Sabadell firma el código de buenas prácticas de Hacienda tras la salida de un accionista ligado a paraísos fiscales
Casi siete años después de que la Agencia Tributaria invitase a las grandes empresas españolas a suscribir un “código de buenas prácticas” fiscales, Banco Sabadell ha decidido sumarse a este acuerdo voluntario, que busca mejorar la cooperación público-privada en la lucha contra el fraude fiscal.
Fuentes del cuarto banco español por volumen de activos confirman que la entidad ha suscrito “recientemente” este acuerdo. Se ha adherido tras la venta, el año pasado, de la mayoría de las acciones que tenía en Sabadell el multimillonario colombiano Jaime Gilinski, vinculado a paraísos fiscales a través de su maraña societaria.
Gilinski llegó a ser el mayor accionista individual de Sabadell con un 7,5%, pero nunca se sentó en su consejo de administración. En noviembre pasado dejó de ser accionista significativo con la venta de un paquete del 3%. Participaba en el banco a través de la luxemburguesa Itos Holding, perteneciente a Colden Investments, radicada en Panamá, país al que está muy vinculado desde hace décadas.
El magnate, una de las personas más ricas de Colombia, entró en el Sabadell en septiembre de 2013 mediante una macroampliación de capital en la que aportó 275 millones de euros a cambio de un 5% de las acciones. Paralelamente, una de sus empresas panameñas recibió un crédito del Sabadell de 200 millones de euros para un macroproyecto inmobiliario en ese país cuya existencia el banco ha ocultado durante años en sus cuentas y, por extensión, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), como informó eldiario.es
Un “borrador” del contrato de préstamo que fue remitido por Sabadell a Gillinski cinco días antes de anunciarse su entrada en el capital del banco abría la puerta a la posibilidad de que ese préstamo en Panamá estuviera exento de impuestos. La propuesta establecía que “en caso de que aplicara ‘withholding tax’ [esto es, que estuviera sujeto a retención fiscal], Banco Sabadell recibirá la cantidad de intereses íntegra”.
El rastro de los territorios opacos en el entramado empresarial de Gilinski no acaba en Panamá y llega hasta el banco colombiano GNB Sudameris, del que es el principal accionista y del que Sabadell tomó un 5% en octubre de 2015. El 94,73% de GNB Sudameris pertenece a una firma holandesa, Gilex BV, propiedad al 100% de la luxemburguesa Starmites Corporation, en la que participa la panameña Rhinebeck Investments SA. Esta firma de Gilinski fue originalmente creada en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes Británicas.
Legionario en Islas Vírgenes
La aportación de Gilinski en esa macroampliación de capital permitió al Sabadell apuntarse los fondos obtenidos en sus recursos propios pese a la concesión, en paralelo, de ese macrocrédito al magnate colombiano. En esa operación, en la que el banco captó en total 1.383 millones, también se incorporó al capital del Sabadell el multimillonario mexicano David Martínez Guzmán, con otro 5%.
Martínez Guzmán es un misterioso inversor que forjó su fortuna comprando deuda de empresas y países en problemas. Antiguo miembro del grupo ultracatólico de los Legionarios de Cristo, con gran predicamento entre las altas esferas de su país de origen, es consejero del Sabadell desde marzo de 2014 y se mantiene como accionista, aunque su participación se había diluido al cierre de 2016 hasta el 3,42%.
Martínez canaliza su participación en Sabadell a través del fondo que preside, Fintech Investments, radicado en Islas Vírgenes Británicas, según documentos remitidos a la SEC (la CNMV estadounidense) por Telecom Argentina, filial de Telecom Italia de la que el mexicano es accionista. La matriz de Fintech Investments es Winthrop Securities LTD, también radicada en un paraíso fiscal, como refleja el recoge de la CNMV.
A diferencia de otras entidades bancarias españolas, Sabadell no tiene filiales en territorios offshore clásicos como Islas Caimán o Jersey, pero al igual que Santander o BBVA, sí estuvo entre los bancos que crearon sociedades en paraísos fiscales para sus clientes, según los papeles de Panamá.
Además, cuenta desde 2000 con una filial en Andorra de la que controla el 51% y que algunos defraudadores españoles acogidos a la amnistía fiscal que puso en marcha Cristóbal Montoro en 2012 utilizaron para ocultar fondos al fisco español durante años.
Con activos de 657 millones y dirigido a clientes particulares de renta media y alta y a empresas, BancSabadell d'Andorra es el cuarto banco en el Principado. Andorra dejó de ser considerado paraíso fiscal por España hace un lustro y se ha comprometido con la UE a poner fin a su secreto bancario a partir de este año.
Con su adhesión al código de buenas prácticas tributarias, Sabadell se compromete a ser más transparente a la hora de informar sobre sus prácticas tributarias, mientras que en su relación con el banco la administración aumenta la seguridad jurídica en la interpretación de las normas tributarias. A cambio, la entidad deberá cumplir un conjunto de recomendaciones para evitar la utilización de estructuras fiduciarias opacas, intensificar la colaboración en la detección de prácticas fraudulentas y mejorar la información sobre las políticas fiscales aplicadas.
Sabadell ha sido una de las últimas compañías del Ibex 35 en incorporarse al Código de Buenas Prácticas tributarias de Hacienda, en el que todavía están ausentes 10 empresas del selectivo, casi un tercio del total. Entre ellas, tres en las que el Estado es el mayor accionista: Aena, Indra y Enagás.
El código, un mecanismo “necesario”, según la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), no deja de ser una estrategia “publicitaria” para las empresas, dice un alto directivo de una compañía del Ibex que está adherida a él desde hace tiempo.
El código no es ningún antídoto en la prevención del fraude. Entre las grandes empresas adheridas (desde julio de 2014) está la farmacéutica Almirall, cuyos dueños, los hermanos Gallardo Ballart, se acogieron en noviembre 2012 a la amnistía fiscal, como reveló en junio pasado la investigación de Los Papeles de Castellana. Unas semanas después de que trascendiese esa amnistía millonaria, Hacienda abrió una inspección a la empresa farmacéutica.