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Qué fue de los mineros

Marcha minera el pasado 10 de julio en Madrid (Antonio Rull)

Susana Hidalgo

Víctor Herrero, 44 años, toda una vida laboral dedicada al carbón en León. Padre de dos hijos, múltiples lesiones por culpa de la mina. Las dos rodillas operadas, dos hernias discales. Él, uno de los participantes más activos en las protestas mineras del pasado verano, está ahora expectante con lo que traiga el otoño. El pasado 10 de julio unos 500 mineros y familiares fueron recibidos por una multitud en Madrid tras 19 días de marcha en protesta por el fuerte recorte a las ayudas al carbón. “Allí estuvimos todos, como una piña”, recuerda Víctor. Pero llegó agosto, el parón veraniego, y el foco informativo, como de otros tantos asuntos, se retiró de ellos. Además, muchos trabajadores estuvieron dos meses de huelga, y por motivos económicos han tenido que volver a la mina y dejar en reposo, de momento, el lado reivindicativo.

“¿Qué pedimos este otoño? Pues lo de siempre: el mantenimiento de los puestos de trabajo, nunca ha habido otra reivindicación. Que no rompan nuestra forma de vida, nunca hemos tenido otra cosa”, sostiene Víctor Herrero. En 2012, las partidas para el plan de la minería se redujeron un 39%.

Los sindicatos mayoritarios están esperando este mes de septiembre dos fechas clave: la reunión con el Ministerio de Industria dentro de la Comisión de Seguimiento del sector y la presentación de los Presupuestos Generales para ver cómo queda en ellos las ayudas al carbón. De la primera fecha aún no hay noticias. “Al ministerio no le apetece sentarse a dialogar”, señala Aurelio Rodrigo, secretario general de Minería en UGT-Aragón, que anuncia que en las próximas semanas habrá concentraciones ante las subdelegaciones del Gobierno de las zonas carboníferas. En cuanto a los presupuestos, que se presentarán a final de este mes, el ministro de Industria, José Manuel Soria, ya ha anunciado “una disminución adicional” en las ayudas al carbón.

Víctor Rodrigo es hermano de Aurelio, tiene 37 años y lleva 12 trabajando en la mina de Ariño (Teruel). El sábado pasado estuvo en Madrid en la manifestación de la Cumbre Social y piensa seguir movilizándose. “Estoy en todos los ajos”, cuenta, aunque reconoce que de momento la protesta minera no ha conseguido los objetivos. “No vamos a parar, pero esperaremos a que los sindicatos marquen la agenda”, añade.

No todos están de acuerdo con la labor de los sindicatos mayoritarios. Lobo Astur, responsable del Comité de Defensa de la Minería de Asturias, cree que algunas decisiones de las cúpulas sindicales no han sido acertadas al optar por “suavizar las protestas”, aunque también entiende que tras dos meses de huelga hay familias que no pueden soportar más la falta de ingresos. “Ahora no interesa la barricada”, se queja Astur. El Comité, entre otros asuntos, reparte alimentos y material escolar entre las familias de mineros más necesitadas basándose “en la solidaridad obrera y la lucha de clase”.

El 80% de los miembros de esta organización son mujeres. Ellas ha protagonizado buena parte de las protestas. Porque aunque haya pocas trabajando en la mina, hay muchas mujeres, madres, o trabajadoras de locales cuyos ingresos dependen también del sector. Es el caso de Belén Domínguez, “hija de minero, sobrina, cuñada…”. “Y llevo un bar donde toda mi clientela es del sector”, cuenta. Belén es de las que opina que no hay que parar en las protestas. “Si frenas y haces un parón se pierde fuelle, la gente no te toma en serio y no hay fuerza para volver a empujar”, señala.

Mientras el sector espera la señal para volver a salir a las calles, otros se mueven a través de las redes sociales. Víctor Herrero lleva la cuenta de Twitter 'Mineros de España' (@mineros_leon), con más de 14.000 seguidores. Herrero cree que hay que “estar con los nuevos tiempos”. “Con Internet y Twitter nos podemos coordinar para informar durante las marchas de los cortes de carretera, difundir las protestas…”, enumera. Él cree que la única manera para hacerse oír pasa por sumar sectores. Por ejemplo, la minería y el metal. “Dos sectores muy combativos”, resume este minero.

Otro volcado en apoyar al movimiento a través de las redes sociales es Fernando Pérez, trabajador social de familia minera y creador de la página en Facebook “Movimiento ciudadano de apoyo a los mineros”, con más de 20.000 simpatizantes virtuales. “Hice la página porque quería recabar el apoyo de mucha gente, ya que en número los mineros no son muchos”, explica el promotor de la idea, que además elaboró un manifiesto ciudadano. Para Pérez, la lucha del sector ha creado tantas empatías y simpatías porque “es una profesión donde se juegan la vida, hay compañerismo y han convertido en lucha sus reivindicaciones”.

A la pregunta de “¿y ahora qué?”, Pérez califica la situación de “difícil”. “¿Qué más podemos hacer? Ese sentimiento está… Han hecho dos meses de huelga, han ido a Madrid andando y no se ha arreglado nada”, afirma este aragonés, que también cree que la fuerza pasa por juntarse con otros sectores. “Tenemos que ir todos a una. Si no, se nos van a tragar”, concluye.

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