al segmento minoritario de los trenes turísticos. O, para no llegar tan lejos, permitirá únicamente la entrada de competidores privados en este segmento elitista.

Informe de Ineco

Los planes para introducir la competencia en el negocio de los trenes turísticos de lujo tomaron forma a finales del pasado año. El Ministerio de Fomento cursó una solicitud a Ineco (consultora pública participada por Renfe, Adif y Aena) para que analizara las posibilidades de liberalización de este tipo de productos. En ese momento los cuatro principales trenes de lujo que existen en España los explotaba FEVE: dos se comercializan con la marca Transcantábrico, y los otros dos son el Al Andalus y el Expreso de la Robla. Sin embargo ya estaba decidido que, a partir de enero de 2013, tanto la división, como la propia compañía de ferrocarriles de vía estrecha, se integrasen en Renfe.

La facturación de la división de trenes de lujo tiene, según el estudio, una capacidad de facturación de unos 12,8 millones de euros anuales. Sin embargo, con una flota de 56 unidades, generó el 15% de la facturación total de FEVE en 2011, unos 5,17 millones de euros.

La rentabilidad del conjunto de la unidad no queda clara en el estudio. Afirma que los dos trenes de mayor gama, el Transcantábrico Gran Lujo y el Al Andalus, dan beneficios, mientras el Transcantábrico Clásico y el Expreso de la Robla están en pérdidas. En todo caso la consultora pone en cuestión la forma en que se imputan los costes de estos servicios ferroviarios.

Ineco plantea posibles estrategias para la desregulación de esta actividad; desde la venta pura y dura de los cuatro trenes con sus respectivas marcas, hasta la apertura a la competencia de un negocio que hasta hoy se mantienen protegido por el monopolio de Renfe sobre el transporte ferroviario de pasajeros. Entre ambas opciones se baraja la de colocar cada uno de los cuatro trenes por separado o adjudicar su gestión mediante un sistema de concesiones.

Fuentes cercanas a la operadora ferroviaria recuerdan que los principales comercializadores de viajes ferroviarios de lujo en España son Travelplan y El Corte Inglés. Estas firmas junto a los grandes operadores mundiales de este tipo de productos (Orient Express Hotels, Danube Express, Great Southern Rail) habrían sido contactadas para explicarles de los planes liberalizadores en España.

En el lanzamiento de la temporada 2013 de trenes de lujo, el presidente de Renfe Julio Gómez-Pomar aseguró que “se va a empezar por la liberalización de los trenes turísticos en una primera etapa. Esto va a suponer que los empresarios del sector, o de otras áreas, que decidan que hay oportunidades de negocio transportando viajeros a los sitios que tienen interés turístico, y ofreciendo servicios complementarios de ocio, puedan competir con Renfe para dar un gran servicio como es el que tiene que dar España a todos los turistas nacionales e internacionales”.

Liberalización aplazada

La decisión de liberalizar los trenes turísticos a partir del día 31 de julio se interpreta en el sector ferroviario como “la excusa buscada por la ministra de Fomento Ana Pastor para no incumplir formalmente su compromiso de abrir la competencia a las líneas del AVE a partir del próximo mes de agosto”.

La decisión de frenar la entrada de competidores de Renfe en las líneas de alta velocidad española se tomó cuando la compañía estatal francesa SNCF mostró su intención de explotar a partir de 2014 la ruta del AVE Madrid-Sevilla con trenes de dos pisos fabricados por Alston, aplicando un nuevo concepto de bajo coste adaptado al ferrocarril. El desafío planteado por la empresa pública francesa ponía en entredicho la coherencia de los planes liberalizadores de Pastor, toda vez que el Gobierno de París ha decidido no abrir a la competencia el tráfico en las líneas del TGV hasta 2019. Fuentes cercanas a Fomento dijeron que habrá apertura en las líneas del AVE si hay reciprocidad por parte gala.

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