El sector financiero arremete en tromba contra la idea de competir con una banca pública potente
El crédito ya comienza a fluir en España, lo peor de la crisis ha pasado, también para el sector financiero, y la propuesta de articular una banca pública potente lanzada desde algunos sectores de la izquierda (singularmente, Podemos, IU y los dos principales sindicatos), mejor enterrarla. Es la idea-fuerza que han lanzado esta semana algunos de los principales representantes del sector financiero en el tradicional curso de verano que esta semana ha tenido lugar en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), patrocinado por BBVA y centrado en esta edición 'El nuevo modelo económico. Lecciones de la crisis'.
La idea de “mantener” el 60% que el Estado conserva en Bankia tras su intervención y rescate en 2012, que en principio debe vender antes de enero de 2018, y convertirlo en el germen de una gran banca pública junto a otras entidades como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), fue defendida el martes por los líderes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández 'Toxo' y Cándido Méndez. Durante su intervención en Santander, el secretario general de CCOO argumentó que, pese a la amarga experiencia de las cajas de ahorros, los bancos públicos “pueden gestionarse por criterios estrictamente profesionales” y España es “una anomalía”, porque la banca pública “existe en Alemania, Francia, Holanda” y algunos estados de EEUU.
En España, no, y las entidades del sector huyen del riesgo y “no se financian los proyectos”, según Toxo. Unos planteamientos que recuerdan a los del informe Una propuesta progresista para salir de la crisis, elaborado por los economistas Santiago Díaz de Sarralde y Bruno Estrada con el patrocinio de las fundaciones Alternativas (próxima al PSOE), Francisco Largo Caballero (UGT) y Primero de Mayo (CCOO), y que fue presentado a principios de este mes por los propios Toxo y Méndez.
A los bancos no les gusta la idea, que llega tras un largo historial de abusos en el sector, que ha necesitado un rescate multimillonario para reflotar a buena parte de las antiguas cajas y que, según sus defensores, permitiría reactivar el crédito a familias y empresas. Este, como recordaba el pasado viernes el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, “sigue cayendo”, mientras las entidades enfatizan que el volumen de nuevas operaciones sí está aumentando.
Malas experiencias
El lunes, el presidente del BBVA, Francisco González, advertía, sin referirse en concreto a la propuesta de una banca pública, del riesgo que entrañan los “populismos”, cuyas “promesas irrealizables” pasan “facturas muy altas con el tiempo”, y un día después tomaba partido en la cuestión el supervisor. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, se mostraba en Madrid en contra de la creación de bancos públicos “por razones de competencia, de regulación y de peso que podrían suponer pérdidas para el contribuyente”. “La experiencia es mala. Puede existir alguno que funcione bien, pero no es probable”, afirmó Linde.
Más manifestaciones en contra: si el jueves el presidente de la patronal bancaria AEB, José María Roldán, ironizaba en Santander deseando “buena suerte” a quienes deseen poner en marcha un banco de estas características ante la regulación a la que se enfrenta el sector, más contundente se mostraba poco después el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.
“No conozco ningún banco público que sea sostenible en el tiempo”, dijo el ejecutivo vizcaíno, sorprendido por que se diga “que es bueno tener banca pública porque generará más crédito”. En su opinión, el crédito debe fluir sólo si se concede “de forma profesional y sensata y buscando valor” para los accionistas, “que pueden ser privados o públicos”. Goirigolzarri llegó a dejar entrever que, en el caso de una llegada de Podemos a la Moncloa, abandonará la presidencia de Bankia. Y enfatizó que el PSOE no está por la labor de una banca pública.
Braulio Medel, uno de los pocos supervivientes de la era de las cajas de ahorros y actual presidente del malagueño Unicaja Banco, fue el menos taxativo en su rechazo a la propuesta de crear un banco público. El andaluz instó a las administraciones a que “hablen” antes de crear una entidad de estas características, un modelo que puso en valor aunque dejó claro que, si ese es el objetivo, deben tenerse claro cuáles son sus fines. Medel, que subrayó que “a día de hoy el 11,5% del sistema financiero español es público”, considera que si la propuesta es crear una banca pública “para financiar proyectos inviables”, mejor olvidarse de ella.
Nota: Esta cobertura de eldiario.es se realizó con invitación de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE). BBVA corrió con los gastos del viaje