“Perdona, ¿tienes un minuto?”: La precariedad de los captadores callejeros de las ONG
Trabajan en la calle, con carpetas y chalecos. Piden solo un minuto de atención mientras la mayoría de personas los esquiva. Su fin, loable: conseguir socios para organizaciones no gubernamentales. Sus condiciones laborales, no tanto: trabajo por objetivos que, si no cumplen, servirán para justificar la extinción de su contrato sin indemnización.
Los captadores de socios de las ONG trabajan, a veces, a través de empresas intermediarias y no siempre tienen un sueldo fijo. “Se comportan con una lógica puramente empresarial”, se queja un trabajador que capta socios para una de estas organizaciones. eldiario.es ha consultado las condiciones de los captadores de varias de ellas.
Alberto López y sus compañeros trabajan como captadores de Médicos Sin Fronteras y tienen un objetivo que cumplir al mes: hacer al menos 24 socios. Si no cumplen con ese umbral, la ONG puede despedirles sin indemnización, es decir, aduciendo un incumplimiento de contrato.
CCOO y CNT han denunciado esta práctica, que consideran abusiva, y que, aseguran, la organización utiliza para desembarazarse sin coste alguno de muchos trabajadores. El caso está ahora en el Tribunal Supremo, que debe pronunciarse sobre la cláusula, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia la desestimara por un problema de forma y sin entrar en el fondo del asunto.
La cláusula séptima de los contratos de captadores de socios de Médicos Sin Fronteras, que eldiario.es ha podido consultar, es la que establece los “objetivos semanales mínimos” para una jornada semanal de 20 horas: seis socios de media por semana y una cuota media por socio captado de 115 euros al año.
“Es un objetivo casi imposible”, dice Alberto López, miembro de la sección sindical de CCOO en Médicos Sin Fronteras en Galicia, que relata que es frecuente que hasta el 80% de la plantilla en el territorio lo incumpla: “Algún mes, hasta el cien por cien lo incumple. Eso demuestra que no es un objetivo realista”.
López explica que la rotación de la plantilla es altísima: unas 30 ó 40 personas trabajan en los tres equipos de la ONG en Galicia pero en un año pueden pasar hasta 250 personas. “Todos los despidos se hacen así, otra gente no aguanta y se va”, apunta este trabajador.
El contrato de los captadores explicita que con una periodicidad mensual el trabajador recibirá una “comunicación de seguimiento de su prestación de servicios” en la que se le informará de sus resultados. ¿Qué pasa si no se cumplen con los objetivos? Que esa comunicación se convierte en una “amonestación”. Si una persona acumula tres amonestaciones o seis en un periodo de doce meses, se enfrenta a una extinción del contrato por incumplimiento de objetivos
eldiario.es ha accedido a una de esas comunicaciones mensuales. En ella, Médicos Sin Fronteras aporta datos sobre el desempeño del trabajador y le recuerda los objetivos de la cláusula séptima de su contrato. “Le hacemos entrega de la carta informativa para notificarle con claridad de los hechos detectados y darle la oportunidad de rectificar y mejorar sus resultados. Aprovechamos la ocasión para transmitirle que confiamos en que, en el futuro, usted podrá mejorar este aspecto y cumplir con las expectativas que MSF tiene depositadas en usted y en el resto de sus compañeros de proyecto”, dice la nota.
El director de captación de fondos de MSF, David Monllau, defiende los objetivos impuestos porque permiten “asegurar un buen uso de los fondos”. “Tenemos que asegurarnos que la mayor parte de los fondos van al terreno. Esa cláusula nos permite asegurar que lo que invertimos en captación es menos de lo que obtenemos”, dice Monllau. Asegura que esas condiciones son las que permiten que la ONG ofrezca uno de los sueldos más altos del sector, unos 930 euros brutos (después de una reciente subida salarial) por una jornada de veinte horas semanales.
En cualquier caso, señala Monllau, la cláusula no se aplica inmediatamente sino con flexibilidad. “Con que un mes cumplas los objetivos, ya se pone el contador a cero. Se miran además otras circunstancias”, puntualiza.
La ONG dice que este año ha habido doce despidos por esta causa de una plantilla de 209 personas. El año pasado, 24 trabajadores de 190. El responsable de captación es consciente de que la rotación de personal es alta, por eso, dice, tratan de ofrecer buenas condiciones salariales para retener a los captadores lo más tiempo posible. “Estamos también en contacto permanente con los equipos, también en Galicia. Estamos abiertos a dialogar sobre la cláusula”, admite.
Si el socio se arrepiente, ya no cuenta
Hacer veinte socios al mes era el objetivo de Pablo (nombre ficticio) en el comité español de Acnur. A cambio, un contrato indefinido de veinte horas semanales y un sueldo de 800 euros brutos. La advertencia del objetivo a cumplir estaba de fondo desde la entrevista para contratarle. “Uno de los chicos que llevaban más tiempo cuando entré me dijo que a ver si me seguía viendo por ahí en unos días”, recuerda Pablo.
Los socios que haga un captador, señala este extrabajador, tienen que mantenerse tres meses como mínimo y suscribir una cuota de al menos doce euros mensuales. Si no es así o si uno se retracta, ese socio se “descuenta” de su objetivo mensual. “Si en junio se te cae un socio que hiciste en mayo, te lo quitan del objetivo. Puedes llamarle para recaptarlo. Tienes que estar muy pendiente de todo”, dice.
El comité español de Acnur, que capta los socios para la Agencia de la ONU para los refugiados, no aclara los objetivos que tienen que cumplir sus captadores. La organización confirma a eldiario.es el sueldo y la jornada mencionados, y subraya que en ningún caso hay nada ilegal.
“Es un curro muy duro, es como una guerra, la gente lo intenta pero aguanta una semana. Mentalmente tienes que ser muy fuerte”, reflexiona Mario, que también trabajó para el comité español de Acnur durante más de un año. La dureza con la que se aplicaban los objetivos dependía, recuerda, de los jefes de equipo y las personas de coordinación. “Aguanté porque no tenía otra cosa”.
Autónomo y sin sueldo fijo
Juan ni siquiera era trabajador, sino autónomo económicamente dependiente para la empresa Force Sp Marketing, a través de cual prestó servicios para Aldeas Infantiles y Cruz Roja hace apenas unos meses. Sin sueldo fijo, sus ingresos dependían de los socios que consiguiera. Nunca llegó a tenerlos: “El primer mes trabajaba catorce horas al día pero hice pocos socios. Al final de mes me salía que había pagado por trabajar unos cien euros de autónomo, así que lo dejé”.
Su contrato mercantil especificaba que no cumplir los objetivos podía suponer su extinción. “El captador siempre ha de contestar con honestidad. Si un posible donante pregunta si cobra por su labor, debe ser sincero y explicarle el presupuesto anual que tiene cada ONG para invertir en sus captaciones”, dice uno de los contratos que ha podido consultar eldiario.es.
El director de captación de Aldeas Infantiles, José Ramón Jiménez, subraya que prácticamente el 99% de sus captadores son personal interno y que las contrataciones a través de empresas son residuales. El personal propio sí cuenta con contrato laboral y un salario base de 621 euros brutos por veinte horas semanales que se incrementan con incentivos en función de los socios. “Somos conscientes de que es más bajo que en otros sitios pero así podemos ser menos exigentes con nuestro objetivo de socios”, explica. Ese objetivo son unos 12 socios mensuales con un importe medio de unos 160 euros.
Los contratos también contienen la cláusula que permite extinguirlo si no se cumple el umbral. “Con que hagas tres socios de entre 10 y 20 euros mensuales cumples el objetivo. Tratamos de retener a la gente porque lo que más nos interesa es que se queden con nosotros el mayor tiempo posible. La cláusula solo la ejecutamos si se trata de algo reiterado o exagerado”, cuenta Jiménez. Sobre los autónomos, asegura que se trata de unas tres o cuatro personas y que ellos ponen como condición que se trate verdaderamente de personas que ejercen de forma independiente.
Rafa trabaja como captador para Oxfam desde hace más de un año. Su sueldo: 455 euros brutos por veinte horas semanales y comisiones por número de socios. Sus objetivos son más bajos que los de otras organizaciones, unos 14 socios mensuales. “Si no se cumplen, te pueden echar, depende de quién esté en coordinación, de si ha sido un mes malo en general. Claro que hay presión, pero si tu jefe de equipo está más pendiente de las personas que de los números no tiene por qué haber problema”, dice.