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Iranzo, sobre su tarjeta 'black': “Yo no me arrepiento de nada porque era un incentivo”

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El economista Juan Iranzo dio la cara anoche en el programa 'El Cascabel', de la cadena 13TV, para exponer su versión sobre el escándalo de las tarjetas 'black' de Caja Madrid, que ha propiciado su dimisión como consejero de Red Eléctrica de España (REE) y del Consejo Económico Social. Iranzo, que cargó gastos de 46.800 euros a su tarjeta durante dos años, no mostró arrepentimiento alguno porque entendía que Caja Madrid declaraba a Hacienda esos gastos, un “incentivo” que formaba parte de su remuneración como miembro de la Comisión de Control de la caja, órgano al que perteneció desde el 28 de enero de 2010 hasta el 23 de noviembre de 2012.

“Yo no me arrepiento de nada porque era un incentivo”, manifestó Iranzo, que precisó que sus gastos en lencería en cadenas como Women Secret “eran unos camisones y unas batas para mi mujer y unos pijamas que antes había [en esa firma] para mí”. También reconoció sus gastos en diversos bares de copas como la discoteca Snobíssimo, “donde conocí a mi mujer”, Navy o Master, “un local de Santander que fue subcampeón del mundo [de la] coctelería. No me arrepiento de haber visitado esos locales ni de haber pagado con una tarjeta que era para mi uso personal”, expresó, visiblemente nervioso.

Iranzo, que dijo que “desde el punto de vista penal parece que no hay indicios” que puedan incriminarle, explicó que sólo dispuso de su tarjeta en sus dos primeros años en Caja Madrid y que esas tarjetas “se diseñan en el año 88 y se aprueban por un consejo de administración”. “La única remuneración que podíamos obtener los miembros de la Comisión de Control era a través de las dietas de asistencia a las reuniones” [1.275 euros por reunión, cuatro veces al mes] “y a través de incentivos, que eran, precisamente, esas tarjetas”.

El economista defendió que actuó “legalmente” y, desde el punto de vista moral, “siempre he actuado conforme a mi moral, que entiendo que es la adecuada”. “En mi caso, nunca han sido 'black'; eran business plata”, que “estaban contabilizadas como gastos de personal de los órganos de gobierno” y “completamente auditadas por auditoría interna, externa y por los organismos reguladores”.

“Yo podía disponer de 25.000 euros al año para mis gastos personales, de tal manera que eran un incentivo. La Ley de Cajas de Ahorros 2003, de [el entonces presidente madrileño] Gallardón, establecía que el único mecanismo de remuneración de los órganos de gobierno de las cajas eran las dietas y los incentivos”, defendió.

Preguntado por si esas tarjetas eran un pago opaco a Hacienda, el prestigioso economista respondió: “Lo desconozco”. “Yo todos los meses recibo una relación de los gastos que estoy realizando y durante dos años jamás recibí ninguna notificación de que estuviera actuando de una manera incorrecta”, rememoró. “En ningún caso yo pensé que pudiera haber una actuación extraña desde el punto de vista fiscal”. “Yo entiendo, siempre lo pensé, que Caja Madrid me lo había declarado y retenido en la liquidación que cada año me hacía por cifras importantes”. Liquidación que él tomaba “directamente” de la caja y “trasladaba” a la Agencia Tributaria.

Al preguntarle si toma “por tontos” a quienes creen que, tratándose del decano del Colegio de Economistas de Madrid, debía estar al tanto de si ese dinero se declaraba o no a Hacienda, Iranzo replicó que, “para nada” es así, y añadió, no obstante, que, “según una sentencia del Tribunal Supremo, es el pagador el responsable de la retención”.

También indicó que ha realizado un depósito “ad prevendum, porque yo no reconozco nada”, en la Fundación Caja Madrid con las cantidades que cargó a su tarjeta para devolverlas en el caso de que un juzgado le obligue a hacerlo. Además, el pasado miércoles realizó “una declaración complementaria” ante Hacienda por “la totalidad de lo que supuestamente” defraudó y que asciende a 7.464 euros en 2010, 12.976 en 2011 y 2.595 en 2012.

Iranzo, que insinuó que la publicación de los extractos de gastos podría suponer “una intromisión en la vida privada”, defendió que en sus años en Caja Madrid demostró “independencia, rigor, y de hecho”, y negó que su actuación y la del resto de los beneficiarios de las tarjetas 'black' sea “un golpe irreparable al corazón del sistema”, como le reprochó un contertulio.

El economista, pese a estar en territorio amigo, sólo recibió árnica de la ministra socialista de Vivienda María Antonia Trujillo, que alabó su “valentía” por acudir al programa y le deseó “mucha suerte en el futuro, porque con independencia” de las repercusiones del caso desde el punto de vista fiscal o penal, “desgraciadamente estás condenado ya por la opinión pública”. “Efectivamente”, concedió Iranzo.

La permanencia del todavía presidente-decano del Colegio de Economistas de Madrid en ese cargo ha propiciado que este martes la plataforma Economistas frente a la crisis reclame su salida de ese cargo y la del ex secretario de Estado de Hacienda Estanislao Rodríguez-Ponga, tesorero de la institución también implicado en el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid.

Economistas frente a la crisis, una asociación de corte progresista que nació para intentar desbancar al propio Iranzo de la presidencia del Colegio de Economistas, considera que esos dos dirigentes “no pueden seguir representando por más tiempo al colectivo de los economistas madrileños colegiados”, por lo que insta a que cesen en sus puestos.

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