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Kore-EdA negocia con Spielberg un “remake” de “Tal padre, tal hijo”
El cineasta Hirozaku Kore-Eda negocia con Steven Spielberg la venta de los derechos de “Tal padre, tal hijo”, la película con la que el realizador japonés ha vuelto a abordar de forma sutil y contenida los problemas familiares.
Kore-Eda ha presentado hoy en San Sebastián este filme, un emocionante relato sobre dos niños que fueron intercambiados al nacer, que obtuvo el Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes y que el certamen donostiarra ha recuperado para su sección Perlas.
En una entrevista con EFE, el director nipón ha explicado que tras su exhibición en Cannes, donde Spielberg fue presidente del jurado, cuatro productores se mostraron interesados en hacer un “remake” de su último trabajo, entre ellos el autor de “El color púrpura”.
Ha precisado que no ha hablado directamente con nadie pero que existe esa negociación, aunque lo más importante para el director de “Siseki” es que su película, en inglés “Like Father, Like Son”, sea distribuida y vaya a ser vista en Estados Unidos.
Ha dicho que es muy bueno para él y está agradecido por ello, si bien no ve muchas posibilidades de que pueda acabar trabajando algún día en Hollywood, un salto que apenas han dado los cineastas japoneses.
“El mercado en Japón de momento es suficiente y hay pocos directores que han dado ese paso, y otros no lo han hecho porque no están interesados”, ha destacado Kore-Eda, al que no le importaría colaborar con la industria estadounidense como han hecho colegas suyos de Corea y China.
El realizador nipón guarda cinco ideas en la cabeza -lo enfatiza con la mano abierta y los dedos separados- sobre próximos proyectos, tres de los cuales inciden en esas historias de conflictos familiares que maneja tan bien y dos que no tienen “nada que ver”.
Ha explicado que, tras el terremoto y el tsunami de 2011, barajó la posibilidad de trabajar sobre esa “conexión” que se produjo entre sus compatriotas, “unidos” para lograr la recuperación del país.
“Al final no nos estamos ayudando como parecía en un principio, sólo entre las familias. Eso es muy peligroso, no estoy de acuerdo con esa idea. La sangre no es lo más importante en esta vida”, ha destacado.
Los lazos de sangre como vínculo afectivo son parte también de la reflexión que Kore-Eda se plantea en “Tal padre, tal hijo”, una vez que las dos parejas del filme descubren que sus hijos de seis años no lo son realmente porque los cambiaron al nacer.
El director japonés maneja la psicología y las emociones de sus personajes con una habilidad que le impiden resbalar en los excesos y el fácil sentimentalismo.
“Intento no filmar a los niños llorando, porque si lo haces es demasiado triste y sentimental. Lo mismo que si la protagonista fuera la madre, por eso es uno de los padres”, ha apuntado.
Un progenitor en el que ve reflejada parte de su personalidad, de un hombre que no se considera muy buen padre y que no dedica mucho tiempo a su hija, ha admitido Kore-Eda, quien ha asegurado que en sus películas, “más que retratar los problemas de la sociedad japonesa”, lo que refleja son los suyos propios.
El cineasta, que admira a realizadores occidentales como Atom Egoyam, Ken Loach y el español Víctor Erice, quiso ser escritor, aunque ahora la literatura no influye en su obra, y sí se siente especialmente influido por dos guionistas de su país que trabajan para televisión.
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