El auditor de OHL cuestiona la capacidad de la constructora “para continuar como empresa en funcionamiento”
Deloitte, auditor de las cuentas de la constructora OHL, ha vuelto a poner en entredicho la capacidad de la constructora controlada por el Grupo Villar Mir “para continuar como empresa en funcionamiento”. Sin llegar a incluir salvedades en su revisión de las cuentas de 2017, la firma señala que “existe una incertidumbre material que puede generar dudas sobre la capacidad del Grupo para continuar como empresa en funcionamiento”.
La advertencia es similar a la que ya formuló Deloitte en su revisión de cuentas de 2016, cuando advirtió de la necesidad de ejecutar un plan de desinversiones que OHL prevé culminar en breve. Esa incertidumbre, dice la auditora, quedará despejada una vez OHL cierre satisfactoriamente la venta de su filial de Concesiones, pactada con el fondo australiano IFM por 2.335 millones de euros.
OHL espera culminar esa venta este mes, según reafirmó este jueves a los analistas, en una jornada en la que su cotización se desplomó en Bolsa un 17,2%. Es su mayor caída desde agosto de 2016 y se produjo tras presentar el miércoles sus resultados anuales, que reflejan unas pérdidas de 12 millones y suponen encadenar dos años de números rojos.
La operación de venta de la filial de Concesiones de OHL debe culminar el saneamiento del grupo y poner fin al plan de desinversiones pactado con sus acreedores para encarrilar la marcha del grupo. La venta se firmó el pasado 30 de noviembre, fue aprobada por los accionistas de OHL en enero y está a la espera del visto bueno, que la compañía confía en obtener este mes, de las autoridades de Competencia de México y la aprobación a la oferta pública de adquisición (opa) de IFM a los minoritarios de la filial cotizada de OHL Concesiones en ese país.
Deloitte, que audita de manera ininterrumpida a la constructora desde 2002 (cuando tomó el testigo de su antecesora, Arthur Andersen), remarca que los administradores de OHL “han formulado estas cuentas anuales bajo el principio de empresa en funcionamiento, asumiendo que la capacidad financiera del Grupo y consecuentemente la continuidad de sus operaciones, se verá garantizada por la entrada de los fondos originados por la desinversión”.
Con esos fondos, la compañía aspira a liquidar toda su deuda corporativa, la que tiene recurso a la matriz, que el pasado año creció un 66%, hasta 943 millones, y supuso el 95% de la deuda total, y se plantea utilizar también una parte para pagar su primer dividendo desde 2012, aunque este será “modesto y prudente”, según indicó el jueves a los analistas Enrique Weicket, director financiero de OHL. Una vez completada la venta, OHL presentará en abril un nuevo plan estratégico hasta 2020, ya reestructurada y convertida en constructora pura.
En 2017, OHL generó ingresos de 3.216 millones, un 3,8% menos, como consecuencia, según la empresa, del retraso en el arranque de la construcción de algunos proyectos de concesiones en Latinoamérica. Esta región, según destaca en su informe de gestión, “se ha visto afectada por la coyuntura políticoeconómica” con factores como el cambio de ciclo político en Chile, las próximas elecciones en México y Colombia y “la repercusión del caso Odebrecht y la incertidumbre creada con la llegada de Donald Trump”, que, señala, “han ralentizado la actividad del sector” en el subcontinente.