López Madrid: “Yo y mi grupo familiar invertimos 20 millones en Bankia. Lo perdimos todo. Todo”
El empresario Javier López Madrid ha intentado trasladar un punto de emoción en el cierre de su breve declaración como imputado en el caso de las tarjetas 'black'. En la última pregunta de su abogado, López Madrid se ha preguntado cómo iba a querer apropiarse de 30.000 euros con la tarjeta opaca si había confiado 20 millones de euros en la salida a bolsa de Bankia que luego perdió.
“Yo y mi grupo familiar invertimos más de 20 millones de euros en salida a bolsa de Bankia. Lo mantuvimos porque nos dijeron que lo mantuviéramos. Lo hemos perdido todo. Todo. Soy la misma persona que decidió invertir, que decidió mantener la inversión y que perdió los 20 millones de euros, la misma persona que se supone que se aprovechó de un esquema para beneficiarse de 30.000 euros. Es lo único que quería dejar de manifiesto”, ha dicho al tribunal.
Antes, López Madrid atribuyó la tarjeta 'black' a “gastos de representación de libre disposición” y ha añadido que ni tuvo una segunda tarjeta ni dispuso de número pin para sacar del cajero con la que recibió. También ha asegurado que nunca firmó contrato alguno respecto al plástico.
López Madrid ha añadido que sigue contando con los justificantes de los gastos que hizo con la tarjeta, a la que quiso separar de cualquier práctica oculta. “Fue con luz y taquígrafos”, ha dicho respecto al acto de entrega de la misma.
López Madrid se enfrenta a una petición de la Fiscalía Anticorrupción de un año y medio de prisión por los gastos de 34.807 euros con la tarjeta 'black'. Cinco días después de que se conociera el detalle de sus gastos y el del resto de los acusados, López Madrid fue arropado por los reyes de España a través de los mensajes de texto que publicó eldiario.es.
El empresario, sobrino de Juan Miguel Villar Mir, está imputado en una pieza secreta del caso Púnica por la presunta financiación irregular del PP madrileño.
Otros acusados insignes
Durante la mañana, la última asignada con declaraciones de los acusados, han sido interrogados otros consejeros insignes. Entre ellos Rafael Spottorno, exjefe de la casa Real, Virgilio Zapatero, exministro socialista o Juan Iranzo, ex director del think tank de la CEOE.
Las declaraciones han resultado de nuevo contradictorias entre sí. En este sentido, Spottorno ha reconocido tener una segunda tarjeta específica para los gastos de representación vinculados a su cargo como director de la Fundación Caja Madrid. El diplomático ha insistido mucho en defender el hecho de no haber incluido los gastos de estas tarjetas en sus declaraciones de la renta. “Nunca he discutido ni he revisado si el certificado que me daban era correcto” ha asegurado defendiendo la honestidad de toda su vida laboral.
Otro de los acusados que con más vehemencia ha defendido en los últimos dos años su inocencia ha sido Virgilio Zapatero. En esa misma línea, el exministro socialista ha defendido la “austeridad” con la que usó la tarjeta que solo utilizó en cuestiones “inherentes” a sus actividades de representación, especialmente en lo referido a su tarea en acercar las universidades a la caja. Zapatero ha asegurado al final de su alegao que devolvió a la caja “doce veces lo que le dio”, haciendo un recorrido por las remuneraciones a las que había renunciado una vez que la entidad fue rescatada.
Iranzo también recordó desde el banquillo los programas para los que trabajó como miembro de la Comisión de Control y que, en su opinión, “justificaban” el uso de la tarjeta. En concreto, resaltó su tarea con un programa de “niños sordos” al que dedicó especialmente atención y que merecían, por tanto, de este tipo de complementos retributivos.
Como ha sido habitual en otras sesiones, los consejeros han discrepado en calificar la tarjeta de “complemento salarial” o de gastos de retribución. Al inicio de la sesión, Enrique de la Torre, un acusado clave en el caso porque fue el emisor del correo que dio pie a la investigación y acuñó el termino “black”, aseguró que no eran salario y que a los consejeros se las entregaban solo para gastos de representación.
El ataque de los acusados a la hoja excel en la que se recogen los extractos y la confusión sobre si estas tarjetas debían tributar o no han sido otras líneas comunes en la última tanda de declaraciones.
Una vez finalizado el turno de los acusados comienza el turno de los testigos.
