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Análisis

De Guindos se contradice al tratar de justificar el nombramiento de Soria

De Guindos no hizo un relato coherente del nombramiento de Soria

Belén Carreño

Tenso y con la voz alterada con constantes gallos que delataban sus nervios, el ministro de Economía, Luis de Guindos, confrontó ayer su relato sobre la pulcritud del nombramiento de su excompañero de Gobierno y amigo, José Manuel Soria. Durante casi tres horas, el ministro aguantó el chaparrón de la oposición, y trató de responder a casi todas las cuestiones planteadas por los diputados. Sin embargo, el relato del ministro, en el que trenzó razonamientos técnicos con políticos, no resultó convicente por incurrir en varias contradicciones que aún amplificaron más las sombras sobre la designación. Su resumen: “A veces lo que es correcto desde un punto de vista técnico, políticamente no lo es”.

Una designación técnica supeditada al calendario político

La principal duda que surge de escuchar el relato de De Guindos emana de la columna vertebral de su explicación. El cargo no se designa con criterios políticos. Esto fue una suerte de mantra durante toda la intervención. Y, sin embargo, la razón para dejar desierta la primera convocatoria y adjudicar la segunda el día de la fecha de la votación de la investidura de Mariano Rajoy fue por “prudencia” política.

La cronología es la siguiente: el 4 de enero de 2016 el Ministerio saca a concurso seis plazas en Instituciones Financieras Internacionales. Tres con un rango alto y tres para el puesto de asesor. Tras dejar quince días hábiles para que se presentaran lo candidatos, el 26 de febrero el Comite de Evaluación decide solo adjudicar las plazas de asesores y dejar las superiores, entre ellas, la de director alterno del FMI y la ya famosa plaza de Soria, de director ejecutivo del Banco Mundial.

Es en esta parte donde la explicación hace aguas hasta casi sumergir por entero la argumentación. El ministro asegura que no se otorgó en ese momento la plaza, la de director ejecutivo del Banco Mundial, “por prudencia y sensibilidad” a que en esos momentos había un Gobierno en funciones. Apenas una semana después era el debate de investidura de Pedro Sánchez y según la narración del ministro, no se quería contaminar ese momento con la designación de estos cargos. ¿Por qué no era prudente adjudicar esas plazas si tal y como defiende el ministro son cargos técnicos y no políticos?

Siguiendo con la cronología que desgrana el ministro, se espera a que pasen las siguientes elecciones, las del 26J, para volver a convocar las plazas de directivos en estas instituciones. En ese momento el PP tenía una mayoría algo más holgada en el Congreso y más posibilidades de que saliera Mariano Rajoy como presidente. Sabedor de que podía dar problemas la repetición de la convocatoria, el ministro asegura que pide un informe a la Abogacía del Estado que le apoya en la decisión.

A estas alturas laSexta ya había anunciado (la primera semana de junio) que Soria tenía intención de solicitar un puesto para el Banco Mundial. ¿Sabía entonces Soria con un mes de antelación que el ministerio iba a convocar estas plazas cuando aún no se había consultado sobre su legalidad a la Abogacía del Estado?

Además, en esta segunda convocatoria los plazos apremian. El 2 de septiembre es la fecha final para presentar a los candidatos en el Banco Mundial. ¿Quién podía imaginar que en ese momento esa fecha iba a coincidir con la segunda y última votación de investidura de Mariano Rajoy?

Tomando como referencia los plazos de la primera convocatoria, se dieron quince días hábiles para presentar las candidaturas, y se recibieron quince solicitudes, diez de ellas para el Banco Mundial. Pese a estar en plena canícula, si el ministerio hubiera querido alejarse del tempo político, podría haber fallado estas plazas a principios de agosto. Pero apuró los plazos al límite, tan al límite que coincidieron con la última votación de la investidura fallida del PP.

¿Si el cargo es técnico y no político por qué se esperó a no contaminar las negociaciones de investidura del PP con Ciudadanos?

Para refrendar su teoría de que “la política del departamento es ser cuidadosa con los nombramientos”, De Guindos recordó cómo no ha sustituido a vocales de la CNMC que cesan o no ha hecho otros nombramientos. Apenas unas semanas antes de las elecciones del 20D, De Guindos no tuvo ningún inconveniente en nombrar a nuevos consejeros del banco público ICO, que tendrán un mandato de tres años de duración.

La convocatoria es de concurrencia “pública” y “transparente”

Esta afirmación que reiteró el ministro en varias ocasiones durante su intervención se cae por su propio peso. La publicidad que da el ministerio a esta convocatoria es la de enviarla a la Asociación de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. En primer lugar, hay que resaltar que esta es una asociación de carácter privado que nace, como ellos mismos aseguran en sus estatutos, para “defender los intereses” del cuerpo.

Defender los intereses del cuerpo puede entrar en ocasiones con el interés del Ministerio y también puede ser que vaya en contradicción con los del público general. Así que en cualquier caso parece dudoso que este canal sea el que utiliza el Ministerio para dar “publicidad” a sus ofertas. En los ministerios hay tablones públicos e intranet para todos los empleados que garantiza el acceso universal a ciertas convocatorias y no lo restringe al carácter gremial de este colectivo.

La transparencia es una entelequia en todo este proceso. A día de hoy este periódico no ha conseguido que se le dé por parte del Ministerio la convocatoria de la plaza, que han publicado otros medios a las que se la han filtrado. La lista de los que se presentan y el orden en el que quedan es secreto. De Guindos apeló a la ley de “protección de datos” para mantener estos elementos de forma confidencial. Cualquiera que se haya presentado a una oposición pública conoce las formas que hay de preservar la confidencialidad para conocer públicamente las notas y los resultados. Las deliberaciones del Comité de Evaluación son secretas. Algo que encaja con el carácter “discrecional” del nombramiento que el ministro reivindicó una y otra vez.

“Discrecional” pero no político; “técnico” pero sin adjudicar por “prudencia” política; “transparente” pero no público. Este es el galimatías final que deja de poso la explicación de De Guindos.

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