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Reino Unido reduce más el estado del bienestar pero anuncia una subida del salario mínimo
El ministro británico de Economía, George Osborne, ha anunciado hoy nuevos recortes en el estado del bienestar a fin de conseguir su objetivo de eliminar el déficit en 2020, al tiempo que introdujo incentivos fiscales para particulares y empresas. El ministro, cuyo partido conservador ganó las elecciones del 7 de mayo, ha presentado en la Cámara de los Comunes el primer presupuesto de un Gobierno “tory” en solitario desde 1996. Con este cumple con su promesa electoral de reducir el gasto público a costa de las prestaciones sociales.
Entre las pocas medidas que no van en la dirección de los recortes, se encuentra el aumento del salario mínimo. De aquí a 2020, el ejecutivo británico elevará el sueldo mínimo profesional a 9 libras la hora -12,6 euros- desde las 6,5 libras - 9 euros- actuales.
En una primera fase de recortes -la segunda se detallará en otoño y corresponderá con los presupuestos ministeriales- la factura social se reducirá en 12.000 millones de libras (16.800 millones de euros) en tres años. Entre los recortes anunciados se encuentran la eliminación de la ayuda de vivienda para menores de 21 años y la transformación en préstamo de la beca de manutención otorgada a universitarios sin recursos. Además, se rebajará de 26.000 a 23.000 libras anuales (de 36.400 a 32.200 euros) en Londres la cantidad máxima que una familia puede pedir en ayudas estatales, mientras que las personas en vivienda social con ciertos ingresos deberán pagar un alquiler a precio de mercado.
Gracias a una mayor recaudación de impuestos en 2014, Osborne ha distribuido en tres años, en vez de dos, esos primeros recortes, que ascenderán a 37.000 millones de libras (unos 51.800 millones de euros) en toda la legislatura.
Atajar la evasión fiscal
La intención del llamado “canciller del Exchequer” es reducir progresivamente el déficit presupuestario, para lo que también cuenta con atajar la evasión fiscal, hasta lograr un superávit del 0,4 % de los ingresos nacionales en 2019-2020, un año más tarde de lo previsto.
Su plan para los próximos cinco años es reposicionar al Reino Unido “de una economía de salarios bajos, impuestos altos y muchas ayudas sociales a un país con sueldos altos, impuestos bajos y menos ayudas”, ha dicho.
Al presentar el presupuesto, el ministro ha anticipado además que la economía británica crecerá en 2015 un 2,4 % (por debajo del 2,5% pronosticado en su última intervención en marzo), un 2,3% en 2016 y un 2,4% en 2017. Osborne ha señalado que, aunque la economía británica, que avanzó un 3% en 2014, “es fundamentalmente más fuerte que hace cinco años”, no se alejará del objetivo de eliminación del déficit, actualmente un 4,9% del producto interior bruto (PIB).
“Solo hay que mirar a la crisis que se desarrolla en Grecia mientras hablo para darse cuenta de que, si un país no tiene su deuda bajo control, la deuda toma el control del país”, afirmó el ministro conservador.
Incentivos fiscales
Junto con los esperados recortes, Osborne anunció incentivos fiscales, al elevar a 11.000 libras anuales (15.400 euros) el umbral de pago del impuesto sobre la renta y reducir al 18% la tasa de sociedades para 2020.
A partir de 2017, se eliminará el impuesto de sucesiones en viviendas de menos de un millón de libras (1,40 millones de euros) para parejas casadas y la cadena pública BBC asumirá el canon que se paga por televisor para las personas mayores de 75 años.
Los ayuntamientos en Inglaterra y Gales tendrán potestad para ampliar el horario comercial en sus distritos los domingos y festivos, cuando actualmente se limita a seis horas el periodo de apertura de las grandes superficies. Osborne dijo que su presupuesto “pone en primer lugar la seguridad económica y reconoce a los británicos que trabajan duro”. Insistió en que el Reino Unido “aún gasta demasiado y pide demasiado prestado”, mientras que la débil productividad indica que “no se construye ni se invierte suficiente”.
En su respuesta a la propuesta gubernamental, la líder en funciones del Partido Laborista, Harriet Harman, criticó que los conservadores se presenten desde las elecciones como la formación de “la gente trabajadora”, cuando quieren apuntalar la economía “a expensas de que la gente vaya a peor”.