Juncker, acorralado por acuerdos secretos entre Luxemburgo y grandes empresas para no pagar impuestos
Más de 300 empresas multinacionales firmaron acuerdos fiscales secretos con el Gobierno de Luxemburgo, al frente del cual estaba Jean-Claude Juncker, el nuevo presidente de la Comisión Europea. La investigación de 40 medios internacionales a partir de informaciones obtenidas por el Consorcio Nacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), compromete la posición de Juncker, que era el líder del Gobierno de Luxemburgo cuando se aprobaron muchas de las ventajas fiscales del país y que, desde su nuevo cargo, ha prometido mano dura contra estas artimañas.
Entre las firmas que evadieron impuestos de esta manera se cuentan Apple, Amazon, Ikea, Burberry, Procter & Gamble, Heinz, Pepsi, JP Morgan o Deutsche Bank, hasta un total de 340 empresas.
La investigación, llamada Luxembourg Leaks o LuxLeaks y en la que han participado periodistas de 26 países, ha tenido acceso a 28.000 páginas de documentos que demuestran cómo las grandes empresas “se apoyaban en Luxemburgo y en sus leyes fiscales flexibles, pero también en las deficiencias de la reglamentación internacional para transferir” a ese país “sus beneficios a fin de que no fueran objeto de impuestos, o al menos muy débilmente”, es decir, con tipos inferiores al 1%, según publica el diario francés Le Monde, que participa en la iniciativa junto al británico The Guardian, el alemán Süddeutsche Zeitung, el japonés Ashahi Shimbun o el español El Confidencial.
Así, el pequeño Gran Ducado, que tiene 550.000 habitantes y la renta per cápita más alta del planeta, ayudó a las multinacionales a ahorrarse millones de euros en impuestos. Los acuerdos entre las empresas y el Gobierno luxemburgués que han sido investigados se firmaron entre el 2002 y el 2010, años en los que Jean-Claude Juncker era primer ministro (dejó el cargo en diciembre del 2013).
Los acuerdos contaron con la colaboración de PricewaterhouseCoopers (PwC), una de las 'Big Four' (cuatro mayores firmas de auditoría y consultoría del mundo), que diseñaba complejas estrategias financieras que comprendían préstamos de las matrices luxemburguesas a las filiales de otros países y otras estructuras para transferir beneficios de una parte de la empresa a otra con el fin de reducir o suprimir totalmente los ingresos sujetos al pago de impuestos.
Desde el 1 de noviembre, Juncker preside la nueva Comisión Europea. En su estreno al frente de la CE , se enfrentó al primer ministro británico, David Cameron, y al italiano Matteo Renzi, y desafió además a todos los jefes de gobierno europeos. “No me va a temblar la mano ante los primeros ministros cada vez que detecte algo que no me gusta”, afirmó.
La portavoz de Juncker, Margaritis Schinas, ha afirmado que la Comisión está dispuesta a sancionar a Luxemburgo, que “tendrá que emprender acciones correctivas” si es necesario. La Comisión lanzó una investigación hace varios meses para averiguar si Luxemburgo había acordado, a través de la práctica del “ruling”, “subvenciones disfrazadas” a Amazon y a Fiat, una investigación que afecta también a Apple en Irlanda y a Starbucks en Holanda.
Juncker afirmó ayer que la Comisión tiene “perfecto derecho a lanzar investigaciones de este tipo” y prometió que se abstendría de intervenir en el asunto.
El actual primer ministro luxemburgués, Xabier Bettel, ha asegurado que esos acuerdos fiscales respetan las reglas nacionales e internacionales. “Este Gobierno está en el camino de la equidad fiscal y de la transparencia”, ha resaltado. “No estoy entusiasmado por la imagen de Luxemburgo que circula”, ha admitido Bettel, que ha destacado que el país debe “mostrar que los esfuerzos realizados por el Gobierno van en el buen camino”.