Madrid, París y Berlín quieren recaudar más por cada iPhone X que se vende en Europa
Estos días, cientos de personas han hecho cola durante horas en distintas ciudades españolas para poder adquirir un teléfono que cuesta más de 1.000 euros. Una imagen que se ha repetido por todo el mundo. El iPhone X promete ser un nuevo producto estrella de Apple. Pero los gobiernos europeos creen que esta empresa no está pagando suficientes impuestos por el negocio que hace en sus países.
Esta semana la empresa que fundó Steve Jobs ha publicado los resultados del año fiscal de 2017. Han aumentado su beneficio anual un 5,8%, hasta alcanzar los 48.351 millones de dólares. Los ingresos crecieron un 6,3%, hasta situarse en 229.234 millones de dólares, un 25% de ellos en Europa. Además, la compañía acumula 268.900 millones en efectivo, la mayoría fuera de EEUU para reducir la carga fiscal. Tim Cook, su consejero delegado, ha vuelto a pedir que se proceda cuanto antes a la reforma del impuesto de sociedades (se estudia su reducción al 20%) para poder repatriar este dinero, informa El País.
Según un informe de U.S. Pirg y el Institute of Taxation and Economic Policy (ITEP), Apple es la empresa estadounidense que más dinero mantiene en territorios de baja tributación (principalmente Irlanda) de entre todas las multinacionales con sede en EEUU, eludiendo 76.000 millones en impuestos.
Y es que, según cálculos del Ejecutivo comunitario, en Europa las empresas digitales tributan la mitad que las tradicionales (un 10% frente al 23% de media). A veces este porcentaje resultaría hasta elevado: El año pasado, la Comisión Europea condenó precisamente a Apple a devolver 13.000 millones de euros a la UE por “ayudas fiscales ilegales” en Irlanda entre 2003 y 2014. Llegó a pagar una tasa efectiva del impuesto de sociedades del 0,005%, una decisión pendiente de recurso. Estas multinacionales suelen establecer sus sedes en los países europeos con menor tributación, y pagan allí impuestos por los beneficios obtenidos en el resto, a través de filiales.
En 2016, las filiales de las cuatro grandes tecnológicas (Facebook, Google, Apple, Amazon) pagaron al fisco español 26,8 millones de euros, con lo que triplicaron los pagos de un año antes, calculó La Información.com con datos del registro mercantil. Conocer su negocio estricto en España es complicado porque canalizan sus beneficios a través de sus sociedades en Irlanda.
La vinculación entre grandes multinacionales tecnológicas, elusión fiscal y territorios de baja tributación es una realidad que ponen de manifiesto una y otra vez informes de los dos lados del Atlántico. Tras años mirando para otro lado (han fracasado todas las propuestas de armonizar sociedades para acabar con el dumping fiscal) los países miembros de la UE y la Comisión Europea parecen cada vez más convencidos de que mantener este estatus para empresas como Amazon, Facebook, Google o Apple es poco sostenible para las propias finanzas y a ojos de parte de la opinión pública.
Francia lanza la propuesta de que tributen por ingresos, no por beneficios
Francia –principal impulsora– Alemania, España e Italia encabezan una ofensiva en Bruselas para lograr que las multinacionales paguen más impuestos en Europa. Para ello, lo que proponen es que las tecnológicas y empresas digitales tributen por ingresos, no por beneficios. Esto debería compensar el impuesto de sociedades que no pagan por trasladar sus tributaciones a Irlanda u Holanda.
“Aunque la solución a medio plazo debe venir vía el impuesto de sociedades y la definición de establecimiento permanente, las dificultades de tener una solución global son tales que es necesario actuar en corto plazo porque mientras estamos viviendo circunstancias (en las) que hay empresas del ámbito digital que no pagan impuestos casi en ninguna jurisdicción”, ha argumentado el ministro de Economía, Luis de Guindos, informa Efe.
El problema radica en que las grandes empresas digitales escapan al impuesto de sociedades porque este se aplica en función de dónde se sitúe su sede física, sin tener en cuenta su presencia digital o en qué jurisdicciones está generando valor. Ejemplo de ello es que un tribunal francés exoneró en julio a Google de pagar 1.115 millones de euros a la hacienda gala por no tener una estructura “estable” en el país.
La Comisión Europea ha tomado las riendas de la propuesta, que no se observa con buenos ojos por países como Irlanda, Malta y Luxemburgo. Con su baja tributación, estos países son sede europea de varias de estas compañías y obtienen parte de sus ingresos fiscales de ellas.
Bruselas ha abierto una consulta pública
Es posible opinar sobre las opciones que maneja la Unión Europea sobre este problema. La CE ha abierto una consulta pública hasta el 3 de enero de 2018 sobre cómo elevar la tributación de la economía digital. Contemplan tres posibilidades: establecer un gravamen a los ingresos de estas compañías, aplicar retenciones fiscales sobre transacciones digitales o imponer una tasa sobre la facturación generada por la provisión de servicios digitales o actividades publicitarias.
“Nadie puede negarlo: nuestro marco fiscal ya no se ajusta con el desarrollo de la economía digital o con nuevos modelos de negocio. Los estados miembros quieren gravar los grandes beneficios generados por la actividad económica digital en sus países. Necesitamos una solución a nivel comunitario”, señala el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici.
A principios de 2018, el Ejecutivo comunitario debe presentar una propuesta para “velar porque todas las empresas paguen la parte de impuestos que en justicia les corresponde y garantizar la igualdad de condiciones global”, informa EP. Si es capaz de obtener un consenso interno –las decisiones sobre fiscalidad precisan unanimidad de los estados miembros– Europa tratará de convencer al resto de la OCDE y el G20 en primavera. Los mecanismos para aumentar la fiscalidad de este tipo de empresas deben contar con el más amplio consenso si quieren tener alguna posibilidad de éxito.