El Congreso pide derogar la reforma laboral de Rajoy
La reforma laboral no es del agrado de la mayoría del Congreso. La proposición no de ley presentada por el PSOE para derogar la norma y que se debatió este martes ha conseguido los votos necesarios para salir adelante. El Congreso insta al Ejecutivo de Rajoy a derogar su reforma laboral. Al ser una proposición no de ley se trata, no obstante, de un gesto simbólico, pues no obliga al Gobierno a hacer ningún trámite. Evidencia, eso sí, que el escenario político ha cambiado.
La reforma laboral sigue el paso de la Ley Mordaza y de la Lomce, que el Congreso ya ha pedido desmantelar. Las tres piedras de toque de la política del Gobierno de Rajoy en la anterior legislatura están en tela de juicio. En el caso de la reforma laboral y de la Ley Mordaza son solo, al menos de momento, peticiones sin más repercusión legal.
El portavoz de Empleo del grupo socialista, Rafael Simancas, ha defendido su propuesta aduciendo que la reforma laboral ha servido para precarizar el empleo, devaluar salarios y dar más poder unilateral a los empresarios. “Aprovecharon la crisis para dar una vuelta como un calcetín a nuestro mercado de trabajo y pasar de un mercado regulado a la ley del más fuerte”, ha asegurado.
La proposición no de ley ha contado con el apoyo de Unidos Podemos, Compromís, PNV, ERC y Bildu, y con el rechazo del PP. Ciudadanos y Partido Democrático de Cataluña se han abstenido porque, aunque quieren cambios en la legislación laboral, no están de acuerdo con una derogación completa.
El texto, que recogió enmiendas de Unidos Podemos, PNV y Partido Democrático de Cataluña, pide que se deroguen las “normas contenidas en la reforma laboral que han generado devaluación de las condiciones del empleo”. También habla de abrir un proceso de diálogo con los agentes sociales y las comunidades autónomas para aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que “recupere derechos” y ayude a crear empleo de calidad.
A pesar de que durante el martes Ciudadanos negoció con el PSOE el apoyo a su propuesta, finalmente no se produjo. “No sé para qué sirve la derogación; si es para volver al modelo anterior de Zapatero probablemente no es la solución”, ha dicho su portavoz de Economía, Antonio Roldán.
Finalmente, fueron 168 votos a favor, 131 en contra y 42 abstenciones los que hicieron que la petición para derogar la reforma laboral saliera adelante.
A pesar de su apoyo, la diputada de Unidos Podemos Yolanda Díaz ha recordado al PSOE que sus reformas laborales también precarizaron el empleo y las condiciones laborales. Su voto tenía signo positivo porque, decía, al menos “contribuye a rematar una parte del mal causado en nuestro país”. Díaz no fue la única en hacer referencia a la reforma laboral que aprobó el Gobierno de Zapatero, de la que también reclaman su derogación. También lo hicieron ERC y Bildu.
Movilizaciones
El otro frente en el que se discute la política laboral del Gobierno es el de la movilización. Esta semana se celebran decenas de manifestaciones convocadas por los sindicatos CCOO y UGT. Las protestas culminarán con una manifestación el sábado en Madrid y son parte de un proceso de movilización “dilatado en el tiempo y creciente en intensidad” para pelear por la “recuperación de derechos perdidos”, en palabras de los propios sindicatos.
CCOO y UGT quieren presionar al Ejecutivo desde la calle para negociar sobre pensiones, reforma laboral o prestaciones. A pesar de que la aritmética parlamentaria obliga al Gobierno a dialogar, las formas desplegadas hasta ahora no gustan a los sindicatos. La subida del salario mínimo pactada con el PSOE se hizo a espaldas de las centrales y sin tener en cuenta que ese mismo día había convocado una reunión de diálogo social. Tampoco el contenido convenció a los sindicatos, que reclamaban una subida mayor.
Por eso, y porque los temas sobre la mesa son capitales para los sindicatos (el más inminente, la reforma de las pensiones), buscan desplegar desde ya la presión de la calle. Que el Gobierno “sienta el aliento de los trabajadores en el cogote”, según ha expresado el líder de UGT, Pepe Álvarez. El tiempo dirá si ese proceso de movilización va a más y con qué intensidad.