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La OIT recomienda a España aumentar la protección social

El director general de la OIT, Guy Ryder. EFE

Ana Requena Aguilar

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) constata que España comienza poco a poco a recuperarse de la crisis, si bien se trata de una mejora “incompleta y frágil”, que conlleva unos niveles de desempleo excesivamente elevados y arrastra una preocupante tasa de pobreza. Con ese trasfondo, el organismo recomienda a España aumentar la protección social y mejorar las políticas activas de empleo para evitar el aumento de la exclusión social y el abandono laboral de muchas personas que hasta ahora buscaban un empleo, tal y como muestra la caída de la población activa que la EPA registra desde hace varios trimestres.

En un informe que la OIT ha hecho sobre España, señala que, aunque en la primera fase de la crisis, el gasto en prestaciones aumentó rápidamente y creció incluso por encima del de otros países de la UE, desde 2012 hasta ahora se ha producido una reducción sustancial de beneficiarios. Se trata de una tendencia que ha continuado en 2014 y que ha ocasionado una reducción de la tasa de cobertura. “Se explica principalmente por el número de desempleados cuyo derecho a prestaciones por desempleo expiraba al cabo de dos años de estar desempleados o porque algunas personas que no tenían derecho a percibir esas prestaciones (por ejemplo, por no alcanzar las cotizaciones mínimas) pasaron a la condición de desempleados”, menciona el informe.

Esas tendencias, dice el organismo, han hecho que aumente la proporción de población bajo riesgo de pobreza, un riesgo que es más acusado entre las personas con hijos a cargo. También preocupa la “elevada incidencia” de los hogares en los que ningún miembro tiene trabajo, un fenómeno que “debería ser objeto de mayor atención política”.

La OIT recomienda, por tanto, extender las prestaciones de manera selectiva y revisar los niveles de ayuda para apoyar a los grupos de ingresos bajos. “Es necesario brindar asistencia social a las familias que no tienen derecho a participar en los programas de ayuda al desempleo o no pueden encontrar un trabajo antes de agotar las prestaciones por desempleo”, afirma el organismo. En su informe, señala que los requisitos actuales para acceder a prestaciones y subsidios son tan similares que el sistema tiende a prolongar la duración de las ayudas a las personas que ya tenían acceso a ellas, pero no llegan a otros grupos sociales que no reúnen esas condiciones y que se encuentan en riesgo de pobreza.

El informe da algunas ideas, por ejemplo, que el Gobierno reforme la renta activa de inserción para que abarque a más beneficiarios, una idea que ya han lanzado algunas organizaciones como EAPN, CCOO o Cáritas. Otro ejemplo al que se refiere es el pago de prestaciones que no dependan del historial de cotización sino de los recursos de la persona, como sucede en otros países europeos.

Eso sí, el organismo insiste en que estos programas deben completarse con una vinculación más estrecha y eficaz con las políticas activas de empleo para que los trabajadores conserven sus competencias. Y es que, según la OIT, el gasto en políticas activas de empleo “descendió considerablemente” en 2011 y 2012 debido, sobre todo, a las medidas de “consolidación fiscal”. “Hace falta una acción de envergadura para proteger a los trabajadores desempleados y sus ingresos y, al mismo tiempo, prestarles la asistencia necesaria para que adquieran nuevas competencias, encuentren nuevos puestos de trabajo y permanezcan activos en el mercado laboral”, dice.

Retraso en la Garantía Juvenil

La OIT celebra que España haya puesto en marcha medidas como el programa de Garantía Juvenil para jóvenes desempleados (según el cual, los jóvenes inscritos tendrán que recibir una oferta de de trabajo o formación en un máximo de cuatro meses), pero lamenta la tardanza en ponerlo en marcha y un presupuesto que queda lejos de lo aconsejable.

El informe señala, por tanto, que España debe seguir adoptando medidas para impulsar el acceso al empleo y la protección social. Para ello, hace una serie de recomendaciones que pueden resumirse en tres epígrafes: impulsar la actividad empresarial, mejorar las políticas activas y la formación, y fortalecer la negociación colectiva, en contra, incluso, de preceptos asentados en la última reforma laboral. Lo hace, por ejemplo, cuando sugiere fortalecer los convenios sectoriales (la reforma, en cambio, otorgó más poder a los empresariales).

En cuanto a los salarios, constata que los salarios han caído en términos nominales desde 2012, “lo que indica una caída incluso mayor en términos reales”. Para el organismo, ha llegado el momento de aumentar los salarios “tanto como permita la productividad”.

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