“Cada vez hay menos sitios en el mundo donde se puedan conseguir los beneficios que se consiguen en España”
Llevan meses, años incluso, escudriñando el mercado español y ahora ya no quieren esperar más para atrapar a sus presas. Tras el verano, los fondos buitre se han decidido a formalizar contratos con aquellas empresas españolas, bancos principalmente, que ya tenían identificadas, al tiempo que han intensificado y acelerado la búsqueda de nuevas oportunidades de compra.
Las empresas están sorprendidas por su insistencia. Si hasta hace unos meses la presión de los fondos internacionales se centraba en los activos disponibles de la banca, ahora los teléfonos que han empezado a sonar han sido los de las empresas. “Hemos pasado de ser unos apestados a que nos vuelvan a invitar a negociar, aunque los precios todavía son de derribo”, reconoce una directiva de una empresa inmobiliaria mediana de la costa española que prefiere no ser identificada. Asegura que los precios que le ofrecen por comprar su deuda son indecentemente bajos, pero también reconoce que tendrá que aceptarlos si no consigue el dinero por otro lado. “Al menos ahora podremos elegir entre varias ofertas y negociar algo al alza”, comenta.
Este cambio de actitud tiene mucho que ver con que los fondos buitres no son ya los únicos interesados en comprar en España. A este mercadillo empresarial a precios de saldo en que se ha convertido el país también han vuelto otro tipo de sociedades de inversión: las de capital riesgo. Su perfil no es el de invertir en situaciones límite, pero es que el riesgo actual de España ha dejado de ser extremo.
“Ahora, todos nos hemos convertido un poco en buitres. Presionamos en precios y aceptamos más riesgo”, reconoce Daniel Aymerich, de ICG España, un fondo de inversión especializado en medianas empresas. Él fue uno de los participantes en el evento anual de sector, Capital & Corporate, que tuvo lugar esta semana en Madrid y en el que se dieron cita masivamente tanto representantes de fondos buitre como del Capital Riesgo.
Más allá del ya clásico argumento de que los mercados han vuelto a confiar en el país, de que ya no hay miedo a que el euro se rompa o que los cambios en el sector financiero español van por buen camino, hay un elemento internacional que les está invitando a entrar en acción: la recuperación en otros países. “Cada vez hay menos sitios en el mundo donde se puedan conseguir los beneficios que se consiguen en España con un riesgo ya controlado”, reconoce Beltrán Paredes, director de deuda y reestructuración de Rothschild en España.
La falta de crédito bancario
La falta de crédito bancario
Quienes han puesto en bandeja el pastel español han sido los bancos. Con el crédito seco, hasta las empresas más solventes tienen que hacer malabares para conseguir liquidez. En muchos casos, eso pasa por la venta de alguna de sus filiales. Ya no es necesario estar en situación de concurso de acreedores o algo similar, para pasar apuros económicos. Y mientras la banca siga poniendo tan difícil el acceso al crédito, fondos buitres y capital riesgo esperan hacer negocios suculentos.
En los últimos meses las operaciones más destacadas han sido las relacionadas con entidades financieras: la compra de Evo Bank por parte de Apollo, o de las divisiones inmobiliarias o financieras de Bankia, La Caixa, Banesto por parte de Cerberus, TPG, Centerbridge, entre otros. En total, y pese a que el precio de la mayoría de las operaciones no ha trascendido, algunos de los asistentes al Capital & Corporate se aventuran a asegurar que se han sobrepasado los 700 millones de euros. Ahora están en la fase de reforzar sus nuevas negociaciones con técnicas cada vez más agresivas. “No sólo compran deuda sino que cada vez más intentan también ejercer derechos para reestructurar el capital y la compañía”, asegura Pedro Manen, director ejecutivo de la división de deuda de Royal Bank of Scotland.
1.140 millones hasta septiembre
1.140 millones hasta septiembreEs en ese campo donde se han encontrado con la competencia de las empresas de capital riesgo. Los datos del sector muestran que el mes de septiembre finalizó con inversiones en empresas por parte de este tipo de fondos de más de 1.140 millones de euros, frente a los 345 millones que se habían invertido en el primer semestre. En 2014, las compras seguirán. “Hay muy buenas oportunidades en compañías muy endeudadas con un negocio saludable, pero que por las circunstancias actuales de acceso al crédito necesitan reestructurar el capital, y los bancos no están dispuestos a dárselo”, asegura Daniel Aymerich.
A lo largo de la jornada, representantes de los fondos buitre y de capital riesgo analizaron el atractivo de España como destino de capitales internacionales. Su punto de mira está puesto sólo en empresas de más de 30 millones de facturación y que puedan dar beneficios en un plazo relativamente corto. Reconocen que la situación de las pymes seguirá siendo complicada e invitan a los empresarios españoles más pequeños a unirse para ganar peso y volverse atractivos para los fondos internacionales como mejor opción que acudir a los mercados alternativos como el bursátil (MAB) o de renta fija (MARF).
Competencia desleal
Competencia deslealNo faltaron también críticas veladas. Algunos de los representantes de la banca presentes en el evento destacan lo que consideran falta de juego limpio. “Los requerimientos legales que tiene la banca cuando entra a comprar una compañía en concurso de acreedores son considerablemente más altos que los que tienen estos fondos. Por eso ellos pueden asumir más riesgo sin dar explicaciones a nadie”, se lamenta Alfonso Colomina, responsable de sector inmobiliario de Banco Santander.
En cualquier caso, este nuevo escenario inversor y la nueva competencia dejan a las empresas españolas en una situación menos mala. Los descuentos más agresivos, de hasta el 90%, ya sólo se dan en operaciones muy concretas con activos de alto riesgo y relacionadas con activos bancarios calificados como basura. Ni siquiera la Sareb está llegando a acuerdos con los fondos buitres debido a que no acepta esas fuertes rebajas. Ahora, el banco malo juega, entre otras cosas, con la perspectiva de la recuperación económica para exigir menos descuentos. Los más agresivos están en retirada, pero otros como HIG no descarta repetir la operación que cerró en agosto pasado si se dan unas circunstancias similares.
En cambio cuando se trata de empresas, los fondos están siendo mucho más agresivos. Tal es el interés de estar presentes en España que algunos fondos americanos está prestando dinero directamente a las empresas. Lo que es visto como una práctica de alto riesgo, por sus colegas españoles.